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Quejas tras las nuevas reglas de Twitter: qué hay detrás de la última ocurrencia de Musk
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SE ACABÓ LA BARRA LIBRE DE TUITS

Quejas tras las nuevas reglas de Twitter: qué hay detrás de la última ocurrencia de Musk

El multimillonario ha restringido las publicaciones que pueden leer los usuarios cada día. La decisión obedece al uso que las empresas de IA hacen de sus contenidos, pero también a la falta de recursos

Foto: Elon Musk en una foto de archivo.
Elon Musk en una foto de archivo.

El objetivo de cualquier red social que se precie es que sus usuarios permanezcan enganchados a la pantalla y sigan consumiendo contenido sin parar. Un buen ejemplo de ello es lo que le ha ocurrido a Instagram. Los Reels, su formato de vídeo vertical, han devorado el protagonismo de la plataforma y gran parte de su actividad. La razón por la que Mark Zuckerberg ha jugado tanto esta carta es que TikTok amenazaba con convertirse en un agujero negro para su inmenso negocio publicitario.

La última ocurrencia de Elon Musk con Twitter va en dirección contraria. Se acabó la barra libre de tuits. No de publicarlos, de verlos. Aquellos que paguen la cuota de Twitter Blue (entre siete y 11 euros al año, dependiendo del sistema operativo y la forma de pago) podrán ver 10.000 tuits diarios. Las cuentas normales, ya creadas antes de que entrara en vigor la medida, podrán ver una cifra sensiblemente menor, ya que tendrán un límite de 1.000 publicaciones cada 24 horas. Los nuevos perfiles solo podrán ver 500 en ese plazo. Estas no fueron las cifras iniciales que el propio Musk anunció en un primer momento el pasado sábado. El plan inicial incluía mayores restricciones, con límites de 6.000 tuits al día para los verificados, 600 para los no verificados y 300 para los nuevos usuarios.

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic.

La medida de Musk sorprende por algo tan básico como los importantes efectos que puede tener en el número de anuncios que consumen los usuarios, algo que afectaría directamente a los ingresos de una red social que nunca ha sido un paraíso de la rentabilidad. En toda su historia, Twitter solo ha conseguido cerrar el curso con beneficios en 2018 y 2019. Probablemente, la rápida rectificación y ampliación del número de tuits tenga que ver con las preocupaciones sobre la publicidad, principal sustento de la compañía. En un primer diagnóstico, se podría pensar que esta nueva ocurrencia está pensada para aumentar el número de usuarios de pago en la plataforma. Un mayor número de tuits no sería más que un nuevo privilegio para los verificados, que ya cuentan con ventajas como la posibilidad de subir videos más largos, ver menos publicidad o tener mayor visibilidad que los demás usuarios.

La IA, en el ojo del huracán

Elon Musk justificó su decisión porque la plataforma está sufriendo un expolio de datos que "cientos de organizaciones (quizá más)" están ejecutando de "manera extremadamente agresiva" hasta el punto de afectar "la experiencia del resto de los usuarios". El objetivo de estas compañías para apropiarse del contenido de Twitter, según la versión del magnate, no es otra que entrenar inteligencias artificiales generativas. Para conseguir que Bard o ChatGPT mejoren, por citar algunos de los programas más conocidos, hay que alimentar los modelos de lenguaje con miles de millones de ejemplos de conversaciones, textos y publicaciones escritas por humanos. "Casi todos los que están involucrados en la IA, desde startups hasta algunas de las corporaciones más grandes del mundo, extraen grandes cantidades de datos", denunció Musk en una clara alusión a empresas como Microsoft o Google.

Cabe recordar que el empresario conoce de primera mano esta realidad, porque fue uno de los primeros integrantes de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, que abandonó en 2018. "Es bastante irritante tener que agregar de manera urgente una gran cantidad de servidores solo para facilitar la escandalosa valoración de algunas empresas emergentes de IA", remató. En resumen, que a Musk lo que le cabrea es tener que pagar la factura técnica para que otros se aprovechen.

placeholder Foto: Carlos Barria/Reuters.
Foto: Carlos Barria/Reuters.

