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Así es vivir 15 meses de estrés constante en Silicon Valley
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Así es vivir 15 meses de estrés constante en Silicon Valley

Marco Altini registró sus niveles de trabajo y descanso mientras intentaba lanzar dos startups, terminar un doctorado en California y mantener una relación a larga distancia con su esposa

Foto: (Foto: Corbis)
(Foto: Corbis)

El italiano Marco Altini se graduó en informática en su país y se marchó a trabajar a Holanda. Durante dos años, él y unos compañeros desarrollaron tecnología wearable relacionada con el deporte y la salud para una empresa del país. Al mismo tiempo, Marco comenzaba a preparar su doctorado. Llegó un momento en que el equipo decidió emprender una nueva vida en Silicon Valley y montar una startup.

Así que a Estados Unidos se mudó Marco. El ritmo de trabajo era el siguiente: montar una startup, a la que luego se sumó otra, mientras terminaba su tesis doctoral. A la vez, mantener una relación a larga distancia con su esposa. ¿Cómo soportaba el cuerpo este estrés? ¿Había alguna forma de monitorizarlo y extraer conclusiones?

Marco publicó el resultado de cerca de quince meses de seguimiento de sus constantes vitales. Eran los tiempos en los que intentaba poner en marcha con sus amigos Bloom Technologies, enfocada en controlar el embarazo de las mujeres (por ejemplo, registrando las contracciones durante el tercer trimestre). Mientras, quería lanzar otra empresa, HRV4Training, destinada a mejorar el desempeño de los atletas. “Algo increíble y difícil de describir”, rememora Marco en su blog.

¿Qué implica todo esto? Jornadas maratonianas. ¿De cuántas horas? “Un montón”, dice a Teknautas mientras se ríe. “70 u 80 horas a la semana delante del ordenador. Y luego está todo el tiempo que no pasas delante del ordenador pero aún piensas en las mismas cosas”, explica. Calcula que unas 16 por día, más de 300 a la semana.

Para obtener los datos trabajó con aplicaciones que registran la variación del ritmo cardíaco (HRV, en inglés). Las imágenes que cuelga en internet muestran las muchas horas de trabajo y el poco descanso que tenía. Para Marco, medirlo bien significaba obtener datos óptimos sobre cómo reaccionaba su cuerpo. La labor era constante (incluso hay imágenes de la jornada de Acción de Gracias) para comprobar de qué manera el ejercicio físico o el trabajo podían afectar a su productividad.

Tienes que encontrar tu modo de hacer esto sin perder el juicio, porque hay mucha gente en Silicon Valley que pierde el juicio

Cuando vio los resultados, las numerosas horas trabajando y el poco tiempo de reposo, Marco afirma que no implementó cambios. Para él, son los niveles normales en un lugar como Silicon Valley. “Creo que es más importante encontrar tu equilibrio”, cómo sentirse más cómodo en un entorno en el que centenares de hombres y mujeres tratan de hacerse un hueco.

A pesar de todo, Marco los recuerda como buenos tiempos. “Trabajar un viernes por la noche en un bar es perfectamente normal”, recuerda. “Trabajar un domingo por la mañana en un garaje es lo menos que puedes hacer. Amamos lo que hacemos. Todos somos soñadores”.

Ahora bien, significaba despedirse de su vida personal y cambiar la relación con Alessandra, su esposa. Durante más de un año, y de forma parecida a la pareja protagonista de 10.000 km, su comunicación se basó en charlar a través de internet. Para ello, usaban aplicaciones como Without, que permite mandar imágenes con anotaciones básicas a tu pareja (o a quien desees). “Te quiero”, “Te echo de menos”, “Estar sin ti es horrible”... Ese tipo de mensajes aparecían sobreimpresionados en selfies que se mandaban el uno al otro. Aunque Marco alaba la aplicación, no creía que fuera suficiente.

¿Qué le decía Alessandra sobre su nivel de trabajo? Ella no le animaba a echar menos horas, asegura Marco. “Ella me conoce. Trabaja en un campo diferente, trabaja en arte contemporáneo. Está muy apasionada por lo que hace”. Ha viajado mucho por motivos laborales y ahora vive en Estados Unidos, solo que lejos de Marco. “Es un modo de vida similar en mundos diferentes, pero al mismo tiempo cansa. Hay periodos en los que necesitas algo más estable”, explica. “Es muy estresante. Ya sabes, estás siempre haciendo maletas, cambiando de lugares, durmiendo en diferentes sitios y acostumbrarse a todo de nuevo... Es malsano para el cuerpo”.

Una nueva vida

Afortunadamente, tras unos dos años con este ritmo, parece que las cosas cambiarán a partir de enero. Marco defiende su tesis este mes de diciembre, regresará a California a principios de año y comenzará una nueva vida con Alessandra, que se establecerá con él allí. Considera que con esta unión sus niveles de estrés descenderán: “Creo que va a ser más fácil porque estaremos juntos”.

Durante más de un año la comunicación de Marco con su esposa se hizo a través de internet

Tampoco será un camino de rosas. “San Francisco es una ciudad compleja. Hay muchos aspectos controvertidos”, como la gentrificación, el aumento del nivel de vida por culpa de los nuevos ricos de la tecnología. “Creo que no comparto demasiado la visión de lo que está sucediendo allí, aun cuando intentamos lanzar nuestra compañía”, afirma. Así que no se plantea una relación a largo plazo con la ciudad. Sin embargo, quiere ver cómo se trabaja, conocer a gente, ver si hay oportunidades interesantes... “Y luego veremos si seguimos haciendo algo en Europa”.

¿Qué ha aprendido de esta estresante odisea? “Tienes que encontrar tu modo de hacer esto sin perder el juicio, porque hay mucha gente en Silicon Valley que pierde el juicio”. “Yo encontré mi equilibrio”, añade, “y simplemente necesito ponerlo en marcha”. ¿Y si alguien le pide consejo para mudarse a la meca de la tecnología? Marco vuelve a reírse: “Le diría que fuera a por ello”, pero al mismo tiempo que busque crecer “despacio”, pues se entra “en una dinámica de necesitar dinero, pedir dinero prestado a inversores y estar más estresado”.

Mientras tanto, sigue monitorizándose y contando los días para empezar una nueva aventura vital. 2016 implicará mucho cambios, y parece que serán para mejor.

El italiano Marco Altini se graduó en informática en su país y se marchó a trabajar a Holanda. Durante dos años, él y unos compañeros desarrollaron tecnología wearable relacionada con el deporte y la salud para una empresa del país. Al mismo tiempo, Marco comenzaba a preparar su doctorado. Llegó un momento en que el equipo decidió emprender una nueva vida en Silicon Valley y montar una startup.

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