El último bastión de Anonymous en España: los 'hackers' que (aún) teme todo el mundo
El colectivo Anonymous está casi desaparecido en medio mundo, pero España es una rara excepción. El grupo La Nueve no solo resiste, si no que ha aumentado sus campañas en 2017
Un informe de la Inteligencia española lo confirma: Anonymous está casi desaparecido en España (y en el resto del mundo), pero no muerto. Quedan solo algunos reductos, 'hacktivistas' aislados que usan la 'marca' para sus particulares cruzadas; algunas cuentas en las redes sociales, cada vez menos, y el espíritu, eso sí, que impregna a las nuevas generaciones del 'hacking por las risas', del 'fuck the police' y el 'hack the planet'.
Brad Templeton, creador del legendario foro rec.humor.funny, inventó uno de los 'memes' más famosos de internet: el anuncio de la muerte inminente de algo, sea la propia internet, los 'trolls', el intercambio de películas... Siempre hay algo apocalípticamente 'a punto de morir' en la cultura de la red, pero que nunca muere. Aunque esta vez 'la muerte anunciada de Anonymous' podría ir más allá del chiste.
"Desde 2012, Anonymous ha sido incapaz de establecer una infraestructura estable en España", afirma tajante el último informe, 'Hacktivismo y Ciberyihadismo', del CCN-CERT, el equipo gubernamental de ciberseguridad en España. Anonymous como movimiento está difunto. Lo confirman los pocos actores que quedan en este teatro, como @nonymousNews: "Está claro que Anonymous ya no es lo que era".
En España tenemos una de las pocas excepciones a esta muerte mundial por inacción de Anonymous: La 9ª Compañía
La forma de actuar de Anonymous, mediante campañas llamadas 'operaciones' u 'ops', está también difunta, según el informe del CCN-CERT: "En 2016 se observa la denominada #Op_Save_Spain u #Op_Viva_La_República, una retórica contra la corrupción proponiendo ataques por denegación de servicio (DDoS) contra la Administración Pública". Esta operación fue totalmente fallida, según el CCN-CERT, porque "no tuvo ningún recorrido ni se tradujo en ninguna acción de ciberataque".
España, la excepción
El informe destaca que en España tendríamos una de las pocas excepciones a esta muerte mundial por inacción de Anonymous: "La 9ª Compañía, entidad 'hacktivista' que continúa identificándose con el colectivo Anonymous, pero que mantiene sus propias señas de identidad y no está conectada ni integrada en un tejido Anonymous nacional ni internacional". La Nueve (La9deAnon) puntualiza a Teknautas: "Nosotras no representamos a Anonymous, participamos de la idea primigenia pero nunca hemos estado en movimiento alguno con esa denominación".
Las hazañas de La Nueve conforman el grueso del 'hacktivismo' en España. En 2016, su operación más sonada fue colarse en los sistemas de El Corte Inglés. En lo que llevamos de 2017, han 'hackeado' al Ayuntamiento de Guadalajara como protesta porque cobró las tasas de exhumación a la familia de Timoteo Mendieta, entraron en los sistemas de la franquicia de salud dental iDental y pagaron las deudas a 50.000 de sus clientes, hicieron una auditoría sorpresa al Banco Santander y accedieron a los datos internos de la entidad de derechos de autor Cedro.
El CCN-CERT parece tener bastante 'fichados' a los miembros de La Nueve: "Ideología anarquista de izquierda anticapitalista; una o dos personas, siendo la principal un individuo en el rango de los 40 años de edad; educación universitaria; dedicación laboral a la administración de sistemas informáticos donde podrían estar próximos o afiliados a un órgano sindical de orientación anarquista", señala el informe.
La Nueve asegura a Teknautas que: "El CCN-CERT tiene una visión cortoplacista que tiende a identificarlo todo como organizaciones o grupos personalizados cuando, en realidad, tanto las caretas como, en nuestro caso, los cascos, no son más que meras representaciones de las muchas personas que pueden estar detrás de ellas, cambiantes, diferentes". Pero, aunque La Nueve quiera dar la sensación de multitud, la verdad es que a su alrededor el 'hacktivismo' es un desierto.
