Nuevo avance hacia la inteligencia artificial superior a la humana

Deepmind, el brazo de inteligencia artificial de Alphabet, empresa matriz de Google, acaba de anunciar Gato: un nuevo sistema capaz de realizar 607 tareas distintas con la misma programación. Un avance que nos acerca a la inteligencia artificial general, con la que las máquinas podrán entender o aprender cualquier tarea de la misma manera que lo hacemos los seres humanos.

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La gran mayoría de las inteligencias artificiales que usamos son muy buenas realizando una tarea en concreto. Algunas se han hecho famosas por batir al mejor de los humanos en juegos tan complejos como el ajedrez o el Go mientras que otras pasan más desapercibidas aunque estén presentes en nuestro día a día, como el algoritmo de Spotify que genera recomendaciones musicales automáticamente con gran precisión.

Esto se conoce como inteligencia artificial débil o estrecha y es extremadamente eficiente cuando tiene que procesar grandes volúmenes de información de una manera concreta. Pero esa misma IA capaz de ganar al campeón del mundo de Go no puede hacer otra cosa que no sea jugar a este juego. No puede jugar al tute, ni al parchís, ni decirle a un robot cómo moverse dentro de un almacén para organizar cajas. Las máquinas no tienen en este momento la capacidad de ampliar su conocimiento a otras áreas como hacemos nosotros de manera natural.

Como dice el filósofo sueco Nick Bostrom, profesor de la Universidad de Oxford y autor del libro Superinteligencia: caminos, peligros, estrategias: "Al informático Donald Knuth le llamó la atención que "la IA haya conseguido a estas alturas hacer esencialmente todo lo que requiere ‘pensar’, pero haya fracasado a la hora de hacer la mayor parte de lo que las personas y los animales hacen "sin pensar": ¡eso, de alguna manera, es mucho más difícil!".

Cómo funciona Gato

El equipo de Deepmind no ha conseguido, todavía, que su IA tenga nuestra habilidad de aprender e interconectar conocimientos para resolver problemas de manera creativa, pero sí ha sido capaz de crear un inteligencia capaz de hacer hasta 607 tareas distintas.

“Gato puede percibir y actuar con diferentes encarnaciones en una amplia gama de entornos utilizando una única red neuronal con el mismo conjunto de factores”, escriben los autores del estudio.

Para ello se han basado en los modelos de lenguaje a gran escala, como los que usa Google para darnos los mejores resultados de las búsquedas por voz, y los han aplicado a funciones multitarea. Según Deepmind, Gato es capaz de jugar a distintos videojuegos, subtitular imágenes, chatear, apilar cajas con un brazo robótico real y mucho más.

“Aunque no se puede esperar que ningún agente sea excelente en todas las tareas de control imaginables, especialmente en aquellas que están muy lejos de su distribución de entrenamiento, aquí probamos la hipótesis de que es posible entrenar a un agente que sea capaz en general de un gran número de tareas; y que este agente general puede ser adaptado con pocos datos adicionales para tener éxito en un número aún mayor de tareas”, dicen los investigadores.

Otras IAs con capacidad de multitarea

Hay algunas inteligencias artificiales que ya han sobrepasado las capacidades de las IAs débiles. Un ejemplo de ellas es el GPT-3, un modelo de lenguaje que puede realizar distintas tareas sin un entrenamiento específico y que ha logrado sorprendentes resultados imitando de manera impecable el estilo de escritura de los humanos. OpenAI, la compañía que lo desarrolla, ha anunciado que dentro de poco estará lista la siguiente versión, el GPT-4, que, pese a que no se sabe mucho de ella todavía, debería llevar esta tecnología un paso más allá.

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Por otro lado, están los sistemas de piloto autómatico de los coches autónomos, que tienen que ser capaces de evaluar un entorno que cambia constantemente y tomar decisiones en milésimas de segundo. Elon Musk piensa que para que sus Tesla sean capaces de ser 100% autónomos tienen que primero alcanzar la inteligencia artificial general. De hecho ha comentado en más de una ocasión que el mayor negocio de Tesla en el futuro no serán los coches sino sus robots humanoides Optimus. Su compañía ya está destinando el 70 por ciento de su Investigación y Desarrollo en Optimus, dejando tan solo el 30 por ciento a la división de coches.

Como ya contamos aquí, Musk aspira a reproducir la inteligencia humana con todas sus habilidades, uniéndola a una fuerza sobrehumana y la eliminación total del cansancio y el aburrimiento.

El peligro de la inteligencia artificial general

Sea como sea todavía estamos lejos de alcanzar esa superinteligencia, si es que en algún momento la alcanzamos. Una superinteligencia de ese calibre avanzaría de manera exponencial y es difícil pronosticar hasta dónde llegaría sin entrar en el terreno de la ciencia ficción. Tanto Musk como Bostrom o el mismo Stephen Hawkins han alertado de los peligros de una inteligencia artificial general descontrolada. “El desarrollo de la inteligencia artificial completa podría significar el fin de la raza humana", decía Hawkins en 2014. "Despegaría por sí sola y se rediseñaría a un ritmo cada vez mayor. Los humanos, limitados por la lenta evolución biológica, no podrían competir y serían superados".

Otros, como James Lovelock, creador del concepto de Novaceno, creen sin embargo que la inteligencia artificial tendrá que colaborar forzosamente con los humanos para poder sobrevivir y mantener habitable el planeta que todos compartimos. Lovelock solo pone una excepción, que la IA tenga la capacidad de matar a los humanos. Un límite que países como Rusia no están dispuestos a marcar.

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