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He visto el futuro de los viajes baratos de avión y lo ha inventado este español de 22 años
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LA 'CHAISE LONGUE' DE A. NÚÑEZ

He visto el futuro de los viajes baratos de avión y lo ha inventado este español de 22 años

Su apariencia ha provocado que se convierta en un 'meme', pero el proyecto del joven Alejandro Núñez es mucho más eficiente (y cómodo) de lo que puede parecer

Foto: ¿Prefieres arriba o abajo? (Alejandro Martínez Vélez)
¿Prefieres arriba o abajo? (Alejandro Martínez Vélez)
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Estoy en mitad de una nave industrial en algún polígono industrial de Coslada mientras por afuera pasan los aviones, y experimento la última sensación que esperaba sentir en ese preciso momento: una extraña comodidad. He venido en busca de un meme y me he encontrado con un invento que, sorprendentemente, parece funcionar. Se trata de la Chaise Longue Airplane Seat, ideada por Alejandro Núñez Vicente hace un par de años, que ofrece un poco más de espacio al viajero de clase turista. Un invento que, por su apariencia, ha suscitado tuits irónicos y burlas en medios de todo el mundo. Pero Núñez ríe el último y ríe mejor.

“La meta es que la gente viaje mejor”, repite una y otra vez con convicción en las instalaciones de AIRE (Aircraft Interior Refurbishment España SL), la empresa que esponsoriza el proyecto. Su idea era ofrecer la posibilidad de tumbarse en un asiento con una reclinación de 125 grados, pensada para viajes de largo ratio, algo que ahora es solo posible en ‘business’. Y aunque solo me he sentado unos segundos y no diez horas, mi mente ha vagado fuera del hangar, quizá porque me siento a gusto, quizá porque tengo mucho que pensar. He venido buscando lo que alguien describió como “los viajes en avión según El Bosco” y me he encontrado con un ambicioso proyecto personal que funciona.

La idea no es meter a más gente en menos espacio, sino que los viajeros puedan disfrutar de unos centímetros más

La idea nació hace un par de años, cuando Núñez, que mide un metro noventa, viajó a la capital inglesa para estudiar en la Universidad Brunel. “Si en dos horas tengo las rodillas destrozadas, no quiero ni imaginarme en 10”, explica. Así que cuando durante su Erasmus en la Universidad Técnica de Delft le pidieron que imaginase el futuro de la aviación, su respuesta fue esta. Gracias a la ayuda de sus profesores, Peter Vink y Wolf Song, consiguió presentarla a representantes de algunas de las grandes aerolíneas como Airbus o KLM, que le pidieron que siguiese adelante. Entre otras razones porque como explica Juan Antonio Carrasco, CEO de AIRE, apenas hay "innovaciones radicales" en el mundo de la aviación comercial, que sigue siendo como en los cincuenta, pero más pequeño.

A pesar de que a simple vista el prototipo parezca un producto de la imaginación de Escher, todo encaja. Sentado en los polémicos asientos de la fila inferior, es obvio que el espacio para las piernas es mucho mayor que el de la habitual ‘economy’, hasta el punto de que uno puede tumbarse por completo. Al contrario de lo que pueda parecer, es amplio. “Los representantes de las aerolíneas asiáticas nos decían que ese espacio solo se veía en ‘first class”, recuerda Núñez. A ellos (China, Japón, Corea, Tailandia) les encanta, a los europeos les deja más indiferente y los americanos son los que muestran más reservas.

Tan solo el asiento central puede parecer un poco más claustrofóbico, aunque su autor se defiende recordando que lo que estamos viendo es un prototipo construido en madera y que la versión definitiva, que debería ser fibra, ahorraría dos centímetros más. Hay ingeniosos compartimentos para dejar las maletas debajo o detrás de los asientos y, con las luces led y pantallas apropiadas, la sensación debería ser de una mayor amplitud. Al fin y al cabo, añade su creador, para un vuelo largo, merece la pena perder un poco de capacidad visual (y ganar privacidad) a cambio de disfrutar de esas cunas para echar la cabezada obligatoria en un vuelo transoceánico.

placeholder Un avión pasa por el hangar de trabajo del diseñador Alejandro Núñez Vicente. AIRE: Aircraft Interior Refurbishment España. (Alejandro Martínez Vélez)
Un avión pasa por el hangar de trabajo del diseñador Alejandro Núñez Vicente. AIRE: Aircraft Interior Refurbishment España. (Alejandro Martínez Vélez)

Porque la idea no es, frente a lo que pueda parecer, meter a más gente en menos espacio, sino que los viajeros (los mismos que en un vuelo normal) puedan disfrutar de unos centímetros más. Donde resulta más evidente es en la fila superior, que incorpora una pantalla OLED y donde uno puede, milagro, cruzar las piernas, algo que es imposible en los diseños actuales. La idea es introducirlo en los pasillos centrales de aviones como los Airbus A330 y eliminar los compartimentos superiores de maletas. ¿Se puede? “Sí, sobra medio metro”, recuerda Núñez, que siempre ha tenido claro que el futuro se encuentra en mejorar la experiencia de la clase económica.

De trabajo universitario a proyecto vital

Cada día, el joven recibe tres o cuatro 'memes' nuevos con fotografías de su invento. “Me los mandan hasta en chino, que no sé lo que dicen”, comenta entre risas. Sabe que, en parte, los artículos de medios como CNN o ‘The New York Post’ que ironizaban con su invento le han permitido darse a conocer. “Como dicen, no hay publicidad mala”, explica. “Eso genera expectación: cuando hagamos el próximo prototipo, se interesarán y se reirán, pero cada vez menos”.