En Europa solo sobrevive Anonymous Italia que, según el CCN-CERT, "ha mantenido capacidades ciberofensivas de nivel medio de amenaza, principalmente contra instituciones públicas y empresas en Italia". Y eso "a pesar de que dos de sus principales activos, las identidades Aken y Otherwise, fueron arrestados policialmente a mediados de 2015".
Las últimas campañas de Anonymous han sido primar la propaganda en redes sociales para luego lanzar ciberataques con mínimo impacto
En Latinoamérica se vive la misma "inactividad" y "declive general", dice el informe. Anonymous Venezuela y Anonymous Brasil serían las excepciones, mientras que Anonymous Chile y Anonymous Perú estarían prácticamente desaparecidos. Lo mismo en el resto del mundo: "A pesar de que Anonymous ha desarrollado campañas de ciberataque en varias zonas (África, China, Japón), han tenido bajo impacto por la débil capacidad técnica de los atacantes y la menor adhesión que la causa ha aglutinado".
El CCN-CERT asegura además que las últimas campañas de Anonymous han sido "primar la propaganda amenazante intentando 'hacer ruido' en redes sociales para posteriormente ejecutar acciones de ciberataque con mínimo impacto". Un ejemplo sería la #OpIcarus, que en 2016 quería atacar a bancos centrales de todo el mundo. Según el organismo gubernamental, los bombardeos de DDoS tuvieron "muy bajo seguimiento internacional y nulo impacto sobre los objetivos atacados".
Gabriella Coleman, considerada la "erudita principal del mundo sobre la fenomenología de Anonymous" y autora del libro 'Hackers, activistas, espías y bromistas. Las mil caras de Anonymous', coincide con esta visión de fin de ciclo y explica a Teknautas: "Ha disminuido bastante la actividad, ahora estamos en el punto de evaluar el legado de Anonymous". Y añade: "Hay actividad esporádica aquí y allá en todo el mundo, pero se ha enfriado un poco, sería interesante ver si las futuras generaciones usan este nombre otra vez".
Los pocos que quedan en Anonymous dan diversas razones del porqué ha acabado esta aventura. Desde @nonymousNews tienen claro que las detenciones policiales han sido clave: "Conocemos a varios compañeros que están imputados por delitos informáticos y otros que se han llevado multas por llevar máscaras de Anonymous, todo ello conlleva que mucha gente se retenga, cuando todo esto empezó, la gente no contaba con ello".
La fecha que muchos ponen como inicio del fin de Anonymous sería 2012, justo cuando la revista 'Time' nombró al colectivo "personalidad influyente del año", pero también cuando los miembros de Lulzsec, la facción más combativa del movimiento, fueron detenidos y se descubrió que su líder, Sabu, era un informador del Federal Bureau of Investigation (FBI).
También en España el juego acabó en las mismas fechas: en junio de 2011, la Policía Nacional detuvo a tres personas acusadas de administrar los chats donde se preparaban los ataques. En 2016 serían declaradas inocentes, pero el 'susto' ya estaba hecho. En febrero de 2012 hubo más detenciones, contra cuatro personas acusadas de realizar ataques DDoS en nombre de Anonymous.
Los cuerpos de seguridad de medio mundo tuvieron como objetivo a Anonymous, hubo una persecución
"Los cuerpos de seguridad de medio mundo tuvieron como objetivo a Anonymous y eso se notó en la persecución, hasta tal punto de engordar las causas sin ningún rigor con tal de hacer daño y que los futuros [seguidores] cogieran miedo", asegura el portavoz de @nonymousNews. Y añade: "Hay mucho 'anon' en la cárcel y otros tantos en espera de juicio, aunque no tengan la repercusión mediática que tuvo el #JuicioAnon".
El miedo ha disuadido a muchos de seguir en Anonymous. En cuanto a la lucha en la calle con las caretas de Guy Fawkes, @nonymousNews asegura: "En España, con la ley mordaza, la protesta en la calle ha sido criminalizada hasta tal punto que gente 'anon' que se concentraba en Madrid en la celebración mundial del día del millón de máscaras #MillionMaskMarch, lo único que obtenía era requisamiento de banderas, máscaras y la consiguiente multa".
