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Slack, el WhatsApp para empresas que quiere matar el email en 2016
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ha reunido 2,3 millones de usuarios en dos años

Slack, el WhatsApp para empresas que quiere matar el email en 2016

Se vende como la herramienta definitiva para promover la productividad en el trabajo pero tiene ante sí el reto más difícil: destronar al correo electrónico

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Esta historia la hemos escuchado muchas veces. Line era el nuevo WhatsApp. Un poco más tarde surgió Telegram. En oriente WeChat tiene un tirón considerable. Y Facebook quiere meternos Messenger sí o sí. Ninguno ha logrado desbancar a WhatsApp aunque un nuevo contendiente acaba de entrar en el ring. Se llama Slack y en dos años ha logrado reunir a más de dos millones de usuarios poniendo el acento en la comunicación empresarial, 400.000 de ellos en los últimos dos meses. Pero sus ambiciones van más allá de la empresa.

¿Por qué esta 'app' creada en San Francisco acapara titulares en las últimas semanas? Este tuit del fundador de la compañía, Stewart Butterfield, resume los motivos por los que la firma saca pecho al poco de haber cumplido dos años:

20% of all of Slack's daily active users — one in five — started using it since New Year's.

Slack no es un sustituto del correo electrónico. Tampoco lo es de WhatsApp. Opera en un ámbito diferente pero coge un poco de cada uno. Del primero, la capacidad de coordinar a todos los empleados de una empresa con inmediatez y sin tener que pasar por la bandeja de entrada. Del segundo, el componente de comunicación inmediata integrada tanto en la web como en el móvil o la tableta.

Para Butterfield, el correo tradicional presenta algunos problemas. "Aisla a los trabajadores de algunas conversaciones cruciales para su trabajo mientras que les satura de otra información que no quieren o no necesitan", explicaba en una entrevista publicada en el Wall Street Journal.

El correo aisla a los trabajadores de algunas conversaciones cruciales mientras les satura de información que no quieren o no necesitan

Ernesto Jiménez es el creador de Slackline, una 'app' pensada para mejorar las funcionalidades de Slack. Como buen conocedor de la herramienta, es capaz de resumir las claves del éxito en unos pocos puntos: "Montaron un grupo de herramientas alrededor de IRC para organizarse en el trabajo. Algunos usuarios 'hardcore' ya utilizaban IRC con integraciones desde hacía tiempo. Slack ha democratizado un proceso que antes requería de usuarios experimentados que supieran configurarlo. Ese hecho, unido a la fama que tienen en Silicon Valley, ha posibilitado un crecimiento brutal".

El dato publicado por Butterfield, que también fue uno de los cocreadores de Flickr, implica que algo más de 400.000 usuarios se han dado de alta en la aplicación desde el pasado 1 de enero, una cifra considerable respecto al total de usuarios, que en la actualidad se sitúa en torno a los 2,3 millones. El crecimiento ha sido exponencial desde el nacimiento como también lo demuestra el hecho de que, un año atrás y en la celebración de los primeros 365 días de vida, la 'app' contaba con 520.000 usuarios activos a diario.

Slack permite comunicación en tiempo real entre todos los miembros de una empresa, que también se pueden organizar en grupos. En los diferentes chats que se abren —también se pueden intercambiar mensajes privados— se pueden enviar archivos adjuntos de la misma manera que se podría hacer en un correo electrónico. A diferencia de este último, en Slack no existe el concepto del 'spam' ya que todos los miembros acceden a un mismo canal mediante invitación, ni las distracciones externasya que no es posible la comunicación con personas ajenas a la empresa.

El modelo de negocio de la compañía está basado en la suscripción para desbloquear la comunicación dentro de las empresas. Los planes varían en función de las opciones contratadas y en la actualidad cuestan entre 6 y 12 dólares por usuario registrado. Existen otras variables, tirando de ingenio y picaresca, para saltarse esas limitaciones, como el uso de IFTTT para automatizar procesos con servicios externos como Dropbox, y que en la versión gratuita tienen el número capado en cinco proveedores.

