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Así abren los coches con mando gracias a un 'gadget' de 40 euros
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Así abren los coches con mando gracias a un 'gadget' de 40 euros

Coches abiertos y desvalijados sin ninguna señal de haber sido forzados. Esto es lo que se encuentran los dueños de algunos vehículos. La clave está en un pequeño dispositivo fácil de encontrar en la red

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Cuenta Nick Bilton, columnista tecnológico de The New Tork Times, que desde hace un par de semanas guarda las llaves de su coche en el congelador. Esto, que parece una extravagante costumbre propia de alguien ligeramente desequilibrado, es en realidad una medida de seguridad, recomendada por un ingeniero suizo experto en sistemas inalámbricos, para evitar que vuelvan a abrirle el coche por cuarta vez en lo que va de mes, gracias a un dispositivo de apenas 40 euros.

Se trata de una más de las víctimas de una serie de sucesos que están teniendo lugar en algunos barrios residenciales de Estados Unidos: los vehículos aparecen abiertos y todo lo que haya de valor dentro ya no está. Pero lo curioso es que no parece que los ladrones hayan empleado ningún tipo de violencia contra el coche: ni ventanas rotas, ni cerraduras forzadas, ni siquiera arañazos en la pintura. Además, todos los coches asaltados contaban con un sistema de apertura inalámbrico.

Bilton cuenta su experiencia, incluido cómo fue testigo directo desde la ventana de su casa del último intento de robo (ante lo repetido de la situación ya no guardaba nada de valor en el coche). Dos chavales, poco más que adolescentes, se acercaron en sus bicis hasta su vehículo. Uno de ellos, una chica, sacó de la mochila un pequeño dispositivo negro, similar a un mando a distancia con una antena, se bajó de la bicicleta, se acercó al coche y simplemente abrió la puerta.

"Salí fuera corriendo, e inmediatamente se subieron a sus bicis y huyeron. Corrí detrás de ellos, en parte con la esperanza de atrapar a los ladrones, pero sobre todo porque estaba fascinado por su pequeño dispositivo negro. ¿Cómo habían podido abrir la puerta de mi coche tan fácilmente?".

"¿Seguro que ha echado la llave?"

Ni la policía ni Toyota, fabricante de su coche, pudieron darle una respuesta más allá del típico "¿está seguro de que había echado la llave?". Así que Bilton siguió buscando información. Los ladrones de coches llevan años utilizando distintos dispositivos electrónicos para abrirlos, y del mismo modo, existen métodos informáticos para saltarse las cerraduras inalámbricas utilizando un ordenador. "Algunos criminales muy sofisticados tienen portátiles equipados con transmisores de radio que aciertan el código único de cada una de estas llaves simplemente probando millones de combinaciones hasta que dan con la que funcionan". Algo así le ocurrió en 2006 a David Beckham, cuando robaron su coche, valorado en 100.000 dólares.

En el caso de Bilton, se trataba de una técnica mucho más simple y barata. Los jóvenes ladrones habrían empleado un amplificador de potencia, algo sencillo de encontrar en internet y cuyo precio puede bajar hasta los 40 euros (aunque los hay mucho más caros).

Según el experto en seguridad suizo Boris Danev, cuando te acercas a tu coche, si éste cuenta con un sistema de apertura de los más modernos, y accionas el tirador, el sistema emite una señal para buscar la llave. Si la llave responde, el coche se abre sin que tengas siquiera que sacarla del bolsillo. Pero el sistema solo detecta la llave si ésta se encuentra a poco más de un metro de distancia.

Con el amplificador, esto ya no funciona así, sino que se amplifica el radio de búsqueda de la llave, permitiendo que el coche la detecte aunque se encuentre a unas decenas de metros. En el caso de Bilton, en la mesa de la cocina de su casa. "Es como si fuese un altavoz, de forma que cuando dices "hola", toda la gente a 100 metros puede oírte", explica Danev.

El experto reconoce que no hay forma de estar 100% protegido de estos aplificadores, pero da un consejo: "meter las llaves en el congelador, que actúa como una jaula de Faraday y así impide que ninguna señal alcance o sea emitida desde ellas".

Cuenta Nick Bilton, columnista tecnológico de The New Tork Times, que desde hace un par de semanas guarda las llaves de su coche en el congelador. Esto, que parece una extravagante costumbre propia de alguien ligeramente desequilibrado, es en realidad una medida de seguridad, recomendada por un ingeniero suizo experto en sistemas inalámbricos, para evitar que vuelvan a abrirle el coche por cuarta vez en lo que va de mes, gracias a un dispositivo de apenas 40 euros.

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