Las Olivetti resisten: la Seguridad Social sigue invirtiendo en máquinas de escribir
Desde la Dirección Provincial de Valencia han publicado un contrato para el mantenimiento de máquinas de escribir y calculadoras. Aclaramos para qué se siguen utilizando
Aunque pueden parecer extintas, las máquinas de escribir continúan utilizándose como si la nostalgia le hubiera ganado la batalla a la tecnología. No solo sobreviven a base de recuerdos o como herramienta de escritores melancólicos, sino que incluso crean puestos de trabajo. El 20 de septiembre, la Dirección Provincial de Valencia de la Tesorería General de la Seguridad Social sacaba a concurso publicó una oferta para el mantenimiento de las 34 máquinas de escribir y las 251 calculadoras que aún existen en sus oficinas.
The year is 2017. La Seguridad Social saca un concurso para mantener sus MÁQUINAS DE ESCRIBIR Y CALCULAR pic.twitter.com/GcWZ5T6VcH
— Miguel Álvarez (@malvartinez) 21 de septiembre de 2017
Según el contrato, entre las funciones a desempeñar se incluyen “dos revisiones al año de limpieza y engrase y todos los avisos necesarios para mantener las máquinas en perfectas condiciones de trabajo, todas las piezas y los desplazamientos necesarios”. En los pliegos se especifica el inventario a mantener, como una Oliveti ET 2300 y una calculadora LOGOS 804T, como ha descubierto el usuario de Twitter @malvartinez.
Las máquinas de escribir, para los toreros
¿Pero por qué en 2017 se siguen utilizando máquinas de escribir? No se trata de un ataque de nostalgia. Según explican a El Confidencial desde el Departamento de Contratación de la Tesorería General de la Seguridad Social de Valencia de Marqués de Sotelo, “las máquinas de escribir se utilizan para rellenar algunos impresos de cotización de sectores específicos que no están informatizados”. Comentan además que estos pocos documentos que quedan sin informatizar son "de colectivos muy pequeños, como los toreros".
"Los funcionarios están acostumbrados a las calculadoras"
Las máquinas de escribir llevan en sus oficinas “desde siempre”. Ya no invierten en comprar nuevas, pero sí en su mantenimiento, al igual que las calculadoras. Éstas las siguen utilizando los funcionarios en su trabajo habitual. “Se podrían sustituir por hojas de cálculo, pero son equipos que llevan mucho tiempo y el funcionario está acostumbrado a trabajar de esta forma”.
“Ya lo estamos depurando para que no sea necesario, tienen una utilización muy esporádica”, aseguran. De hecho, en el inventario publicado hay “errores”, ya que se han incluido algunas herramientas que ya han sido retiradas.
Al contrario que en países como Rusia o Alemania, el miedo a los ciberataques no tiene nada que ver con la inusual existencia de máquinas de escribir y calculadoras en una oficina. Así lo aseguran desde la Seguridad Social al ser preguntados por el papel de estos artilugios en el filtrado de documentos.
Aunque pueden parecer extintas, las máquinas de escribir continúan utilizándose como si la nostalgia le hubiera ganado la batalla a la tecnología. No solo sobreviven a base de recuerdos o como herramienta de escritores melancólicos, sino que incluso crean puestos de trabajo. El 20 de septiembre, la Dirección Provincial de Valencia de la Tesorería General de la Seguridad Social sacaba a concurso publicó una oferta para el mantenimiento de las 34 máquinas de escribir y las 251 calculadoras que aún existen en sus oficinas.
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