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Barcelona elimina sus grandes proyectos sociales por culpa de los recortes
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LAS OBRAS EMBLEMÁTICAS, PARALIZADAS

Barcelona elimina sus grandes proyectos sociales por culpa de los recortes

“El Ayuntamiento de Barcelona hace trampas porque aprovecha el decreto del Gobierno limitando su endeudamiento para anunciar un plan de austeridad que justifica la paralización de

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Barcelona elimina sus grandes proyectos sociales por culpa de los recortes

“El Ayuntamiento de Barcelona hace trampas porque aprovecha el decreto del Gobierno limitando su endeudamiento para anunciar un plan de austeridad que justifica la paralización de obras sociales en la ciudad con inversiones ya programadas, pero que en realidad llevan años sin iniciarse”. Así lo explica a El Confidencial el concejal responsable económico del grupo municipal de CiU, Antoni Vives, para definir el fiasco en el que se han convertido los grandes proyectos prometidos por el alcalde Jordi Hereu.

 

“Tras la presentación del plan de austeridad y prometer que no habría recortes en inversiones sociales en Barcelona, hemos solicitado que Hereu nos concrete dónde y a qué proyectos se destinarán las inversiones que se mantengan este año y no hemos obtenido respuesta. Y lo cierto es que Barcelona lleva más de cinco años con obras sociales paradas”, añade Vives.

En el plan de austeridad anunciado por el alcalde, se asegura que el consistorio “mantendrá” las actuaciones sociales en detrimento de las grandes obras de infraestructuras. Con este plan prevé ahorrar 646 millones de euros hasta 2013. A esta paralización, se suma la supresión de dos concejalías y la reducción a la mitad de los comisionados de alcaldía, la reducción de coches oficiales y el recorte de salarios.

Hereu, de momento, se ha apuntado al carro de los recortes anunciando la suspensión de proyectos para la ciudad con inversiones valoradas en 427 millones de euros para crear el Zoo Marino, reformar el Castillo de Montjuïc y habilitar el edificio Ona, en la plaza de las Glòries, que debía albergar oficinas municipales. “Estas obras, sin embargo, no son obras sociales ni esenciales para los barceloneses. Existen otras, de las que no habla el equipo municipal, que llevan años paralizadas”, destaca Vives.

Los macroproyectos a los que alude el edil convergente -y que tendrían que estar concluidos en el 2010-, son la urbanización del barrio de La Sagrera, que incluye pisos de protección oficial y centros comerciales; la reforma de Can Batlló, en el barrio de Sants, para hacer 650 viviendas protegidas, 47.581 metros cuadrados de equipamientos sociales y 51.831 metros cuadrados a zonas verdes; la Marina del Prat Vermell, en la Zona Franca, donde iban a construirse más de 11.000 nuevas viviendas; y el último gran proyecto de Barcelona que está paralizado y sin fecha de finalización: la reforma de los antiguos cuarteles del barrio de Sant Andreu, donde Joan Clos anunció hace seis años la construcción de 2.000 viviendas (850 de protección oficial), un parque de 41.000 metros cuadrados, una biblioteca municipal, una comisaría de los Mossos d’Esquadra, centros para personas mayores, ambulatorios y una residencia social para ancianos.

“Lo que hace el actual gobierno municipal es utilizar como excusa la crisis y el recorte del gasto impuesto desde Madrid para justificar la paralización de grandes proyectos que llevan años sin iniciarse las obras comprometidas. El modelo de ciudad del equipo municipal se basa en vender suelo público, modificar constantemente el Plan General Metropolitano para generar más metros cuadrados de suelo que luego vende y, con las plusvalías, se presupuesta la inversión pública municipal. El problema es que este modelo se ha llevado a cabo mientras había crecimiento económico, pero ahora... ¿dónde se destinan y cómo se financia la inversión pública de Barcelona? ¿Con más deuda? ¿Dónde están los nuevos ambulatorios, centros para mayores y pisos de protección oficial en suelo recalificado prometidos hace más de cinco años?”, pregunta el regidor nacionalista.

Gobierno y Generalitat deben a Barcelona 102 millones

Para el responsable económico del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Javier Mulleras, existe una “clara contradicción en el equipo municipal que asegura recortar inversión pública y priorizar los proyectos sociales, pero en realidad mantiene proyectos que nada tienen que ver con el interés social de los barceloneses en plena crisis económica”. Mulleras asegura a este diario que mientras se han paralizado las obras de un edificio con equipamientos sociales en un edificio de la plaza de las Glòries, se mantiene el Museo de Ciencias Naturales en el edificio del Fòrum con una inversión de 11 millones de euros o se erige un conjunto de columnas artísticas de Puig i Cadafalch en Montjuic con un presupuesto de tres millones; o el gobierno municipal se gasta al año 20 millones en publicidad y 14 millones en informes externos.

El edil popular destaca que, por el contrario, se suspenden obras como un depósito pluvial de las calles Mandri con Balmes, la urbanización para ganar zonas verdes en la calle Garcilaso o la paralización de las obras ya comenzadas que han dejado al descubierto los cimientos del futuro Museo del Diseño de Barcelona, muy cerca de la Torre Agbar, con una inversión prevista hasta 2011 de 80 millones de euros. “Barcelona presupuesta sus grandes obras, a diferencia de Madrid, mediante convenios pactados con otras administraciones, como el Estado y la Generalitat, y así puede soportar la financiación. Pero al paralizarse, ¿dónde se destina la inversión?”, puntualiza Mulleras.

Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, denuncia que “Hereu es el banco amigo de Zapatero y Montilla, ya que adeudan 102 millones de euros al consistorio barcelonés  por servicios prestados en el año 2009 y anteriores, dejando de pagar servicios básicos  tan importantes como la Ley de Dependencia, servicios sociales, educación y atención a la infancia”. El líder popular afirma que “la deuda de 102 millones de euros pueden ser mayor, ya que el Gobierno Municipal no incluye la venta de la Casa Burés por 26 millones de euros en el año 2009 a la Generalitat, que se habrá pagado en cómodos plazos durante siete años”.

“El Ayuntamiento de Barcelona hace trampas porque aprovecha el decreto del Gobierno limitando su endeudamiento para anunciar un plan de austeridad que justifica la paralización de obras sociales en la ciudad con inversiones ya programadas, pero que en realidad llevan años sin iniciarse”. Así lo explica a El Confidencial el concejal responsable económico del grupo municipal de CiU, Antoni Vives, para definir el fiasco en el que se han convertido los grandes proyectos prometidos por el alcalde Jordi Hereu.

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