Por qué Ucrania está en desventaja contra los ataques aéreos de Rusia

Ucrania ha recibido una amplia gama de suministros militares de Estados Unidos y otros aliados. Recientemente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, hizo una petición urgente de recursos adicionales de defensa aérea por parte de Occidente en respuesta al aumento de los ataques aéreos por parte de Rusia.

Para entender el énfasis de Zelenski en la defensa aérea, es importante examinar los tipos de armas aéreas a las que se enfrenta Ucrania y cómo funcionan las defensas aéreas para contrarrestar esas amenazas. También es importante entender por qué este tipo de guerra se basa en el número de recursos que cada parte tiene a su disposición.

Aumento de los ataques aéreos

El 10 de octubre de 2022, Rusia utilizó un gran número de armas aéreas contra diversos objetivos en Ucrania. Esas armas incluían misiles balísticos de corto alcance y misiles de crucero.

Los misiles balísticos son propulsados por cohetes desde tierra o desde aviones, tienden a seguir una trayectoria predecible y son algo más fáciles de rastrear. Los misiles de crucero llevan un sistema de propulsión que les permite mantener la velocidad y volar por trayectorias más imprevisibles, incluyendo trayectorias cercanas al suelo. Son mucho más difíciles de detectar, seguir y derribar.

Luego, el 17 de octubre, Rusia lanzó una oleada de drones explosivos contra la capital de Ucrania, Kiev. Los drones explosivos, conocidos como municiones de merodeo, suelen ser armas pequeñas contra las que es difícil defenderse. Al volar en círculos, son capaces de vigilar una región de interés, recopilando información antes de identificar un objetivo específico para atacar. Rusia ha adquirido estos drones explosivos de Irán, según funcionarios estadounidenses.

Sistemas de defensa aérea

La defensa contra todas estas amenazas aéreas implica un sistema integrado de varios elementos.

Los radares de alerta temprana situados en las fronteras de Ucrania detectan primero la aproximación de misiles. Estas armas son seguidas a lo largo de sus trayectorias de vuelo por una red dispersa de radares adicionales. La principal contramedida defensiva contra los misiles balísticos y de crucero son los misiles tierra-aire (SAM): Se destruye un misil con un misil. No es una hazaña fácil porque el SAM debe rastrear, localizar e impactar en un objetivo que vuela a alta velocidad y que puede cambiar de dirección.

En Estados Unidos, objetivos estratégicos clave como la Casa Blanca están protegidos contra los ataques aéreos por el Sistema Nacional Avanzado de Misiles Tierra-Aire (NASAMS). El NASAMS fue diseñado para contrarrestar una variedad de amenazas entrantes, incluyendo misiles de crucero, aviones y drones. Cada NASAMS contiene 12 SAM interceptores, aunque no hay información disponible públicamente sobre su eficacia. El NASAMS es una de las opciones que Estados Unidos está considerando para ayudar a Ucrania.

Otro ejemplo notable de sistema de defensa aérea es el 'Iron Dome' (Cúpula de Hierro) israelí. El sistema está diseñado para defenderse de cohetes y proyectiles de artillería lanzados desde una distancia de hasta 250 kilómetros. Cada batería de misiles del 'Iron Dome' consta de tres o cuatro lanzadores de misiles, cada uno con hasta 20 interceptores SAM.

Se dice que el sistema tiene una tasa de mortalidad del 90% de los cohetes lanzados contra Israel. El veterano corresponsal de seguridad nacional Mark Thompson describió el 'Iron Dome' como posiblemente el sistema de defensa antimisiles más eficaz que ha visto el mundo.

Tanto los NASAMS como el 'Iron Dome' son eficaces contra los drones. Sin embargo, los SAM son una forma cara de defenderse contra objetivos de tan bajo coste y podrían verse superados por un gran número de drones. Las armas de energía dirigida, como los láseres de alta energía, se están desarrollando y desplegando para proporcionar un enfoque potencialmente más rentable para neutralizarlos.

Un juego de números

Los diferentes sistemas de defensa aérea tienen un rango de efectividad contra diferentes amenazas aéreas. Sin embargo, ninguno de los sistemas de defensa es 100% efectivo.

Además, un adversario puede reducir significativamente la eficacia de la defensa aérea lanzando salvas de múltiples armas simultáneamente. Por lo tanto, un atacante siempre puede superar la eficacia de los sistemas de defensa aérea si su número de misiles es mayor. Y a la inversa, un número suficiente de sistemas defensivos puede hacer que un atacante deje de disparar por completo. Se convierte en una guerra de desgaste, en la que gana el bando que tiene más misiles.

Es probable que Ucrania cuente con suficientes defensas aéreas para proteger objetivos militares estratégicos como los centros de mando y control y los depósitos de municiones. No tienen cobertura de muchos otros activos clave, como los centros de transporte y las instalaciones de energía y agua, los tipos de objetivos que las fuerzas rusas han estado atacando en los últimos días.

Si Occidente accediera a proporcionar un número significativo de sistemas de defensa aérea a Ucrania, podría cambiar significativamente el curso del conflicto. En algún momento, Rusia tendrá que enfrentarse a la profundidad finita de su arsenal de misiles. Según los informes, el número de misiles rusos de alta precisión que quedan se está agotando.

Sin la capacidad de desgastar y desmoralizar a Ucrania mediante ataques aéreos, Rusia se enfrentaría a la perspectiva mucho más desalentadora y prolongada de depender únicamente de las fuerzas terrestres para lograr sus objetivos.

—

Iain D. Boyd es catedrático de Ciencias de la Ingeniería Aeroespacial en el H.T. Sears Memorial y director del Centro de Iniciativas de Seguridad Nacional de la Universidad de Colorado. Se doctoró en aeronáutica y astronáutica (1988) en la Universidad de Southampton (Inglaterra). Trabajó durante cuatro años en el Centro de Investigación Ames de la NASA en las áreas de aerotermodinámica y propulsión espacial.

Este artículo ha sido traducido y publicado en Novaceno con licencia Creative Commons. Puede leer el artículo original aquí.