La llave para mantener vivo tu coche de gasolina en un mundo eléctrico

La planta piloto de combustible sintético de Punta Arenas, en el sur de Chile, ha arrancado su producción esta semana. Este combustible, fabricado mediante energía eólica, promete emisiones casi neutras de carbono y puede funcionar con los motores de explosión tradicionales. Sus promotores aseguran que en la fase piloto producirá unos 130.00 litros de combustible, aunque esperan llegar a los 550 millones de litros para finales de esta década.

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Los e-combustibles, dicen los responsables del proyecto, pueden sustituir a la gasolina en los vehículos con motores de combustión interna, pero son mucho más cuidadosos con el medioambiente. Además, no haría falta construir nuevas infraestructuras para su distribución porque se pueden emplear las estaciones de repostaje de gasolina actuales.

Detrás del proyecto están el fabricante de coches alemán Porsche, perteneciente al grupo Volkswagen, y la compañía chilena Highly Innovative Fuels (HIF). Aunque también participan otras como Siemens Energy, Exxon Mobil, Enel Green Power, la energética estatal chilena ENAP y Empresas Gasco.

Cómo funciona

Los e-combustibles son un tipo de metanol sintético producido mediante un complejo proceso que utiliza agua, hidrógeno y dióxido de carbono. La planta de combustible sintético de Punta Arenas, dicen sus creadores, utilizará la energía de la turbina eólica para extraer mediante electrólisis el hidrógeno y oxígeno del agua. Luego, el hidrógeno se combina con el carbono capturado del aire o de fuentes industriales para sintetizar el metanol con el que se fabrican hidrocarburos para su uso como combustible.

Esta gasolina verde, afirman, consigue prácticamente las emisiones neutras de CO₂ en los motores de combustión, aunque el sistema necesita seguir usando aceite para lubricar el motor. En la fase piloto, Porsche espera producir unos 130.000 litros de gasolina sintética, aunque estiman que podrán producir 55 millones de litros a mediados de esta década y 550 millones de litros unos dos años más tarde.

"El potencial de los e-combustibles es enorme. Actualmente, hay más de 1.300 millones de vehículos con motor de combustión en todo el mundo. Muchos de ellos seguirán circulando durante décadas, y los eFuels ofrecen a los propietarios de los coches actuales una alternativa casi neutra en carbono", declaró en un comunicado Michael Steiner, director de Investigación y Desarrollo de Porsche.

Convertir el CO₂ de la atmósfera en combustible

HIF planea construir 12 plantas de combustible sintético alrededor del mundo. Cada una de ellas, dice la compañía, puede capturar dos millones de toneladas métricas de CO₂ al año. "Sin lugar a dudas, hay muchas regiones en todo el mundo con potencial para obtener energía verde a partir de molinos eólicos o fotovoltaicos o incluso hidroeléctricos de alta eficiencia", afirma Steiner.

Sin embargo, el directivo reconoce que conseguir la cantidad de dióxido de carbono necesaria no va a ser fácil. "Siempre se puede obtener CO₂ verde de la biomasa o de otros procesos, fuentes puntuales, pero a largo plazo también tenemos que encontrar mejores formas de capturar directamente el CO₂ del aire ambiental. Se trata de una tecnología que necesita más investigación y desarrollo", explica Steiner.

Otro problema ahora mismo es el precio. Esta gasolina sintética, dice Steiner, sale actualmente a unos dos dólares por litro, sin incluir el incremento de coste que suponen los impuestos y los aranceles que constituyen la mayor parte del precio del combustible por norma general. Sin embargo, es un proyecto interesante que permite aprovechar los 1.300 millones de vehículos de combustión que circulan por las carreteras de todo el mundo mientras encontramos otras soluciones que no pasen por depender en exclusiva del coche eléctrico de baterías de litio, que, como ya contamos en este episodio de Control Z, es un viaje a ninguna parte.

Porsche asegura que utilizará toda la producción de la planta para los coches de su Porsche Supercup, la competición de coches que organiza la compañía, y para sus Porsche Experience Centers de todo el mundo, donde se pueden probar sus coches. También es posible que parte del combustible acabe en la Fórmula 1, que tiene como objetivo la neutralidad de carbono para 2030. Aunque, según vaya aumentando la producción, el objetivo final es vender el combustible a otras empresas para que lo hagan llegar a los consumidores.