¡Eureka! Cómo transformar un susto de muerte en un modelo de negocio

La historia de Dymotics, una startup fundada hace apenas diez meses por un grupo de jóvenes emprendedores que se han propuesto el ambicioso objetivo de unificar en una sóla aplicación todas las marcas de domótica del mercado, comienza con un susto. La programadora y CEO de la firma, Miriam Muros, de 27 años, estaba en su casa cuando sonó el timbre de forma imprevista, demasiado alto, de tal forma que sus gatos se asustaron, saltaron sobre ella y la arañaron.

Aquel día, la exTuenti comprendió que debía dedicar su vida profesional a lanzar al mercado dispositivos y sistemas informáticos en el campo de la domótica, con el fin de mejorar la vida de las personas -como en el caso de la propia abuela de Miriam, incapacitada para levantarse a atender el timbre, por ejemplo- ayudándolas a controlar cada uno de los aparatos y sistemas electrónicos de su hogar.

Así nació, en diciembre de 2012, una empresa que no se ha conformado con lanzar, como suele ocurrir, vía crowdfunding, una invención más o menos curiosa enmarcada en el sector del internet de las cosas. Buscaron una idea global.

Lo que estamos haciendo, y esto es la primera vez que se hace en el mundo, es unificar todas las marcas en una sola aplicación, un mando a distancia universal de domótica

"Normalmente, la domótica funciona por marcas. Es decir, cada una de ellas lanza una aplicación para controlar sus propios dispositivos. Claro, no los de los demás. Lo que estamos haciendo, y esto es la primera vez que se hace en el mundo, es unificar todas las marcas en una sola aplicación, un mando a distancia universal de domótica", explica a Teknautas Sandra Fernández, responsable de comunicación de Dymotics.

Contacto con las marcas

El primer paso para desarrollar la aplicación fue ponerse en contacto con las principales marcas dedicadas a la domótica en el mundo. "Fabricantes como Smarthings, una de las más importantes; o x10, hue, Lifx y Zwave. Nos dan libertad, porque realmente no sacamos provecho de las marcas, más bien damos al usuario la posibilidad de usarlas. Salen ganando, porque el comprado puede seguir comprando sus productos. Nosotros sólo les facilitamos el uso", añade Fernández.

La descarga de la aplicación de Dymotics es gratuita, pero para mantenerla existe una suscripción mensual por dispositivo desde 5 euros al mes hasta los tres dispositivos, sumando un euro por cada sistema domótico extra.

"Sin embargo, calculamos que con Dymotics puedes ahorrarte aproximadamente 30 euros al año por dispositivo, por lo que al final el cliente está verdaderamente ahorrando en vez de gastando, es una inversión", apunta Fernández.

El reto de la fabricación

La startup fue una de las finalistas de la tercera edición de Wayra y ha recibido apoyo financiero de Mola, aunque han iniciado una campaña crowdfunding "con la que queremos conseguir suficientes fondos como para ampliar el equipo y comenzar a fabricar nuestros propios dispositivos, cuyos prototipos ya tenemos", apunta Sandra Fernández.

El modelo de negocio es claro, y teniendo en cuenta las perspectivas de crecimiento del sector del internet de las cosas, del que se espera que en 2025 genere un volumen de negocio anual en el mundo de varios billones de euros, parece una buena idea, aunque en España la domótica aún no ha llegado a las masas, aunque su popularidad crece.

El pinchazo de la burbuja del ladrillo afectó al sector de la domótica: dejaron de construirse casas, y en consecuencia se deplomaron las instalaciones de sistemas domóticos. El precio para dotar una vivienda de un sistema de este tipo oscila entre los 1.000 y los 3.000 euros, aunque existen todo tipo de combinaciones low cost. En cualquier caso, se estima que los ahorros energéticos permiten recuperar la inversión a medio y largo plazo.