Arranca en Sevilla el macrojuicio del crimen de Dos Hermanas: 50 testigos y cinco penas de prisión permanente por un ajuste de cuentas

La Audiencia Provincial de Sevilla ya está lista acoge desde este lunes el macrojuicio del año en la región por el triple crimen de Dos Hermanas, el primero con jurado desde que se instauró el estado de alarma, en el que la Fiscalía pide un total de quince penas de prisión permanente revisable — son cinco sospechosos acusados cada uno de tres delitos de asesinato por los que solicitan esta pena por cada uno de ellos — por el presunto asesinato de una mujer, su hija de 6 años y la pareja de la primera. La petición del máximo castigo que contempla el Código Penal por partes del Ministerio Público recae sobre cinco de los siete acusados: R. G. H. alias 'el Pollino'; su esposa, E. F. H.; su padre, R. G. G. alias 'el Cabo'; el monitor de boxeo D. R. H. P. y su amigo J. A. M. B. Además, solicita otros 18 años y medio de prisión por detención ilegal y tenencia ilícita de armas para 'el Pollino' y su mujer, así como siete años y medio por los mismos delitos para R. G. G., D. H. R. P. y J. A. M. B.

Además de los mencionados, se sientan en el banquillo de los acusados M. M. O., amiga de 'el Pollino', que se enfrenta a 19 años como cómplice de los asesinatos y los secuestros; y la madre del mismo acusado, J. H. J., para quien la Fiscalía reclama siete años y medio por encubrimiento.

En un principio, el juicio iba a empezar el 4 de mayo, pero se aplazó por la pandemia de coronavirus y su nueva fecha de inicio fue confirmada esta semana después de que el abogado del padre de la víctima menor de edad solicitase otra suspensión por enfermedad. El juicio está previsto que se celebre hasta el 8 de julio y podría haber también sesiones por la tarde, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), ya que deben declarar 50 testigos, cinco de ellos protegidos, y más de 20 peritos.

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2017 en el municipio sevillano de Dos Hermanas. Para la jueza que instruyó el caso y la Fiscalía el clan de 'el Pollino' decidió matar a Y. G., alias el Turco, por motivos vinculados al narcotráfico. Antes de cumplir con ello, cavaron un agujero en el aseo sobre el pozo séptico con sosa cáustica de su casa, en la calle Cerro Blanco, y encargaron hormigón para taparlo. El Pollino pidió a M. M. O. que buscara a alguien para secuestrar, presionar y, en su caso, matar a las víctimas y la amiga recurrió al monitor de boxeo —exportero en un local que regentaba ella—, que "aceptó" el encargo por 3.000 euros.

El 16 de septiembre del 2017, el Turco fue secuestrado por el Pollino, el Cabo, D. H. R. P. y J. A. M. B y los dos últimos "le propinaron una paliza". Al no obtener información, el Pollino y su esposa secuestraron a su mujer, que estaba embarazada de tres meses, y a su hija y las llevaron a la casa, donde las golpearon de forma reiterada.

De acuerdo con el escrito fiscal, el monitor y J. A. M. B. se marcharon más tarde, pero "eran plenamente conscientes" de que iban a matar a los tres "y no hicieron nada por impedirlo". Mientras, el Pollino, su mujer y su padre comenzaron las "ejecuciones" con la niña, que murió por un disparo y por asfixia, ya que fue arrojada a la fosa cuando aún estaba viva; después con su madre, a la que dispararon cuatro veces en la cabeza y otra "a bocajarro"; y finalmente con el Turco, con un tiro "por detrás". Después, bajaron los cuerpos a la fosa, que fue rellenada de hormigón "esa misma tarde" y con mortero dos días después.