Al mismo tiempo que se convertía en un fenómeno viral, Núñez conseguía cada vez más financiación y el respeto de un sector poco abierto a las sorpresas. Sus principales apoyos económicos vienen de Dubái y Miami, y aunque uno de sus inversores sea español, lamenta “que todo tuviese que empezar fuera de España”. Ahora mismo se encuentra en su siguiente ronda de financiación del proyecto, que está prácticamente completada.

Todo un hito para haber comenzado como una idea que se le ocurrió “aburrido en casa” y desembocó en un proyecto universitario (“mi bebé”), realizado durante sus estudios de Diseño Industrial con Ingeniería. Su puesta de largo, la presentación en los Crystal Cabin Awards. Como insiste una y otra vez, “todo está basado en las investigaciones que se han realizado en la universidad, no es algo que me diese por dibujar un día”.

Sigue viviendo con sus padres y afirma no haber cobrado aún del proyecto

En aquel informe ya se mostraba una preferencia de un 59,2% por esta ‘chaise longue’ frente al 32,7%, que se decantaba por el modelo habitual. Núñez, que había comenzado a cursar un máster, lo ha abandonado para centrarse en su proyecto. Ha pasado los últimos meses viajando por todo el mundo y un poco ‘rock star’ sí que se siente, explica, codeándose con los altos cargos de algunas de las grandes aerolíneas. “Estoy viajando más que lo que ha viajado toda mi familia, conociendo cosas que no conocía, mis amigos están flipando”, añade unas horas antes de volar hacia Londres, quizá soñando que su metro noventa quepa algún día en el espacio que lo separa de la fila de delante.

placeholder No parecía tan grande a primera vista. (Alejandro Martínez Vélez)
No parecía tan grande a primera vista. (Alejandro Martínez Vélez)

Hijo de dos empresarios con los que sigue viviendo, Núñez afirma que no está viendo ni un euro por todo el trabajo que está haciendo para promocionar la ‘chaise longue’, al menos por ahora. Pero sabe que es su proyecto de futuro, lo que le puede acercar a conseguir su objetivo, que es cambiar el ‘statu quo’ de la industria de los aviones. “Mal ya no puede salir, con todo lo que he conseguido”, añade. El Chaise Longue Airplane Seat ha circulado tanto por medios, congresos y convenciones que ya nadie se va a olvidar del nombre del español, que afirma que tiene otros proyectos en mente relacionados con automoción.

Un problema fotográfico

Mientras damos vueltas alrededor del prototipo, que como recuerda su creador, “ha costado lo que un coche bueno porque en la industria de los aviones todo es muy caro”, al fotógrafo le cuesta encontrar un ángulo bueno que refleje el espacio real entre asiento y asiento. “Es que no está pensado para que se fotografíe, sino para probarlo”, lamenta Núñez, que recuerda que en la mayoría de artículos publicados nadie se ha acercado a Coslada para probarlo, pues en ese caso, nadie lo habría llamado “lata de sardinas” o “idea infernal”. Es como aquellas fotos de las aglomeraciones de la pandemia: las perspectivas engañan y le han jugado una mala pasada al equipo de Núñez. O buena. Sin ellas, no estaríamos hablando de él.

"Va a a terminar usándose, no sé cuándo, pero pasará tarde o temprano, no tengo duda"

¿Cuánto puede tardar en salir adelante? “Uno o dos años en certificarse”, responde. ¿Y cuáles son las posibilidades realistas de que alguna compañía incorpore la ‘chaise longue’ a sus vuelos? “Va a pasar, no sé cuándo, pero pasará tarde o temprano”. Su seguridad y determinación son impropias de un estudiante de 22 años, pero es propia de alguien que a su edad está viajando por todo el mundo para presentar su idea. “Siempre que tengo una idea, creo que es buena”, explica antes de añadir un detalle más entre risas: “Fui a por una chica hace seis años y ahí seguimos”. Ahora, anda en busca de aerolíneas interesadas, y más de una hay.

Cuando uno se sube al piso superior de los asientos ideados por Núñez, se siente en lo alto del mundo. El propio diseñador bromea con ello, recordando que seguramente los viajeros que consigan uno de los billetes del piso de arriba se verán a sí mismos un poco por encima de los de la fila de abajo. Y entre risas matiza que tal vez sus próximos prototipos tengan algún medidor de gases para negar la primera idea que todo el mundo tiene en relación con las flatulencias de los viajeros (“lo que suelo decir es que, al fin y al cabo, los gases calienten suelen ascender, así que los que lo tendrían peor son en realidad los de la planta superior”).

placeholder El diseñador Alejandro Núñez Vicente, creador de los asientos de avión de dos pisos, posa sentado en un prototipo de dichos asientos. (Alejandro Martínez Vélez)
El diseñador Alejandro Núñez Vicente, creador de los asientos de avión de dos pisos, posa sentado en un prototipo de dichos asientos. (Alejandro Martínez Vélez)

Sentado en la ‘chaise longue’, dejando mi mente vagar por mis problemas mientras por afuera vuelven a pasar los aviones, concluyo que tal vez lo que todos necesitemos sea un poco más de perspectiva, reconocer que las apariencias engañan. Quizá tan solo necesitamos un poco más de espacio en nuestras vidas. Aunque sean unos centímetros.

Estoy en mitad de una nave industrial en algún polígono industrial de Coslada mientras por afuera pasan los aviones, y experimento la última sensación que esperaba sentir en ese preciso momento: una extraña comodidad. He venido en busca de un meme y me he encontrado con un invento que, sorprendentemente, parece funcionar. Se trata de la Chaise Longue Airplane Seat, ideada por Alejandro Núñez Vicente hace un par de años, que ofrece un poco más de espacio al viajero de clase turista. Un invento que, por su apariencia, ha suscitado tuits irónicos y burlas en medios de todo el mundo. Pero Núñez ríe el último y ríe mejor.

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