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El 'friki' que dejó su trabajo para vender ciencia-ficción a las empresas más poderosas
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El 'friki' que dejó su trabajo para vender ciencia-ficción a las empresas más poderosas

SciFutures sugiere, por ejemplo, a vendedores de electrodomésticos que utilicen la realidad aumentada para enseñar a la gente cómo quedará su casa

Foto:  El escritor Ari Popper, como el letrero de la imagen ya indica (Cedida)
El escritor Ari Popper, como el letrero de la imagen ya indica (Cedida)

Un relato corto que llega a nuestro despacho está ambientado en un mundo en el que la movilidad urbana ya no es lo que era: la gente ha olvidado el coche privado y apuesta más por las bicicletas, el transporte público o el coche autónomo que comparte con otras personas. El siguiente relato de la antología es la historia de un medio de comunicación que decide apostar por la realidad aumentada y cuyos clientes se informan con unas gafas compatibles con esa tecnología.

La antología es ficticia, no existe publicada como tal, pero los relatos han sido engendrados o podrían serlo. Es parte del trabajo de la empresa estadounidense SciFutures, la compañía del futurista Ari Popper encargada de orientar a grandes empresas y organizaciones sobre lo que nos deparará el mañana a partir de relatos, cortometrajes… En su corta trayectoria (solo lleva en funcionamiento cinco años), SciFutures ha trabajado para clientes tan diversos como Ford, Colgate o la OTAN.

Popper es el CEO de la empresa, con sede en Burbank (California). Hace unos años, cuando presidía una compañía de investigación de mercados, quería cambiar de vida y hacer "algo diferente", cuenta a Teknautas. Era el primer paso para una crisis de mediana edad, como contaba en una charla TED, en la que se juntaron la marcha de su hija a la universidad y el aburrimiento por un trabajo que, aunque exitoso, no le llenaba.

"No estaba muy seguro de lo que quería hacer, pero sabía mucho de ciencia ficción, así que fui a clases de escritura aquí en Los Ángeles". Un día, durante la clase, tuvo la idea que luego se materializó: una compañía que escribiera ciencia ficción para empresas, "ayudándoles a actuar para hacer algo muy significativo". "Creo que sé lo que quiero hacer", le dijo a su esposa. Fundó la compañía en 2012, comenzó a buscar clientes “y el resto es historia".

Las organizaciones recurren a sus servicios para buscar nuevas formas de negocio en el futuro y para concienciar a los empleados. "Es un modo de educar a los trabajadores", afirma Popper. "Es también un modo de inventar una nueva visión, de crear una nueva estrategia". Su 'storytelling' también puede servir para imaginar, por ejemplo, cómo se usaría un nuevo producto. Asimismo, sus creaciones se han empleado para labores de 'marketing', pero suelen ser más de consumo interno.

Un día, durante la clase, tuvo la idea que luego se materializó: una compañía que escribiera ciencia ficción para empresas

La mayoría de las historias que Popper ha escrito son relatos cortos, aunque "querría escribir una novela algún día". La compañía tiene 12 trabajadores y se sirve de muchos 'freelancers'. En total, colaboran unos 200 escritores y expertos en ciencia ficción de todo el mundo. Entre ellos está Ken Liu, un ganador del premio Hugo (el más importante de la literatura de ciencia ficción) y traductor al inglés de la novela 'El problema de los tres cuerpos', del chino Liu Cixin y que se llevó en 2015 el galardón a la mejor novela en ese certamen.

Cuando los clientes solicitan sus servicios también pueden encargar cómics, novelas gráficas… "Tenemos muchas maneras diferentes de contar historias, no solo relatos cortos", explica el fundador. Incluso, material audiovisual: "Ahora estamos rodando una película para un cliente sobre el futuro de su negocio".

placeholder Portada de 'La ciudad del futuro', uno de los trabajos de SciFutures (Ari Popper)
Portada de 'La ciudad del futuro', uno de los trabajos de SciFutures (Ari Popper)

Depende de cada encargo, pero para ejecutarlos suele haber una fase de documentación. Luego se hace un encuentro con el cliente, "normalmente un par de días", donde llevan a expertos y hacen ejercicios de visualización. A partir de aquí los escritores, cineastas y demás profesionales se ponen manos a la obra.