La pequeña empresa se sube al carro

La productividad es uno de los factores que explican la popularización de Slack en las empresas. "Hemos notado una reducción bastante evidente del volumen del email", explica Jorge Gutiérrez, CEO de Tecnilógica, a 'Teknautas'. Esta mediana empresa madrileña cuenta con 75 empleados y ha adoptado la aplicación de manera natural, sin que se haya impuesto desde la dirección.

En Tecnilógica, una 'startup' madrileña, destacan “la evidente reducción del volumen de correos electrónicos“ gracias al uso de Slack

Gutiérrez impulsó el uso para coordinarse "con administradores de sistemas" para que cualquier imprevisto que pudiera surgir en la oficina durante la noche se resolviera gracias "a una alerta en una 'app' y no por un SMS del robot que gestiona los equipos".

La aplicación se ha ganado el favor de la empresa a pesar de que los trabajadores cuentan con una intranet para compartir información. "Se ha convertido en una herramienta para coordinar proyectos de diversos canales", afirma el responsable de Tecnilógica.

Un modelo de negocio basado en Slack

Slackline es una de las muchas aplicaciones que han aparecido al calor de Slack. Y lo ha hecho para cubrir una necesidad que tanto Ernesto Jiménez como Blanca Tortajada, creadores de la idea, habían detectado en el pasado: la imposibilidad de contactar con usuarios que pertenecen a otras empresas.

"Slack, Dropbox y compañía facilitan la colaboración dentro de la empresa, pero al hacerlo fuera tenemos que utilizar el correo o mandar invitaciones a otros servicios", explica Jiménez, que habla por teléfono con 'Teknautas' desde Londres. "La gente ya se aprovecha de las ventajas de productividad que proporciona a nivel interno, pero queremos trasladarlo también al nivel externo", explica.

La firma estadounidense ha organizado un fondo de 80 millones de dólares con el que pretende invertir en otras 'startups' relacionadas con la plataforma. Slackline, por el momento, no ha visto ningún fondo. Todavía no se han repartido los fondos sobrantes de los 340 millones de dólares que ha recogido en la última ronda de financiación. "De momento, hemos montado la empresa con nuestro dinero. No hemos levantado nada de inversión", certifica Jiménez

¿Está en peligro WhatsApp?

A juzgar por las cifras, nada hace pensar que la aplicación de mensajería pueda encontrar un rival en Slack. Basta con comparar la cifra de usuarios, 1.000 millones frente a 2,3, para comprobar que la diferencia es abismal. La batalla de Slack no se juega contra las aplicaciones de mensajería. Si algún día logra imponerse en su sector, será por haber desplazado al tradicional correo electrónico.

Slack pelea contra el correo electrónico y no contra WhatsApp. Los 2,3 millones de usuarios poco tienen que hacer ante los mil de la 'app' de mensajería

Para Gutiérrez, la comodidad de usar Slack en el ámbito laboral no implica que se pueda extrapolar a otras situaciones. "Si tengo tu teléfono, es probable que te escriba por WhatsApp. Si tengo tu correo, te contactaré por Gtalk. Para hablar por Slack es necesario que nos pongamos de acuerdo, creemos una organización y nos demos de alta", argumenta.

Desde Slackline, Jiménez tiene claro que la aplicación está muy ligada al ámbito empresarial: "Si ves su esquema de precios, verás que está centrado a empresas. Hasta la fecha habían cubierto pequeñas y medianas empresas y ahora van a intentar integrarse en empresas más grandes".

Esta historia la hemos escuchado muchas veces. Line era el nuevo WhatsApp. Un poco más tarde surgió Telegram. En oriente WeChat tiene un tirón considerable. Y Facebook quiere meternos Messenger sí o sí. Ninguno ha logrado desbancar a WhatsApp aunque un nuevo contendiente acaba de entrar en el ring. Se llama Slack y en dos años ha logrado reunir a más de dos millones de usuarios poniendo el acento en la comunicación empresarial, 400.000 de ellos en los últimos dos meses. Pero sus ambiciones van más allá de la empresa.

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