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Un matemático ahorra al metro la mitad de los gastos en seguridad
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david ríos crea un modelo óptimo de gestión

Un matemático ahorra al metro la mitad de los gastos en seguridad

El investigador David Ríos acaba de recibir 1,1 millones de euros de una empresa aseguradora para estudiar amenazas procedentes de enemigos inteligentes

Foto: El investigador español, David Ríos (Fotografía: Fundación General CSIC).
El investigador español, David Ríos (Fotografía: Fundación General CSIC).

El matemático David Ríos introduce datos sorprendentes en su ordenador. En el metro de Barcelona, como en los de otras ciudades, los carteristas se relamen. Hay unos 16.500 robos al año, pero sólo 1 de cada 15 se denuncia. Algunos ciudadanosademás, se dedican con impunidad al salto olímpico en los torniquetes de entrada. Sólo 1 de cada 6 personas multadas con 100 euros por no tener billete paga la multa. Y David Ríos sigue metiendo datos: millones de usuarios por estación, número de cámaras, agentes de seguridad, revisores, puertas automatizadas. Una infinidad de números llena el complejo algoritmo elaborado por su equipo. Una vez terminado, su PC portátil se queda una semana entera haciendo cálculos.

El resultado: con el modelo actual, el conjunto de empresas públicas Transportes Metropolitanos de Barcelona pierde 2,5 millones de euros cada año por culpa de los viajeros que se cuelan, los carteristas que espantan a los usuarios y la utilización de recursos donde no hacen falta.

Con el modelo óptimo de gestión que escupe el algoritmo de Ríos, las pérdidas se reducirían a 1,2 millones de euros. Se ahorraría la mitad de los gastos en seguridad, según ha concluido su estudioavalado por la gestora del transporte barcelonés y a punto de ser publicado en la revista especializada European Journal of Operations Research.

El caso, opina el investigador, es básicamente extrapolable a otras redes de metro.

Cómo las matemáticas pueden acabar con los robos

Ríos dirige la Cátedra Permanente en Análisis de Riesgos Adversarios, recién creada en Madrid con 1,1 millones de euros del fondo para la investigación de AXA, uno de los mayores grupos aseguradores del mundo. El trabajo del equipo de Ríos es una muestra de cómo, de manera poco intuitiva, las matemáticas pueden ayudar a evitar robos, fraudes, accidentes e, incluso, ataques terroristas.

Un pirata informático puede hacer que se pierda una bolsa de petróleo, robar información o incluso provocar una marea negra

“Hasta en Al Qaeda hay una racionalidad”, sentencia Ríos, nacido en Madrid en 1964. Su cátedra, en el Instituto de Ciencias Matemáticas (ICMAT), tiene como uno de sus objetivos mejorar la protección de infraestructuras críticas, como centrales nucleares y presas, frente a ataques terroristas. La novedad de sus métodos, frente a los análisis de riesgos tradicionales, es que tienen en cuenta la intencionalidad del adversario: sus objetivos y su capacidad de cambiar de estrategia ante el fracaso.

“En el metro de Barcelona intentamos predecir cuáles serán las zonas calientes de robos y en función de eso dónde habrá que poner más seguridad. No sólo vemos el archivo histórico de robos, sino que analizamos la intencionalidad de los carteristas, como ir a las estaciones en las que pueden obtener un mejor botín”, explica.

En el caso del terrorismo, Ríos pone un ejemplo de guerra sucia entre países. “Imaginemos que los chinos se enfadan porque le han dado el Nobel de la Paz a un disidente chino y envían a un pirata informático a sabotear los pozos petrolíferos noruegos”, expone. Uno de los proyectos concretos de su equipo es disminuir el riesgo de ataque a torres de perforación de petróleo gestionadas de manera remota. “Son objetivos prioritarios para ciberataques. Un pirata informático puede hacer que se pierda una bolsa de petróleo, robar información o incluso provocar una marea negra”, advierte.

Sobre la mesa de Ríos no hay libros de matemáticos como Gauss, Poincaré o Leibniz, sino volúmenes de psicología del terrorismo. “Los manuales de Al Qaeda tienen unos objetivos claros: maximizar el daño a Occidente”, argumenta, justificando la inclusión de la intencionalidad como una variable más en un complejo algoritmo matemático.

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El científico acaba de llegar al ICMAT tras años de investigación en la Universidad Rey Juan Carlos, que abandona con una excedencia y dejando al actual rector, Fernando Suárez, imputado por un presunto delito de amenazas contra profesores que apoyaban la candidatura de Ríos a dirigir el rectorado.

“Esto tendrá sus consecuencias, pasarán cosas, cosas muy desagradables que ni tú ni yo queremos que pasen, lo que quiero es que David pare de una puta vez”, intimidaba Suárez a un profesor, según consta en una grabación en poder del Juzgado de Instrucción 4 de Móstoles y revelada por el diario El País. Suárez era entonces vicerrector. Su jefe, contra el que se presentaba Ríos en las elecciones al rectorado de la universidad pública, era Pedro González-Trevijano, nombrado en 2013 magistrado del Tribunal Constitucional a propuesta del Gobierno del PP.

“El primer problema de la universidad pública es la endogamia, la falta de movilidad, la colocación de yernos y parientes”, lamenta Ríos, doctorado por la Universidad de Leeds (Reino Unido) y profesor o investigador en otras varias universidades, como las de Manchester, Paris-Dauphine, Purdue y Duke.

“Yo mandaría a los estudiantes dos años al extranjero nada más terminar y no les dejaría volver a su misma universidad”.

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El matemático David Ríos introduce datos sorprendentes en su ordenador. En el metro de Barcelona, como en los de otras ciudades, los carteristas se relamen. Hay unos 16.500 robos al año, pero sólo 1 de cada 15 se denuncia. Algunos ciudadanosademás, se dedican con impunidad al salto olímpico en los torniquetes de entrada. Sólo 1 de cada 6 personas multadas con 100 euros por no tener billete paga la multa. Y David Ríos sigue metiendo datos: millones de usuarios por estación, número de cámaras, agentes de seguridad, revisores, puertas automatizadas. Una infinidad de números llena el complejo algoritmo elaborado por su equipo. Una vez terminado, su PC portátil se queda una semana entera haciendo cálculos.

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