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El invento de dos catalanes que hizo de Kodak un gigante mundial de la fotografía
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El invento de dos catalanes que hizo de Kodak un gigante mundial de la fotografía

Jaume Ferran e Innocent Paulí crearon un método para realizar emulsiones fotográficas más baratas, sentando las bases del rollo de la empresa fundada por George Eastman

Foto: Kodak alcanzó la fama al simplificar el proceso de la toma de fotografías: "Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto" (Pxhere)
Kodak alcanzó la fama al simplificar el proceso de la toma de fotografías: "Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto" (Pxhere)

Inmersos en la era digital, apenas si recordamos la época en que revelar las fotografías era la única manera de inmortalizar nuestros mejores momentos. Sin embargo, hasta llegar a ver las imágenes hubo un largo recorrido en el que las manos de dos españoles tuvieron mucho que ver. Fueron los catalanes Jaume Ferran e Innocent Paulí quienes, en un trabajo conjunto, descubrieron a finales del siglo XIX un nuevo método para realizar las emulsiones fotográficas de una manera más rápida y a un menor coste.

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Este hallazgo sirvió a la estadounidense Kodak para fabricar nuevos soportes fotográficos, más baratos pero de igual calidad, que la catapultaron a la fama. Aunque no fue lo único de lo que se aprovecharon los americanos: Ferran y Paulí también expusieron una fórmula para dejar de utilizar el cristal como soporte y pasarse al papel, lo que facilitaría la llegada del film o película fotográfica que tanto éxito otorgó al fundador de Kodak, George Eastman.

Hasta finales del siglo XIX, la técnica que se empleaba para tomar fotografías era el colodión húmedo. Este proceso, además de requerir ingredientes químicos altamente tóxicos, suponía un gran esfuerzo para el fotógrafo, que debía impregnar con una especie de barniz las placas de cristal y mantenerlas húmedas durante todo el tiempo de la toma y el revelado. De este modo, era necesario que los fotógrafos de la época llevaran a cuestas todo el material de laboratorio y estar siempre pendientes de buscar lugares oscuros para realizar un revelado de inmediato.

placeholder La aparición de los negativos en soportes flexibles popularizó el arte de la fotografía (Moritz320 / Pixabay)
La aparición de los negativos en soportes flexibles popularizó el arte de la fotografía (Moritz320 / Pixabay)

En 1871, el médico y fotógrafo inglés Richard L. Maddox facilitó esta tarea con nuevos materiales. Él utilizaba una emulsión de bromuro de plata que podía secarse sobre las placas y permitía prepararlas con antelación a la toma, al igual que podían guardarse durante más tiempo hasta el revelado. "Por primera vez con estas emulsiones, que tenían una gran sensibilidad, se podían hacer fotografías de gente en movimiento, es decir, instantáneas, cosa que no se podía hacer con las emulsiones al colodión que necesitaban uno o más segundos para cada exposición", explica a Teknautas Salvador Tió i Sauleda, estudioso de la fotografía antigua.

Almidón para crear fotografías

Esta novedosa técnica fue la inspiración de Ferran y Paulí para escribir su libro 'La instantaneidad en fotografía', publicado en el verano de 1879. En este ejemplar explicaban minuciosamente en qué consistía el método de bromuro de plata. Así, por primera vez, cualquiera que tuviera unos mínimos conocimientos de química podía ponerlo en práctica sin apenas margen de error.

placeholder Cajas de placas secas de gelatino-bromuro de plata que se comercializaban en 1900 (Carlos Teixidor / Wikimedia)
Cajas de placas secas de gelatino-bromuro de plata que se comercializaban en 1900 (Carlos Teixidor / Wikimedia)

Este manual también les sirvió para exponer propuestas de mejora. Así sustituyeron la gelatina utilizada para crear el bromuro de plata por almidón "ya sea en forma de fécula de patata, de almidón de arroz, de maíz, o de cualquier otro tipo, como vehículo o soporte, solo o mezclado con gelatina", según recoge Tió en su obra 'Ferran i Pauli: la instantaneidad en fotografía'. Con ello consiguieron abaratar costes sin que la calidad se viera afectada.

"El libro es una colaboración conjunta entre los dos, cómo todo lo que hicieron mientras estuvieron juntos", detalla Tió. "De todas maneras hay que reconocer que los conocimientos químicos eran de Paulí y la emulsión a las féculas hemos de entender que fue idea suya".

El litigio por el descubrimiento de Ferran y Paulí

Este hallazgo de estos dos amigos pronto llegaron a las compañías que se dedicaban a la industria fotográfica de la época. La primera en adoptar estas técnicas fue la alemana G. J. Junk en 1893, aunque poco tiempo después lo hizo la compañía norteamericana Kodak. Esta puso a la venta un tipo de papel fotográfico, el Kodak Platino-Matte Bromide Paper, que pronto adquirió una gran fama. Aportaba calidad y unas tonalidades muy parecidas a las conseguidas con el procedimiento del platino, aunque a un menor coste.

