Es noticia
En este súper de Amazon puedes hacer la compra desnudo y cada vez va a ser más habitual
  1. Tecnología
MEJOR IR VESTIDO, PERO NUNCA SE SABE

En este súper de Amazon puedes hacer la compra desnudo y cada vez va a ser más habitual

Las tiendas sin cajeros sirvieron a la empresa para probar múltiples tecnologías, entre ellas el pago con la palma de la mano. Ahora el sistema es capaz de saber tu edad y se expande a otras empresas

Foto: Entrada a uno de los Amazon Go de Nueva York. (M. McLoughlin)
Entrada a uno de los Amazon Go de Nueva York. (M. McLoughlin)

Hay un lugar en el mundo donde uno no necesita llevar nada encima para hacer la compra. Ni la cartera, ni el móvil. Si uno quisiera, no tuviese pudor y no corriese el riesgo de organizar un escándalo público podría pagar la compra desnudo después de pasearse en cueros por los lineales y pasillos mientras escoge los mejores kiwis para llevarse de vuelta a casa. Los establecimientos en cuestión pertenecen a Amazon que, entre sus múltiples negocios, cuenta con varios supermercados con una importante impronta tecnológica.

A finales de la pasada década, empezó a experimentar con los Amazon Go, locales donde los cajeros y el personal humano brillaban por su ausencia. De momento solo funcionan en EEU. Uno entraba allí, escaneaba un QR con la app de la compañía, cogía lo que quería, salía por la puerta y, minutos después, la factura se había cargado en su cuenta corriente. A día de hoy, ya no hace falta ni el smartphone, ya que cuentan con un sistema que permite identificar al cliente y pagar únicamente utilizando la palma de la mano. Nada más.

Además de las tiendas automatizadas, esta funcionalidad no tardó en expandirse por otros de los comercios que tenía la multinacional de Seattle, como podían ser varias sucursales de Whole Foods y algunos Fresh, otro concepto de tienda con productos frescos y una mayor selección de productos que Go, que quedaría más como pequeños súpermercados de barrio. Aunque la crisis que atraviesa Silicon Valley ha obligado al rey del e-commerce a replantearse su estrategia de abrir tiendas a la antigua usanza, este sistema biométrico, bautizado como Amazon One, ha seguido expandiéndose.

Más allá de Amazon

Ahora lo va a hacer más allá de los límites del universo creado por Jeff Bezos, ya que ha empezado a comercializarlo a terceras empresas. Hace poco, se conoció que Starbucks (con quien ya habían colaborado en el pasado reciente para otros proyectos) estaba empezando una prueba a pequeña escala en una de sus cafeterías en Seattle, que podría ser la primera piedra de una colaboración mucho más grande. Ahora, la compañía ha comunicado oficialmente que lo instalará en el Coors Field, el estadio de béisbol de Denver, capital del estado de Colorado. Lo hará, además, con una nueva función: la verificación de edad.

Se instalarán varios de estos lectores en las barras del estadio para comprobar que el que se pide un tanque de cerveza tiene la edad legal y, de paso, pagarlo. Además, también se colocará este sistema en los tornos de la entrada, con el objetivo del control de aforo.

placeholder Ahora el Amazon One cuenta con verificación de edad. (Amazon)
Ahora el Amazon One cuenta con verificación de edad. (Amazon)

Los responsables han asegurado que lo único que pretenden con este lanzamiento es facilitar el proceso de pedir una cerveza “sin tener que buscar una identificación física emitida por el Gobierno”. Defienden que en lugar de enseñar el carné y luego tener que repetir el proceso, esto es mucho más ágil y evitará colas en eventos masivos. Bastará con pasar la mano, que el camarero vea que eres la persona de la foto y servir la consumición. Otra de las bondades que venden sus promotores es la de contar con un sistema de pago disponible incluso cuando el móvil está sin batería.

Ahora, Amazon One permitirá chequear la edad del comprador que use el lector

El aparato en cuestión que utiliza Amazon para leer tus manos e identificarte tiene un aspecto similar a un datáfono moderno, uno de esos con pantalla táctil. En la parte superior, incluye el lector biométrico y suele estar colocado en un estand o pivote fijo. El hardware ha sido diseñado internamente por la compañía. El lector es capaz de mapear exhaustivamente la palma de la mano, tomando detalles mínimos tanto de la superficie como líneas y crestas; así como elementos subcutáneos, como puede ser el patrón de las venas. Todos estos aspectos son tenidos en cuenta para crear esta firma digital, un servicio que es gratuito de utilizar.

"No hay dos palmas iguales"

Una de las cosas positivas frente a otros sistemas biométricos es que esta parte del cuerpo no está tan expuesta como el rostro. Eso dificulta conseguir una captura de calidad para falsificar los patrones. Se puede tomar una foto de la palma, sí, pero una imagen de estas características no podría desvelar los elementos que hay debajo de la piel.

“No hay dos palmas iguales”, aseguran en la web que Amazon tiene para promocionar servicio. En las condiciones de uso también indican que el hardware físico no almacena datos, sino que se transmiten a los servidores de la compañía, que pueden estar almacenados, advierten, incluso en otros países. Durante mucho tiempo, Amazon promocionó su uso con 10 dólares de regalo para gastar en su plataforma para los que se registraron en el programa. Todo para vencer las habituales reticencias que generan estas novedades.

