Tinder, la 'app' oficial para ligar en los JJOO de Sochi

Hay que decirlo claramente: los Juegos Olímpicos de Invierno que se están celebrando en Sochi están teniendo mucha más vida más allá del pebetero y desde luego, podríamos decir que hay titulares más sabrosos fuera de las actividades deportivas que dentro. Menudo filón para Twitter y Facebook. No hay día en el que no amanezcamos con alguna anécdota que uno ya no sabe si calificar de divertida o grotesca. Los rusos empezaron por la puerta grande alojando a los atletas y medios en hoteles a medio construir, o con retretes con un escaso respeto a la intimidad.

Sitios como Mashable o similares no paraban de sacar titulares que enamoraban a unos internautas sedientos de noticias alternativas. Como no podía ser de otra manera, el colofón llegó en la inauguración de los Juegos, cuando algo falló y de los flamantes aros olímpicos uno nos dejó a medias. Un clara metáfora de lo que habíamos presenciado... y lo que quedaba por ver.

Pero más allá del caos, las prisas o el trasfondo político o socioeconómico del país anfitrión, por si no hubiéramos tenido suficiente, Sochi va a ser protagonista por otros asuntos en los que hay una app de por medio. Los Juegos Olímpicos son punto de encuentro de atletas de todo el globo, con figuras esculturales, ellos y ellas, que coinciden en un punto y momento del tiempo. Ya se sabe, lo más probable es que ninguno de ellos vuelva a visitar la ciudad rusa y de hecho, también es probable que no vuelvan a participar en unos Juegos Olímpicos.

Largas horas de entrenamiento

Sólo se vive una vez o carpe diem, el caso es que tras las largas horas de entrenamiento bajo la atenta mirada de los jefes de cada delegación, los jóvenes atletas se relajan en la villa olímpica, y no sólo echándose una cabezadita. Para hacernos una idea del ambiente posterior a la competición al concluir la jornada, en los juegos de Londres se repartieron la friolera de 150.000 preservativos entre los atletas, lo que hace a quince por cabeza, y nos da una idea del movimiento nocturno tras la competición.

Sochi no parecía que iba a ser diferente, habida cuenta de lo sucedido en las celebraciones anteriores, pero en esta ocasión, una atleta ha dejado las cosas claras por si a alguno le quedaba alguna duda. La atleta neozelandesa Rebecca Torr tenía claro que se lo iba a pasar en grande en la ciudad rusa y así lo anunció a sus más de 6.000 seguidores en Twitter antes incluso de embarcar hacia su gélido destino.

La joven de 23 años usaba habitualmente Tinder, una aplicación que emplea el GPS del móvil y las credenciales de Facebook para localizar gente afín en el entorno. La idea es brillante y la app tiene mucho éxito: la aplicación selecciona del perfil del usuario una serie de fotografías de forma aleatoria que son mostradas al resto de usuarios siempre respetando los intereses (género, edad, etc.). La parte contraria recibe una serie de propuestas que acepta o descarta y a partir de ahí, lo que a ambas partes les parezca conveniente.

La bella Rebecca

Pues bien, la bella Rebecca, sin quererlo, desató una auténtica tormenta en torno a la aplicación disparando su popularidad y logrando que alcanzara tasas de utilización en todo el globo estratosféricas. La neozelandesa no se cortaba en Twitter e iba contando sus impresiones sobre lo acontecido en la villa olímpica. Su obsesión era conocer a los componentes del equipo olímpico de Jamaica, y parece que al final lo logró.

Algo similar sucedió a Jamie Anderson, una esquiadora estadounidense que, habituada a usar Tinder en su localidad, abrir la aplicación en Sochi elevó la temperatura del asunto: "¡son todo atletas!", confesó entusiasmada. Pero se ve que el uso de la aplicación se le fue de las manos y descubrió que podría estar afectando a su rendimiento en la competición, hasta que decidió borrarla de su móvil hasta que concluyeran los juegos. Y se ve que dio resultado, puesto que ha logrado una medalla de oro en su especialidad.

Con todo, Tinder no ha estado exenta de polémica al ser acusada de fomentar los encuentros casuales y con fines únicamente sexuales basados únicamente en el aspecto físico de los usuarios. También se ha echado en cara el carácter altamente adictivo de la aplicación, que consigue que buena parte de sus usuarios busque compulsivamente los likes de los usuarios como una forma de recompensa similar. En cualquier caso, se ve que en Sochi se le está sacando mucho juego a la app, que ha visto de forma totalmente inesperada, ver promocionado su uso.