Junk reivindicó la autoría de esta fórmula a Kodak y los americanos demostraron con el manual de Ferran y Paulí de dónde procedía ese invento. "La casa Kodak les decía que existía un libro publicado unos años atrás por unos 'spaniards' que hacían servir un procedimiento muy similar", apunta Tió. A pesar de llevar razón, Kodak no pudo comercializar sus papeles en Alemania y Ferran solo recibió una cámara de fotos de su parte para agradecerle la ayuda prestada.

placeholder Uno de los anuncios de la casa Kodak de 1889 (Wikimedia)
Uno de los anuncios de la casa Kodak de 1889 (Wikimedia)

En este ejemplar, con repercusión internacional, estos inventores también recogían "una solución para sustituir el soporte de cristal (frágil y pesado) para las emulsiones por otro como el papel (más flexible y casi sin peso)", explica Tió i Sauleda.

Este invento sentó las bases del film o película fotográfica. Cuatro años más tarde de que Ferran y Paulí lo hicieran público, Kodak patentó el llamado 'stripping film', "un soporte de papel con una emulsión extendida sobre el mismo que una vez revelado se desprendía la emulsión, es decir una película o film, y se sacaban las copias positivas", explica el experto.

Una amistad basada en la ciencia

A finales del siglo XIX, Tortosa era el lugar de residencia de Ferran y Paulí. El primero había llegado allí después de que su padre fuera destinado como médico del pueblo, mientras que Paulí era oriundo del lugar. Allí también vivía José Joaquín Landerer, toda una autoridad en astronomía, geología y meteorología de la época a quien le gustaba reunir en su casa a amigos y colaboradores para compartir conocimientos. Precisamente en esas reuniones fue donde se forjaron las colaboraciones, además de una profunda amistad, entre Ferran y Paulí.

Además de ser pioneros en las técnicas fotográficas, juntos establecieron una de las primeras comunicaciones telefónicas de España, entre Tortosa y Tarragona, y publicaron varios artículos científicos. Incluso hay indicios de que ambos tenían un pequeño negocio fotográfico y fueron miembros de la Société Française de Photographie.

Sin embargo, la gran pasión de Ferran era la bacteriología. Médico de profesión, pasó a la historia como el fundador de la microbiología en nuestro país y creador de vacunas contra el cólera, el tifus y la tuberculosis. Aunque lo cierto es que Paulí también tuvo mucho que ver en estos descubrimientos: juntos formaban el tándem investigador perfecto, hasta tal punto que les llamaban "la facultad de ciencias de Tortosa".

Sin embargo, a Paulí no siempre se le reconocieron su parte en los trabajos. Por ejemplo, ambos fueron los creadores de la vacuna contra el cólera en 1885, tras su viaje a Marsella para estudiar y luchar contra la enfermedad. En aquella ocasión, todos los méritos le fueron atribuidos a Ferran por la falta de titulación de Paulí.

placeholder Un dibujo de Jaume Ferran y su colaborador Innocent Paulí (Salvador Tió i Sauleda / Galerías de Metges Catalans)
Un dibujo de Jaume Ferran y su colaborador Innocent Paulí (Salvador Tió i Sauleda / Galerías de Metges Catalans)

A pesar de ello, siguieron trabajando juntos. Un año más tarde montaron el laboratorio microbiológico municipal de Barcelona, donde también realizaron grandes avances contra enfermedades como la rabia y la difteria. Pero pronto comenzaron las desavenencias. Paulí no estaba de acuerdo con los nuevos métodos de vacunación de Ferran ni con la rapidez con que los quería poner en práctica. Esto llevó al final de su amistad sin que, a partir de entonces, consten documentos conjuntos. Aún así, siguieron compartiendo intereses. Ferran continuó con sus trabajos en microbiología y Paulí, investigando como bacteriólogo, acabó consiguiendo su título de médico en 1900.

Para entonces Kodak ya comercializaba sus primeros rollos en un soporte plástico flexible y las cámaras de fotografía empezaban a llegar a lugares donde antes no habían estado debido a las complicaciones técnicas. Esto supuso una auténtica revolución para la fotografía, que comenzaba a democratizarse.

Tras sus años dorados, el gigante de la fotografía se declaró en bancarrota en 2012. Recientemente la empresa ha resurgido con el firme propósito de hacerse un hueco en el complicado sector de los 'smartphones'. A principios de este año, presentaron su dispositivo Kodak Ektra con una cámara de 21 megapíxeles en el CES 2017. Aun así, ya poco queda del gigante que un día cambió por completo el mundo de la fotografía gracias a los descubrimientos de un par de españoles.

Inmersos en la era digital, apenas si recordamos la época en que revelar las fotografías era la única manera de inmortalizar nuestros mejores momentos. Sin embargo, hasta llegar a ver las imágenes hubo un largo recorrido en el que las manos de dos españoles tuvieron mucho que ver. Fueron los catalanes Jaume Ferran e Innocent Paulí quienes, en un trabajo conjunto, descubrieron a finales del siglo XIX un nuevo método para realizar las emulsiones fotográficas de una manera más rápida y a un menor coste.

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