Los últimos movimientos ayudan también a entender por qué Amazon decidió abrir tiendas físicas superautomatizadas sin cajeros ni nada, más allá de ofrecer más servicios a sus clientes de Prime, que pueden comprar, pero también recoger o devolver sus paquetes.

placeholder Vista del lector de Amazon. (M. McLoughlin)
Vista del lector de Amazon. (M. McLoughlin)

Al común de los mortales les llamará más la atención el conjunto de cámaras, sensores y algoritmos capaces de distinguir si cogemos una Coca-Cola, un sándwich o una barra de pan, lo metemos en la cesta o lo volvemos a dejar en la estantería y hacer correctamente la cuenta final. Todo ello sin utilizar etiquetas de radiofrecuencia ni tampoco reconocimiento facial, una tecnología más polémica.

En este contexto, un lector de manos puede saber a poco. Pero todo son eslabones de un gran experimento, que les dejan poner a prueba desarrollos tecnológicos de Amazon Web Services en un entorno controlado para ver cómo funcionan, cómo interactúan los usuarios e ir haciendo probaturas y cambios antes de intentar comercializarlos a terceros.

No se puede olvidar que AWS, que se dedica a prestar servicios en la nube de todo tipo, es el negocio más lucrativo de la compañía. Es básicamente la vaca que ordeñan el resto de divisiones. En el caso de los supermercados inteligentes, ya hay algunas cadenas europeas que han contratado sus servicios. También existen otras empresas que están intentando implementar soluciones alternativas, como el caso de la cadena Continente y la firma Sensei, que empezaron a operar en Portugal. En nuestro país, a pesar de que se especuló con que Mercadona movería pieza, hasta el momento ha quedado en cosa de actores mucho menores.

placeholder Vista del sistema de Tencent. (Tencent)
Vista del sistema de Tencent. (Tencent)

El caso del pago biométrico utilizando la palma de la mano todavía no se ha dado a conocer en nuestro país ninguna implementación comercial, como ha hecho Amazon. Sin embargo, esto no es ni mucho menos una iniciativa única de los de Seattle.

Hay otro gigante que se está moviendo a pasos agigantados. Se trata de Tencent, una de las mayores tecnológicas de China, que lleva tiempo implementando un sistema parecido para los usuarios de WeChat, su superapp, uno de los principales medios de pago en la segunda economía del mundo, que procesa miles de millones de transacciones a diario.

Tencent llevaba un tiempo desplegando este sistema en comercios y restaurantes de todo el país. Ahora, la multinacional asiática lo ha instalado en una línea de metro que une Pekín con el aeropuerto. Pueden darse de alta en las máquinas instaladas en las estaciones.

Tencent es otra de las grandes tecnológicas que está empezando a mover este sistema

El delicado asunto de la privacidad

Solo pueden utilizar esta herramienta los residentes en la China continental que, además, hayan completado la verificación de identidad correspondiente. En un país como China, donde el reconocimiento facial forma parte del sistema público de vigilancia, este lanzamiento no ha generado tanto ruido como el de Amazon en su momento. Pero ¿qué ocurre en Europa?

Como decíamos, estas iniciativas todavía no se han promocionado en esta parte del mundo. Y, probablemente, puedan tardar en hacerlo, ya que el Reglamento de Protección de Datos tiene un especial cuidado con los datos biométricos. “El regulador los ha colocado en una categoría especial, junto a cosas como la ideología, la religión o la orientación sexual. Es una categoría especialmente sensible”, explica Samuel Parra, abogado y especialista en la materia.

placeholder Foto: Dave Lee Delgado/Reuters.
Foto: Dave Lee Delgado/Reuters.

Parra recuerda el principio de “minimización de datos”, que viene a decir que, especialmente cuando se trate de información delicada y protegida, se deben recoger la menor información personal posible y solo los estrictamente necesarios para la finalidad que se persigue, “que debe estar justificada”. “En este sentido, tendríamos que debatir si realmente son necesarios este tipo de soluciones, si realmente para transacciones de pago necesitamos instrumentalizar datos biométricos, que, por cierto, en caso de verse comprometidos en algún momento, no se pueden cambiar”, explica.

Puntualiza que es diferente al Face ID de los iPhones o la huella dactilar y otros sistemas de reconocimiento en los teléfonos Android que se utilizan para confirmar pagos móviles o desbloquear apps. “Aquí no hay transmisión de datos ni procesamiento fuera del teléfono. Esa comprobación se hace en un entorno local”. Parra cree que llegarán estos sistemas tarde o temprano a España y países de nuestro entorno. “Lo que pasará entonces es que las agencias de protección de datos investigarán y detectarán si vulneran el RGPD y actuarán en consecuencia”.

Hay un lugar en el mundo donde uno no necesita llevar nada encima para hacer la compra. Ni la cartera, ni el móvil. Si uno quisiera, no tuviese pudor y no corriese el riesgo de organizar un escándalo público podría pagar la compra desnudo después de pasearse en cueros por los lineales y pasillos mientras escoge los mejores kiwis para llevarse de vuelta a casa. Los establecimientos en cuestión pertenecen a Amazon que, entre sus múltiples negocios, cuenta con varios supermercados con una importante impronta tecnológica.

Amazon