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Convertibles y ultrafinos: probamos los portátiles futuristas que llegan en otoño
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Lenovo Yoga Book, uno de los destacados

Convertibles y ultrafinos: probamos los portátiles futuristas que llegan en otoño

La IFA de Berlín abrió ayer sus puertas y tuvimos la oportunidad de probar algunos de los productos más destacados que se habían anunciado a lo largo de la semana

Foto: (J. E.)
(J. E.)

Jamás pensé que me cruzaría a María Patiño en una feria tecnológica. Y lo hice ayer por la mañana. Fue en Berlín, en la IFA, donde me la crucé mientras anunciaba una freidora en una televisión en un puesto de electrodomésticos. Eso es la IFA, un espacio en el que convive tecnología (punta) cotidiana con tecnología que va a definir los próximos años. Y pasado el olor a fritanga, lo mejor de la IFA, sin duda, tiene nombre: Lenovo Yoga Book. Este 2 en 1 sorprende por sus formas y por su apuesta aunque necesitará de una prueba a fondo para saber si sobrevive a la expectación creada.

Foto: El portátil más delgado del mercado tiene menos de un centímetro de grosor. (Acer)

Lo decíamos un par de días atrás. El gran anuncio de Lenovo en esta feria ha sorprendido por una especie de segunda pantalla que hace las veces de teclado o de tableta sobre la que escribir o dibujar.

De primeras, el Yoga Book no llama la atención. Una de sus dos mitades es una tableta al uso mientras que la segunda está presidida por un profundo negro que tiene que esconder algo. Y lo esconde. Un botón en la esquina superior derecha activa un teclado que, de repente, se ilumina bajo tus manos. No es muy diferente del teclado que aparece en pantalla en una tableta aunque sus líneas blancas sobre fondo negro le otorgan una elegancia que ningún otro producto tiene.

¿Es cómodo teclear en un Yoga Book? Ni más ni menos que hacerlo sobre un teclado de una tableta. Un punto a favor de Lenovo es la incorporación del ‘feedback’ háptico para que, con cada pulsación, el teclado emita una ligera vibración para indicar al usuario que se ha producido contacto. Supuestamente el teclado es capaz de adaptarse al usuario pero esa funcionalidad no se podrá comprobar hasta probarlo más a fondo.

No acaba ahí la cosa, ya que el mismo botón que enciende el teclado se puede utilizar para desactivarlo y convertir ese accesorio en una tableta sobre la que dibujar. Por poder, el Yoga permite hasta escribir con un bolígrafo (aunque hay que poner un papel encima para no malmeter el equipo) y también reconoce los ‘stylus’ tradicionales que se utilizan en animación 3D, diseño gráfico u otras disciplinas.

El teclado háptico del Yoga Book es capaz de aprender de la forma de pulsar de cada usuario para adaptarse a su uso y facilitar la escritura

Lo más sorprendente del Yoga es su salida al mercado, inminente, y a un precio muy competitivo: 499 euros en modo Android y 599 si optamos por Windows 10, que debería ser la opción de cabecera para ese usuario que quiera sacar un plus de productividad. ¿Será capaz de hacer algo de sombra a Surface? Las dudas son muy grandes, pero sólo por salirse de la fila y proponer nuevos conceptos, el equipo de Lenovo merece una mención de honor porque a nivel de prestaciones se queda algo corto.

Con 4GB de RAM, un procesador Intel Atom X5-Z8550 y 64GB de almacenamiento, estamos ante un equipo al que acudir por otros factores ajenos a la potencia de procesado.

Predator, eres muy feo (pero te quiero)

Me acerqué al puesto de Acer intrigado por ver el Swift 7, el portátil más delgado del planeta, que tiene menos de un centímetro de grosor, y todos los focos fueron para el Predator 21X, un armatoste feo como él sólo, de ocho kilos de peso y pensado para un público muy específico: el jugador.