Las palabras del dueño de Twitter también delatan cierta frustración, porque se ha quedado al margen del gran negocio del momento. Twitter anunció en abril la compra de 10.000 tarjetas gráficas de Nvidia para crear su propia inteligencia artificial generativa. Pero, más allá de esta noticia, no ha habido más novedades al respecto. Mientras tanto, Google, OpenAI, Microsoft o Meta, entre otros, siguen quemando etapas y avanzando.

El movimiento de Twitter no es único. Hace unos días fue la dirección de Reddit, el foro más grande de internet, la que anunció una subida de las tarifas de la API que utilizan desarrolladores y compañías para acceder a su contenido. La motivación era la misma: sacar tajada y beneficio de los datos que utilizan para entrenar inteligencias artificiales generativas con su contenido. El problema es que aquella decisión desembocó en una huelga, tras las protestas de muchos desarrolladores que denunciaron que el incremento de precios iba a llevar a la ruina sus proyectos. Miles de subreddits (como se conocen a los hilos y publicaciones de esa web) se volvieron privados durante días como medida de presión. Aquello fue un dolor de cabeza para los responsables de Reddit, cuyo tráfico se despeñó. Pero también lo fue para Google, que tuvo que reconocer que aquello afectó a la experiencia de búsqueda, muchos enlaces aparecían como rotos.

Musk también intentó algo similar a principios de año. En febrero anunció que ponía fin al acceso gratuito de la API. Eso supuso, sobre el papel, que el acceso automatizado a las bases de datos y al contenido de Twitter quedaba vetado para aquellos que no pasasen por caja. El problema que se ha encontrado el dueño de Twitter es que muchos han conseguido saltarse esta restricción gracias a una técnica bautizada como raspado web, que consiste en la extracción de información utilizando software especializado que intenta simular la navegación humana.

Dificultades técnicas

Aunque la excusa de la extracción masiva de datos para el entrenamiento de inteligencias artificiales generativas parece una explicación más lógica de lo que parece, también se está especulando si el límite de tuits es una huida hacia adelante de Elon Musk para evitar un colapso de la plataforma. El pasado 30 de junio, finalizó la relación entre Twitter y Google Cloud. Hace cinco años, ambas compañías firmaron un contrato de 1.000 millones de euros para que la compañía de Alphabet acogiese y ejecutase algunos de sus servicios. A pesar de haber intentado llegar a algún punto en común y renegociar los términos, las conversaciones no han llegado a buen puerto y, por tanto, Twitter ha tenido que buscarse la vida y migrar todas esas funciones, lo que está originando problemas. Una muestra de ello es la caída que la red social sufrió este domingo. Al limitar y controlar la actividad de los usuarios, también se puede controlar y planificar mejor las necesidades de hardware y de infraestructura.

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Foto: Dado Ruvic/Reuters.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que Twitter está en una delicada situación en lo que se refiere a los recursos técnicos. Algunas informaciones apuntaban hace semanas que la plataforma dependía del trabajo de 550 ingenieros, una cifra sensiblemente menor a la que había cuando Elon Musk accedió al puesto. Esas filtraciones hablaban de que, sumando todos los departamentos, Twitter tendría 1.300 trabajadores. El propio Musk salió al paso diciendo que eran 2.300 y que contaba con varios externos. Sea cual sea la cifra, hay una evidente falta de recursos, que dificulta la implementación de nuevas funciones, pero también el mantenimiento de los servidores o la migración a un nuevo proveedor. Para afrontar picos de trabajo, Musk ha tenido que recurrir a más de 100 programadores de otras de sus empresas como SpaceX o The Boring Company para afrontar picos de trabajo debido al precario estado de su plantilla. Los fallos en la implementación de funciones han sido la norma desde hace meses y cada vez son más evidentes. Muchos usuarios han reportado fallos en la implementación del límite de tuits de lectura, logrando resetear el contador a cero simplemente saliendo de su cuenta y volviendo a entrar.

El objetivo de cualquier red social que se precie es que sus usuarios permanezcan enganchados a la pantalla y sigan consumiendo contenido sin parar. Un buen ejemplo de ello es lo que le ha ocurrido a Instagram. Los Reels, su formato de vídeo vertical, han devorado el protagonismo de la plataforma y gran parte de su actividad. La razón por la que Mark Zuckerberg ha jugado tanto esta carta es que TikTok amenazaba con convertirse en un agujero negro para su inmenso negocio publicitario.

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