Malkovich lleva la polémica a Tarragona: cobra casi 300.000 euros por dos funciones

El actor John Malkovich tiene una intensa relación con Cataluña. Son frecuentes sus estancias en la capital catalana y es notoria su amistad con el modisto Toni Miró, a quien visita frecuentemente. Esta semana cambió el destino y llegó a Tarragona con escándalo incluido. Su interés por participar en el centenario del Teatro Metropol se saldó con su contratación por parte del Ayuntamiento tarraconense para representar la obra The Infernal Comedy. Pero infernal fue el lío político que organizó porque, aunque el Consistorio se resiste a dar cifras oficiales, las malas lenguas hablan de 300.000 euros de caché del norteamericano por dos funciones.

 

The Infernal Comedy relata la confesión ficticia de un asesino en serie que regresa de la tumba para contar su verdad y está basada en un hecho real, el de Jack Unterweger, condenado en 1974 por la muerte de una prostituta, puesto en libertad en 1990 gracias a una campaña internacional y condenado de nuevo en 1994 por varios homicidios más en Viena, Graz, Bregenz y Los Ángeles. Tras esta segunda condena, se suicidó. La obra está codirigida por Malkovich y Michael Sturminger y cuenta con el director musical Martin Haselböck, las sopranos Bernarda Bobro y María Armet y con la Orchester Wiener Akademie, que interpreta piezas de Vivaldi, Haydn, Mozart, Beethoven, Boccherini, Weber y Gluck.

Lo curioso del caso es que la obra será vista por sólo un millar de personas -el teatro tiene un aforo de poco más de 500 personas- y ofrece dos sesiones: la primera, hoy, y la segunda, mañana viernes. Eso sí, todas las localidades están agotadas. El tema, no obstante, ha levantado una enorme polémica por el elevado desembolso que se presupone que ha realizado el ayuntamiento, que gobierna el socialista Josep Fèlix Ballesteros.

Para la oposición, el dispendio es una indecencia. Y más en un momento de crisis como el actual y donde debe primar el ajuste presupuestario. El líder de Convergència i Unió (CiU) en el Ayuntamiento de Tarragona, Joan Aregio, manifestó a El Confidencial que “hemos pedido dos veces en el plenario del Ayuntamiento que nos digan lo que cuesta la contratación de Malkovich pero no nos han facilitado ni un número. Tan sólo nos han respondido que cuando acaben todos los actos nos facilitarán información. Las primeras informaciones, hablaban de 54 millones de las antiguas pesetas, o sea, bastante más de 300.000 euros, pero parece ser que ahora se habla de que ha costado más de 40 millones, aunque no sabemos la cantidad exacta”.

Aregio se queja del oscurantismo municipal. “Si lo han contratado, se debe haber firmado algún contrato, digo yo. Por tanto, es inconcebible que no nos digan el monto. Es una información a la que tenemos derecho. Además, lo cierto es que la obra ya fue presentada en Peralada y las críticas no fueron precisamente buenas...”. CiU seguirá preguntando cada mes por la factura del actor norteamericano hasta que los responsables del Ayuntamiento faciliten la información, ya que los actos programados durarán todavía unos meses.

Fuentes del Ayuntamiento consultadas por este diario señalan que “no tenemos por costumbre dar el caché de los artistas contratados, quizá por deferencia con ellos”. La portavoz del consistorio, Begoña Floría, señaló a El Confidencial que “nos hemos comprometido a que cuando se acaben los actos del centenario, que en su conjunto durarán unos cuatro o cinco meses, explicaremos detalladamente todos los gastos. Y esto por un motivo: además de los fondos públicos que se gasten, también hay gastos privados, de patrocinadores”.

Floría señala que “lo que es cierto es que el gasto total del Ayuntamiento puede rondar los 300.000 euros, pero no sólo del caché del señor Malkovich, sino de todos los actos programados durante estos meses”. La solicitud de CiU, para el consistorio, “es pura demagogia y no permitiremos que se utilice la demagogia para jugar con la imagen de la ciudad. El Teatro Metropol significa mucho para Tarragona y los actos del centenario nos dan una proyección exterior única”.

Más radical ha sido el PP, el otro partido que está en la oposición. Su líder, Alejandro Fernández, ha solicitado directamente la dimisión de la concejala de Cultura, Carmen Crespo. Pero desde el Ayuntamiento se le quita hierro al asunto. “El PP ya ha pedido la dimisión de siete concejales. Cada vez que hay algo, pide una dimisión. Es una práctica habitual de la oposición, por lo que nos abstendremos de comentarla”.

Un erudito en Jujol

Pero el interés de Malkovich por el Metropol y por Tarragona tiene otro componente intelectual: el actor es un entusiasta del tarraconense Josep Maria Jujol, insigne arquitecto injustamente olvidado bajo la sandalia de Antoni Gaudí. Seguramente el genio de la Sagrada Familia no hubiese sido tal si no hubiese contado con Jujol como colaborador a lo largo de dos décadas. De Jujol son, por ejemplo, los bancos ondulados del Parque Güell. O los trencadís, es decir, los mosaicos hechos de pequeños trozos de porcelana tan característicos de la arquitectura gaudiniana. Con el maestro trabajó también en la propia Sagrada Famlia, en la Casa Batlló, en la Casa Milà, en las originales farolas del Paseo de Gracia de Barcelona e incluso en la restauración de la catedral de Palma de Mallorca.

Pero también dejó su impronta en proyectos propios, como los mosaicos de la Casa Escofet, en Barcelona, la creación de los Talleres Mañach, la Torre Queralt, la capilla de la Iglesia de os Carmelitas en Tarragona, la Torre Jujol, la Torre de la Creu o la Torre Serra-Xaus, todas en Sant Joan Despí -donde también construyó varias viviendas y fábricas-, cerca de la capital catalana, la impresionante Iglesia de Vistabella, el proyecto para la sede del Abad de Montserrat, el santuario de Montferri, los altares de la Cripta Güell, continuación de la obra de Gaudí, etcétera. Jujol fue también el arquitecto del emblemático Teatro Metropol, donde hoy actúa Malkovich. Y el actor aprovechará para participar en una mesa redonda a mediodía junto a otros eruditos en la obra del artista tarraconense.