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Los últimos rinocerontes de Sumatra, a punto de extinguirse por la pseudomedicina China
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quedan unos cien ejemplares

Los últimos rinocerontes de Sumatra, a punto de extinguirse por la pseudomedicina China

Esta pequeña especie ha sufrido en sus carnes la caza furtiva debido al uso medicinal que se da a sus cuernos. Ahora, un estudio intenta salvar a los últimos individuos protegiendo su escaso hábitat

Foto: Cría de rinoceronte de Sumatra con su madre. (FunkMonk/Wikipedia)
Cría de rinoceronte de Sumatra con su madre. (FunkMonk/Wikipedia)

A día de hoy quedan menos de doscientos ejemplares. Puede que ni siquiera lleguen a la centena. Son los últimos supervivientes del rinoceronte salvaje de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis), que aunque se descubrió hace tan sólo dos siglos, ya se encuentra en peligro crítico de extinción, a punto de dar el paso definitivo hacia la desaparición.

El principal motivo de su actual situación es la caza furtiva para conseguir sus cuernos, utilizados por la medicina tradicional china desde hace miles de años. Según estas prácticas pseudocientíficas, esta estructura de queratina sirve para curar la epilepsia, bajar la fiebre, evitar los infartos e incluso el sida, remedios cuya ineficacia está demostrada. Este mismo verano se confirmó la desaparición de esta especie de rinoceronte de Malasia.

Debemos asegurar zonas de protección, lo que requeriría importantes inversiones en personal que haga cumplir las leyes

Para evitar que la extinción sea definitiva, un equipo de investigadores de la Universidad de Massachusetts (EEUU) han llevado a cabo, junto al Programa de Indonesia de la Sociedad de Conservación de Vida Silvestre (WCS por sus siglas en inglés), un estudio en Indonesia sobre la última población silvestre que queda. Los resultados han sido publicados esta semana en la revista PLOS.

En estos momentos sólo queda una población silvestre (junto a unos pocos ejemplares en cautividad) distribuida en cuatro áreas de Indonesia. El trabajo es en realidad el último cartucho del desesperado intento final por salvar la especie. El problema es que no se trata tanto de proteger su ecosistema como su seguridad física: "Todavía puede evitarse la extinción, pero para ello debemos asegurar zonas de protección, lo que requeriría importantes inversiones en personal que haga cumplir las leyes", asegura la investigadora principal del estudio, Wulan Pusparini.

Los investigadores identificaron los pequeños y dispersos grupos supervivientes que deberían consolidarse para asegurar la viabilidad de la especie. En primer lugar habría que proteger esas zonas con recursos humanos, y además censar el número de hembras reproductoras restantes. No es fácil garantizar la seguridad de un animal cuyos cuernos se pagan a más de 25.000 euros el kilo.

Una polémica propuesta sugerida para salvar a los rinocerontes (de Sumatra y otras especies) consistiría en cosechar sus cuernos e introducirlos a bajos precios para reventar el mercado. Cortar los cuernos y dejar vivo al ejemplar no supone ningún tipo de sufrimiento (es queratina, comparable a cortarse las uñas), estos vuelven a crecer y los cazadores no atacarían a un animal sin esta estructura.

En cuanto el precio bajara suficiente la caza furtiva no saldría rentable y esta práctica desaparecería. La idea se basa en la premisa de que no se va a cambiar de golpe las erróneas ideas sobre las propiedades curativas del apéndice, y que para cuando se haga quizá sea demasiado tarde. Sus defensores aseguran que es mejor acabar con el mercado negro con ventas legales de bajo precio.

Rinocerontes huidizos

Desde su reconocimiento como especie en 1814, su distribución se ha reducido exponencialmente en el sudeste asiático, hasta el punto de quedar reducida a tres áreas de la isla de Sumatra y una de Kalimantan (Indonesia). Aun ahora, el estudio reveló mediante un modelo de su hábitat que estos animales ocupan sólo un 13% de estas zonas.

Algunos expertos han propuesto la venta legal de cuernos para así 'reventar' el mercado negro de un material que alcanza los 25.000 euros por kilo

"Con tantas incógnitas sobre cómo gestionar a los rinocerontes de Sumatra, ya sea en libertad o cautividad, nuestro trabajo muestra dónde debemos protegerlos desde el comienzo", asegura Pusparini. No resulta sencillo debido al carácter huidizo del animal y al bajo número de ejemplares. Los censos hablan por sí solos: en 1985 quedaban unos 600 ejemplares. En 2013, menos de un centenar. Las últimas estimaciones hablan de entre 87 y 179 rinocerontes, distribuidos en poblaciones de entre 2 y 50 individuos.

Gracias a este estudio se "proporciona información urgente sobre dónde se distribuyen los rinocerontes restantes", según asegura el vicepresidente de la WCS, Joe Walston. Al identificar cinco áreas específicas y fundamentales se podría optimizar los esfuerzos destinados a evitar la caza furtiva. En caso contrario seguirá los pasos del rinoceronte de Java, extinguido en Vietnam en 2010 y reducido al poco esperanzador número de 50 individuos.

A día de hoy quedan menos de doscientos ejemplares. Puede que ni siquiera lleguen a la centena. Son los últimos supervivientes del rinoceronte salvaje de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis), que aunque se descubrió hace tan sólo dos siglos, ya se encuentra en peligro crítico de extinción, a punto de dar el paso definitivo hacia la desaparición.

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