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Qué podrás hacer (y qué no) cuando llegue el 5G a tu móvil
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Qué podrás hacer (y qué no) cuando llegue el 5G a tu móvil

La siguiente generación de redes móviles pasará por ser más rápida, conectar todo tipo de dispositivos y dotar de conectividad a servicios de urgencias, seguridad o infraestructuras

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El verano de 2013 fue una época muy movida en el mundo de las operadoras en España. En esa época, y con cierto retraso respecto a nuestros vecinos europeos, por fin se encendieron los interruptores del 4G. La nueva tecnología se dio a conocer como una mejora para la velocidad de conexión a internet. En realidad hay mucho más entre bambalinas con el 4G. Por ejemplo, estas redes ahorran dinero a las operadoras porque aceptan más conexiones por antena y los costes de mantenimiento son menores. Ahora, con el 4G aún en expansión, ya se prepara la siguiente generación de comunicaciones: el 5G. ¿Qué podemos esperar?

Grandes empresas de equipos de redes como Ericsson, Alcatel-Lucent o Huawei llevan años investigando cómo mejorar las comunicaciones con esta nueva generación. Su prioridad: conseguir que se puedan transmitir datos de una forma más rápida, pero también más organizada.

En lo que a la velocidad se refiere, se espera conseguir un 5G con velocidades de hasta 10 Gbps en escenarios óptimos, es decir, muy cerca de las antenas. En situaciones generales para todo tipo de zonas urbanas se podrían conseguir velocidades de 100 Mbps como mínimo. Para zonas alejadas, rurales o con un mínimo de señal, las velocidades podrían ser de unos 10 Mbps.

No es por la velocidad, es por la latencia

Aún quedan unos años hasta que empecemos a ver esta nueva generación de redes. Las operadoras empiezan a ofrecer redes 4G+ a equipos compatibles, redes que ofrecen más velocidad y mejor calidad en las llamadas. Pero donde el 5G va a destacar no es tanto en la velocidad, si no en la latencia (el tiempo que tardan dos dispositivos en responderse).

Una menor latencia en las redes es clave para mejorar las velocidades. O lo que es lo mismo: cuanta menor sea la latencia, más datos se puede transmitir. El tiempo de respuesta será crítico para dar servicios a nuevos sistemas vitales para ciudades, como la conectividad de automóviles o la gestión del tráfico e infraestructuras.

Las principales empresas de telecomunicaciones quieren un futuro donde todo esté conectado y ellas estén por medio. Uno de los usos más comunes con el 5G será el de los coches conectados. Se podrán conectar entre sí y compartir información, por ejemplo sobre un accidente o un cambio en las condiciones del asfalto. Un automóvil podrá avisar al que circula justo detrás de que se acerca a una zona con una incidencia, este avisa al anterior y así sucesivamente.

Samsung fue una de las compañías que demostró en el pasado Mobile World Congress una prueba piloto de despliegue de 5G, que permite a un automóvil conectarse a velocidades de hasta 7.5 Gbps. Puedes hacerte una idea en el vídeo debajo:

Más rápida y más inteligente

La tecnología 5G permitirá tambi´rn que objetos cotidianos, como los móviles, puedan ahorrar batería. Un móvil se conecta continuamente a las redes de las operadoras para identificarse y saber si debería hacer alguna acción: recibir datos, mensajes o una llamada. Un smartphone compatible con redes 5G podría mandar un aviso indicando que su batería se está agotando. Las redes podrían adaptarse al móvil y enviar menos peticiones, ahorrando así batería.

El bajo consumo de energía del 5G permitirá conectar móviles, tabletas, servidores, coches y también objetos más pequeños. Parte del interés por conectar todo es por dar servicio al internet de las cosas. Pequeños sensores, cámaras de seguridad, lámparas o electrodomésticos en tu hogar se podrán conectar a una red general o entre sí.

Las redes podrían adaptarse al móvil y enviar menos peticiones, ahorrando batería

Si estos pequeños objetos estáticos pueden conectarse a una red principal, también lo podrán hacer los más grandes. Es lo que se denomina device-to-Device (D2D) y permitirá que dos o más dispositivos se comuniquen directamente y sin intermediarios. Una serie de dispositivos se podrán conectar entre sí y ampliar la señal donde la red no llega. Ericsson lo explica así en un estudio reciente: “Las comunicaciones D2D en el contexto del 5G deberían ser parte integral de la solución al acceso inalámbrico en vez de ser una solución independiente”, es decir, un equipo no está conectado únicamente a una red móvil, es parte de una red que ayuda a expandir la cobertura.

La empresa sueca también explica que para evitar que estos equipos creen redes propias usando parte del espectro reservado, deberán estar bajo el control de la red.

El 5G usará un espectro que va desde 1GHz hasta los 100GHz. En España para dar servicio 4G se usan tres bandas que comprenden el espectro de los 800GHz, 1800GHz y 2600GHz. A menor espectro, mejor será la conectividad para los equipos, de ahí la importancia de los 800MHz en el 4G.

5G priorizará el tráfico más importante

Una de las características más importantes y controvertidas del 5G es la forma en la que está diseñada, dejando de ser neutrales. Nuestras redes, las que usamos todos los días para conectarnos a internet, son neutrales. Es decir, una operadora no puede ni debe priorizar que una empresa o un servicio tenga mejor conexión que otra persona.

El 5G está diseñado para elegir qué tipo de conexión debe ir primero ya que su uso será para todo tipo de servicios. Estas redes tendrán que dar prioridad a servicios importantes antes que el de consumo, como por ejemplo las conexiones que usan los sistemas de control de tráfico de una ciudad, las comunicaciones de servicios de urgencias o el de servicios médicos.

¿Cuándo estará disponible?

Ken Hu, CEO de Huawei, escribía en un artículo sobre las dudas de la industria acerca del 5G. ¿Para qué empezar a preparar la nueva generación cuando en muchos países la expansión de 4G acaba de empezar y más del 60% aun siguen usando redes 2G? Su respuesta es que el 5G es inevitable. Las operadoras, empresas de redes y fabricantes deben evolucionar las redes simplemente porque cada vez existen más dispositivos conectados.

Para Huawei, Ericsson y otras empresas del sector, la fecha más conservadora de la llegada del 5G es el año 2020. No será fácil, primero se tendrá que crear un estándar común para que todos los implicados puedan crear equipos. También hay que tener en cuenta la burocracia de cada país, que funciona a un ritmo diferente y será vital para dejar libres (o no) las frecuencias en las que el 5G debe funcionar.

El ejemplo más claro para mostrar la importancia de que los gobiernos gestionen bien la liberación de las bandas requeridas está justo en España. No se activaron las redes 4G bajo la frecuencia de los 800MHz (que da cobertura y mayor velocidad en los interiores de los edificios) durante varios años al solaparse con el uso de la TDT. El resultado fue un retraso considerable respecto a otros países europeos. Veremos qué ocurre en menos de cinco años con el 5G.

El verano de 2013 fue una época muy movida en el mundo de las operadoras en España. En esa época, y con cierto retraso respecto a nuestros vecinos europeos, por fin se encendieron los interruptores del 4G. La nueva tecnología se dio a conocer como una mejora para la velocidad de conexión a internet. En realidad hay mucho más entre bambalinas con el 4G. Por ejemplo, estas redes ahorran dinero a las operadoras porque aceptan más conexiones por antena y los costes de mantenimiento son menores. Ahora, con el 4G aún en expansión, ya se prepara la siguiente generación de comunicaciones: el 5G. ¿Qué podemos esperar?

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