Mientras siguen desarrollando proyectos, comienzan a experimentar con la realidad virtual, un "modo de contar historias" que a Popper, junto con la realidad aumentada, le resulta muy atractivo para el futuro: "Creo que estas tecnologías están en fase inicial ahora mismo, pero creo que tendrán un gran potencial para cambiar el modo en que recibimos la información". A la vez quiere ahondar en temáticas como la sostenibilidad y la ética.

De Visa a Ford pasando por la OTAN

Entre las compañías para las que ha trabajado (todavía ninguna española) se encuentra Ford. Para la automovilística construyeron una historia sobre el futuro de la movilidad en la generación milenial, de las muchas maneras de desplazarse más allá de conducir el propio coche: montar en bicicleta, tomar el transporte público, hacerse con un vehículo autónomo… Para la compañía Hershey’s, la mayor chocolatera de Estados Unidos, hicieron una serie de novelas gráficas sobre cómo sería el futuro del chocolate y las ventajas de la producción automatizada. En una de ellas, unos visitantes a la fábrica volvían a casa, se descargaban una receta oficial de la compañía e imprimían en 3D unas chocolatinas.

Para Hershey’s, la mayor chocolatera de Estados Unidos, hicieron una serie de novelas gráficas sobre cómo sería el futuro del chocolate

Incluso los militares de la OTAN han trabajado con sus historias, que en este caso trataban de reflejar los peligros de la tecnología en relación con los conflictos bélicos. Uno de los relatos estaba protagonizado por un arma que podía ser alterada para atacar a civiles inocentes. Otro contaba la historia de unos niños que asesinaban a personas en un juego de internet sin ser conscientes de que cada acción significaba otra en la vida real, con drones y otras armas disparando sobre enemigos reales.

En otras ocasiones, la alianza con las empresas ha servido para desarrollar productos en conjunto. Fue lo que sucedió con Lowe’s, una compañía estadounidense de materiales de construcción y herramientas. Les ofrecieron la historia de una pareja que debía montar su nueva casa; para ello, se servían de la realidad aumentada y de unas gafas simulador que les permitían comprobar cómo quedarían los muebles o el color de las paredes paseando por las habitaciones. La idea gustó tanto a Lowe’s que han empezado a desarrollar sus propias 'apps' de realidad aumentada para navegar por sus tiendas y saber dónde está cada artículo.

Además, el laboratorio de innovación de Lowe’s desarrolló los Holoroom, unos espacios en sus tiendas que permiten a los clientes comprobar cómo quedaría una habitación de su casa con los muebles, pinturas y electrodomésticos que allí venden, como le pasaba a la pareja protagonista del relato de SciFutures. Para ello, se sirven de unas gafas que mezclan la realidad virtual y aumentada:

Otras empresas los han elogiado de manera pública. Vijay Sondhi, vicepresidente de innovación de Visa, afirma que SciFutures les ayudó a abrir sus ojos sobre el futuro: "Hemos tenido muchas ideas sobre el futuro del comercio electrónico y el futuro de los pagos. SciFutures nos ha ayudado a dar vida a esas ideas". Algunas se han materializado en el Visa Innovation Lab, un espacio de su sede en San Francisco para investigar sobre tecnologías de pagos y en el que los clientes pueden dar su propia visión.

Otros trabajos o historias son confidenciales. Cuando le preguntamos, Popper también se atreve a hacer una predicción sobre los medios de comunicación: si tuviera que escribir un relato para alguna empresa de este sector, lo protagonizarían periodistas o usuarios que usan aplicaciones de realidad aumentada para informarse o navegan por medios en los que los audios tienen un gran importancia. Cree que la tecnología de la imagen es muy "interesante y disruptiva", así que, además de realidad aumentada, habría realidad virtual.

Realidad aumentada e impresoras 3D para mejorar la experiencia del usuario, distopías en las que los juegos 'online' se convierten en herramientas mortales, 'milennials' que renuncian a tener un coche privado… Todo son posibilidades que sirven para hacer más negocio o mejorar el mundo. La ciencia ficción se convierte así en algo más que un entretenimiento literario o cinematográfico.

Un relato corto que llega a nuestro despacho está ambientado en un mundo en el que la movilidad urbana ya no es lo que era: la gente ha olvidado el coche privado y apuesta más por las bicicletas, el transporte público o el coche autónomo que comparte con otras personas. El siguiente relato de la antología es la historia de un medio de comunicación que decide apostar por la realidad aumentada y cuyos clientes se informan con unas gafas compatibles con esa tecnología.

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