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VaporChat permite decidir cuándo se borran tus mensajes del móvil del receptor
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evita que los filtre a terceros

VaporChat permite decidir cuándo se borran tus mensajes del móvil del receptor

Muchos problemas de seguridad con las aplicaciones de mensajería surgen cuando el receptor no gestiona bien (por accidente o a propósito) lo que le enviamos. Esta 'app' apuesta por borrarlo

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No hay que darle más vueltas: las aplicaciones de mensajería instantánea no son seguras, y no vale la pena que elevemos la discusión hacia la transmisión cifrada de la información o la vulnerabilidad de los servidores. No. En realidad, el peligro llega cuando una foto comprometedora inocentemente enviada por WhatsApp a nuestra media naranja cae por accidente en manos ajenas, o directamente en un acto de despecho supere los confines del móvil.

Hay que empezar a asumir que la información personal que viaja a través de este tipo de apps puede volverse, en un momento dado, en nuestra contra, y esta lección la conocen muy bien los adolescentes. Snapchat se ha convertido en un negocio millonario gracias a lo caduco de su contenido: uno envía una foto y ésta se desvanece en unos pocos segundos. Pues bien, una startup eleva la apuesta de esta filosofía aplicándola a toda la mensajería con VaporChat, una app que acaba de seducir a los inversores que han apostado con millón y medio de dólares. Y parece que esto es sólo el aperitivo.

Podríamos caer en el error de considerar esta aplicación como una más que viene a hacerse un hueco a codazos en el reñido segmento de las aplicaciones de mensajería, pero desbancar a aplicaciones como WhatsApp o Telegram es ya realmente difícil, y no parecería inteligente ir con toda la cacharrería contra ellas. Por contra, VaporChat plantea una solución muy astuta: erigirse como referente para el envío de mensajes privados o con información sensible, y a partir de ahí ir escalando en número de usuarios que van cogiendo el gusto a esto de los mensajes que se esfuman.

Su fundador, Kevin Fried, un ex de Goldman Sachs, se puso manos a la obra con el proyecto al descubrir que había un nicho en el mercado no cubierto: por un lado, aplicaciones como Snapchat, muy limitadas al uso de fotografías y orientadas a un público muy segmentado, y luego, otra aproximación a la privacidad como Telegram, decidida a convencernos de que la seguridad para por servidores cifrados y una comunicación blindada con protección militar.

Ni capturas de pantalla

Lo cierto es que de poco sirven los cifrados si es el receptor el que filtra la información. Vamos, que es mucho más probable que un mensaje nuestro caiga en manos ajenas por despiste o mala fe del destinatario, que porque un hacker haya conseguido franquear la seguridad de los servidores.Con Vaporchat el usuario tiene un control absoluto sobre todo el contenido que envía a sus destinatarios, y así, puede configurar la conversación para que no se borre salvo que indiquemos lo contrario (como sucede en WhatsApp), o bien que se borre pasados unos segundos.

Lo curioso del asunto es que en cuanto decidimos eliminar un texto o foto, o bien toda la conversación, estos desaparecen en tiempo real en la aplicación del destinatario. Y lo estará pensando… ¿qué sucede si el receptor hace una captura de pantalla? También se ha tenido en cuenta este extremo y la aplicación alertará al emisor de esta acción, al tiempo que evapora toda la conversación en el momento. Como medida adicional, no aparecen los nombres de los usuarios mientras escriben.

Los usuarios cada vez tienen más claro del peligro que supone utilizar aplicaciones de mensajería no seguras

Por otro lado, la información enviada por VaporChat cuenta con un cifrado SSL de 256 bits y los mensajes se borran del servidor tan pronto como se han suministrado. VaporChat está disponible para iOS por el momento, pero en breve llegará también a Google Play.

Otra empresa, en este caso española, ha optado por la seguridad en materia de las comunicaciones a través de aplicaciones de mensajería: IMBox, una app destinada al mundo corporativo y que promete comunicaciones fuera de los ojos ajenos. ¿Por qué de repente este interés por la seguridad en el sector? Fernando Calvo, fundador del proyecto, lo tiene claro: “los usuarios cada vez tienen más claro del peligro que supone utilizar aplicaciones de mensajería no seguras”, explica a Teknautas.

Y no podemos evitar formular la pregunta: ¿Es WhatsApp segura? “Desde mi punto de vista, no”, sentencia Calvo. Este emprendedor apunta a que la desconfianza acerca de la seguridad de los datos crece en la empresa privada, y por ello se pusieron manos a la obra con IMBox, un servicio que cuenta ya con la confianza de más de mil empresas en nuestro país.

No hay que darle más vueltas: las aplicaciones de mensajería instantánea no son seguras, y no vale la pena que elevemos la discusión hacia la transmisión cifrada de la información o la vulnerabilidad de los servidores. No. En realidad, el peligro llega cuando una foto comprometedora inocentemente enviada por WhatsApp a nuestra media naranja cae por accidente en manos ajenas, o directamente en un acto de despecho supere los confines del móvil.

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