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Los tres factores de los que dependerá el 5G para tener éxito (o no) en la industria
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especialización, 'APIficación' y colaboración

Los tres factores de los que dependerá el 5G para tener éxito (o no) en la industria

La especialización, la 'APIficación' y la colaboración se perfilan como algunos de los núcleos en los que se debe seguir trabajando para que el 5G ofrezca servicios realmente útiles

Foto: Foto: Pixabay.
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Llevamos años hablando del 5G y de sus posibilidades dentro de la industria: smart cities, operaciones a distancia, realidad aumentada, etc. Y es evidente que esta tecnología va a suponer un antes y un después para empresas de todos los sectores, pero no es menos cierto que, para ello, aún hay que llevar a cabo diversos desarrollos para que el despliegue y la cobertura sean completos.

¿De qué manera se le puede sacar todo el provecho posible al 5G? ¿De qué depende que tenga éxito o no en sus aplicaciones industriales? He aquí algunos de los factores que marcarán su futuro.

Especialización: redes y subredes para cada industria

El 5G necesita redes especializadas de alto rendimiento, es decir, capacidad de generar, a partir de una red 5G física, múltiples subredes virtuales que sean capaces de satisfacer la demanda concreta de determinados usuarios en cuanto a velocidad, capacidad, retardo y garantía de servicio.

Es lo que en el sector se denomina network slicing, que debe ser capaz de adaptar cada red a las necesidades concretas de cada caso de uso. Por ejemplo, la red que dé servicios al coche conectado no puede ser exacta a la que asista a las smart cities o a las conexiones desde un smartphone. Por ello, la especialización apuesta por la creación de redes adaptadas específicamente a cada servicio.

APIficación: cómo saber la red que necesitas en cada momento

Con la APIficación nos referimos a ofrecer las capacidades de red como servicio a través de API (Application Programming Interface). De este modo, si una aplicación hace uso de una red 5G, podría comprobar en todo momento el estado de la red y el servicio que puede darle.

Esto, que sobre el papel puede parecer complejo, se entiende mejor con los ejemplos. Imaginemos un coche autónomo que ha sufrido un bloqueo y tiene que ser conducido de manera remota. Durante esa conducción remota, se puede pedir a la red los recursos necesarios, en este caso latencias ultra bajas y altos anchos de banda de subida para realizar esa teleconducción de manera fiable y segura.

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Foto: Pixabay.

Colaboración: redes 5G conectándose a otras redes

Aunque el usuario medio quizá lo desconozca, a menudo se produce una combinación de redes 5G con otras redes, como pueden ser las satelitales, para proporcionar una mayor ubicuidad y capacidad local. En ocasiones, las redes 5G también se combinan con redes de servidores de proximidad (también conocidos como edge computing), sobre todo cuando necesitan ofrecer servicios que necesitan un procesamiento de datos muy rápido, minimizando los retardos para así tomar decisiones en tiempo real.

Un ejemplo de ello lo encontramos en la movilidad cooperativa. Imaginemos una rotonda donde haya muchos vehículos conectados: los vehículos serán capaces de intercambiar sus intenciones de trayectoria, estas intenciones se enviarán a un servidor de proximidad donde en tiempo real aplicará la inteligencia necesaria para gestionar las trayectorias e indicar a los vehículos la que deben seguir, evitando de este modo cualquier colisión.

Proyectos ya realizados en España

Los objetivos de estos tres factores necesarios para el éxito del 5G son que los servicios, las aplicaciones y las redes interactúen ilimitadamente y de manera ágil y segura. En este sentido, desde el área de Innovación de Telefónica España ya se han realizado, en colaboración con sus clientes, algunas pruebas de concepto relacionadas con la parte de especialización, ofreciendo redes especializadas de alto rendimiento.

Un ejemplo de ello es el proyecto Slicing 5G para servicios críticos, realizado en Vigo, donde se desplegó una red 5G en el campus universitario y se crearon tres subredes virtuales, una de ellas dedicada a servicios críticos como es el de seguridad del campus, garantizando la ultrabaja latencia y el alto ancho de banda necesarios para el control remoto del robot Spot de Boston Dynamics, que era el encargado de realizar la tarea de videovigilancia. Spot enviaba, a través de esa subred especializada, varios streams de vídeo en tiempo real tanto al puesto de control remoto como a una tableta que usan los servicios de seguridad a los que daba apoyo.

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Foto: Pixabay.

Otro ejemplo es el proyecto Network Slicing en el sector hotelero, realizado en el Hotel Meliá Serrano en Madrid, donde se dotó de cobertura 5G al interior del hotel y se desarrollaron varias redes móviles virtuales capaces de funcionar de forma independiente, gracias al network slicing 5G de Telefónica. De esta manera, los huéspedes se conectaron a una subred 5G mientras que los propios sistemas del hotel se conectaron a otra subred 5G diferente, garantizando que las prestaciones de cada red no se vieran afectadas por el tráfico de la otra.

Hasta ahora, Telefónica lleva ya casi cuatro años colaborando con empresas para averiguar la utilidad real del 5G y su impacto en el desarrollo industrial y en la sociedad. Todo con el objetivo de que el 5G, como lleva años diciéndose, tenga un impacto real en la actividad diaria de las empresas y en las vidas de los ciudadanos.

Llevamos años hablando del 5G y de sus posibilidades dentro de la industria: smart cities, operaciones a distancia, realidad aumentada, etc. Y es evidente que esta tecnología va a suponer un antes y un después para empresas de todos los sectores, pero no es menos cierto que, para ello, aún hay que llevar a cabo diversos desarrollos para que el despliegue y la cobertura sean completos.

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