Pararse frente a un Predator 21X es como hacerlo frente a uno de esos portátiles antediluvianos. Es tan grande que no hace el menor esfuerzo en disimular sus líneas. A este portátil le sobra chasis por todas partes porque por necesita ese espacio para meter las dos tarjetas gráficas (sí, dos) GTX 1080 que le permiten ofrecer una de las mejores experiencias para videojuegos de un ordenador portátil, o eso aseguran sus creadores.

Lo de portátil es un adjetivo que deberíamos entrecomillar, ya que el Predator es un ordenador que se mueve como puedes mover una mesa en casa. No pienses en colocarlo en tu mochila de viaje junto a la ropa porque tendrás que hacerte con una segunda mochila sólo para tu ropa.

Pero yo a Acer había ido a ver el Swift 7. No está mucho más lejos, apenas estarán separados por unos diez metros, y sus formas finas y estilizadas hacen que pase muy desapercibido. Acer ha ganado el concurso de la delgadez, pero no se ha esmerado en exceso en el diseño. Ahí el MacBook y el Spectre le llevan varios cuerpos de distancia (ambos, con unos teclados en los que da gusto escribir) pero, a cambio, el Swift es algo más barato, 1.299 euros, y con unas características nada desdeñables: 8GB de RAM, 256 de almacenamiento SSD y un Core i5 en su interior.

Nos esperan unos meses divertidos en una industria preocupada por colgarse la chapita del ‘gadget’ más fino, lo que no deja de arrancarme una sonrisa cuando abandono el ‘stand’ de Acer y vuelvo a mirar, de manera furtiva, las voluptuosas formas del Predator.

Sony tiene un móvil (y muchas teles)

Sony presentó el jueves el Xperia XZ, un teléfono que ni siquiera logró cautivar a los primeros en verlo de cerca. La situación de la marca nipona no es, precisamente, para sacar pecho y en Teknautas dimos fe de ello cuando echamos un vistazo al Xperia X.

Este nuevo terminal ahonda en las mismas formas aunque Sony asegura que ha puesto mucho empeño en la cámara. En el poco tiempo que he podido probarla me ha sorprendido su velocidad tanto de detección de elementos en pantalla como de enfoque. ¡Y hasta tiene un modo para disparar un selfie con un gesto sin tener que apretar ningún botón del terminal!

Sony sigue dando buenos resultados en televisores, un área en la que, junto a Samsung y LG, domina el segmento de la gama alta. Si algo me ha quedado claro después de pasear durante un día por la IFA es que el HDR, y no el 8K, es el siguiente gran paso en televisión.

Lo próximo no será más definición sino una definición con colores más vivos y llamativos. De salir adelante, ¿en qué lugar quedarán las pantallas OLED que tanto publicita LG? Algo cierto sí que se puede decir de algunas pantallas 8K exhibidas en el recinto: la diferencia no parece, en absoluto, tan llamativa como para meterla con calzador a medio plazo.

Una feria que huele a comida

A diferencia del Mobile World Congress, y más en la línea del CES, la IFA es una fería de electrónica de consumo. Y ese término engloba tanto lo último en telefonía u ordenadores portátiles como los últimos avances en electrodomésticos para el día a día.

Pasear entre filas de cocinas, algunas a pleno funcionamiento, o hacerlo entre hileras de lavadoras con una puerta especial para meter ese calcetín que se te ha olvidado sin parar el programa es una experiencia digna de ser contada. Aunque nada, nada, como escuchar la voz de María Patiño en pleno Berlín.

Jamás pensé que me cruzaría a María Patiño en una feria tecnológica. Y lo hice ayer por la mañana. Fue en Berlín, en la IFA, donde me la crucé mientras anunciaba una freidora en una televisión en un puesto de electrodomésticos. Eso es la IFA, un espacio en el que convive tecnología (punta) cotidiana con tecnología que va a definir los próximos años. Y pasado el olor a fritanga, lo mejor de la IFA, sin duda, tiene nombre: Lenovo Yoga Book. Este 2 en 1 sorprende por sus formas y por su apuesta aunque necesitará de una prueba a fondo para saber si sobrevive a la expectación creada.

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