Han enmudecido también muchas cuentas de Anonymous que tenían miles de seguidores en Twitter, YouTube y Facebook. A nivel internacional, queda viva sobre todo @youranonnews. En España, @nonymousNews, @La9deAnon, @anonymousBCN o Anonymous España, que hace unos meses publicaba un vídeo de reclutamiento pidiendo Sangre Nueva (#OpNewBlood).
La Nueve tiene su particular opinión del porqué de esta debacle: "Anonymous se ha distorsionado mucho como consecuencia del abuso de quienes dicen ser sus representantes". Han ayudado también, explican, "la profusión de vídeos y operaciones que cualquiera podía lanzar y las peleas habidas entre facciones". Además de que, aseguran, muchas cuentas en redes sociales con miles de seguidores "son 'egofags", personas que afirman ser de Anonymous solo para hacerse publicidad o tener muchos seguidores.
Anonymous, dice La Nueve, "somos todas y nadie, nunca existió como entidad, no es ninguna organización ni movimiento, carece de representantes y de voces oficiales, es un recurso". La persistencia de algo así, manteniendo una total autenticidad puristamente anónima, era realmente difícil en un mundo individualista y egocéntrico. Pero el poder de Anonymous estaba precisamente en ser un colectivo amorfo.
"Anonymous muere el día que la gente decide hacerse un nombre usando el nombre de Anonymous", nos explica una fuente cercana al colectivo de Anonymous que prefiere no revelar su identidad. "Cuando empiezas a poner nombres, aunque sean Anon2Earth o Commander X, te conviertes en un blanco", afirma. Más cuando "la gente empieza a crear cuentas en Twitter ligadas a su identidad". Esto abrió la puerta de las actuaciones policiales, que demostraron "lo débiles que eran en realidad y su uso de una seguridad operacional incorrecta", asegura.
Otro gran fallo, según este conocedor de Anonymous, fue "convertir una broma graciosa en un 'movimiento hacktivista" porque, afirma, "nunca tuvieron un plan, una mínima coordinación, y lanzar DDoS contra sitios web aleatorios del Gobierno no provoca ningún cambio". El 'hacktivismo', explica, es una bonita idea pero "hay muy poca gente que quiera hacerlo bien porque, si estás haciendo 'hacktivismo' serio, yo no debería poder hablar contigo en Twitter".
La cuenta en Twitter @GroupAnon escribía recientemente el epitafio de Anonymous: "Quizás la gente nos olvidará, la historia no. Fuimos a por los corruptos y criminales y algunos de ellos acabaron en prisión". Pero otros, como @nonymousNews, no escriben aún epitafios: "Anonymous no está en su mejor momento, pero está, en cualquier momento puede haber sorpresas".
Quien no ha muerto es el 'hacktivismo', practicado hoy por grupos pequeños con nombres propios. Como Spain Squad, quienes según el informe del CCN-CERT atacaron "la web del Ayuntamiento de Tordesillas en el contexto anual de rechazo a las fiestas populares del Toro de la Vega" , o ACABGang, que en abril de 2017 asaltó los servidores de la organización HazteOir y, en mayo, una web relacionada con la Guardia Civil.
Gabriella Coleman explica, en uno de sus últimos artículos, que en esta nueva etapa el 'hacktivismo' debería dividirse entre no gubernamental y gubernamental. En cuando al primero, representado internacionalmente por Phineas Fisher y los Decepticons, ambos se han declarado públicamente herederos de Anonymous.
"¿Está Anonymous muerto o solo preparando su retorno?", se preguntaba la revista 'Wired' ya en 2014. Tres años después, responden desde 'Reddit': "Anonymous empezó como algo para reír, nunca quiso ser serio. Los malditos activistas lo infectaron y, años después, se ha convertido en una marca usada por estados nación, preadolescentes adictos a los foros de 'hacking' y fiestas en la DefCon. Anonymous es un zombi desde hace al menos media década".
Un informe de la Inteligencia española lo confirma: Anonymous está casi desaparecido en España (y en el resto del mundo), pero no muerto. Quedan solo algunos reductos, 'hacktivistas' aislados que usan la 'marca' para sus particulares cruzadas; algunas cuentas en las redes sociales, cada vez menos, y el espíritu, eso sí, que impregna a las nuevas generaciones del 'hacking por las risas', del 'fuck the police' y el 'hack the planet'.
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