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“Estamos cansados de jugar a la brisca”: un pueblo, dos montañas y nueve días sin televisión
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AGUIRRE FINANCIARÁ UNA ANTENA DIGITAL

“Estamos cansados de jugar a la brisca”: un pueblo, dos montañas y nueve días sin televisión

Un martes cualquiera Jorge Fernández pide “consonante o vocal” en la Ruleta de la Fortuna y de repente se apaga la tele. No es un martes

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“Estamos cansados de jugar a la brisca”: un pueblo, dos montañas y nueve días sin televisión

Un martes cualquiera Jorge Fernández pide “consonante o vocal” en la Ruleta de la Fortuna y de repente se apaga la tele. No es un martes cualquiera. Es 30 de marzo y, sin decodificador de TDT, Jorge Fernández no va a volver. En Puebla de la Sierra no funciona ningún canal desde hace 9 días. Son parte de ese 1% sin señal. Zona de sombra, dicen. Sus calles salen en casi todas las cadenas ahora que son noticia, pero nadie en el pueblo puede verlo.

Para llegar hasta ellos es necesario subir en coche hasta rozar el cielo y volver a bajar. Puebla de la Sierra es lo más recóndito de la Comunidad de Madrid. Sus cien habitantes se encuentran resguardados por los pinares que les dan trabajo, con el monte Peña de la cabra a la izquierda y La tornera a la derecha. No llegan periódicos ni las revistas. Ahora tampoco la tele.

 “A lo bueno siempre se acostumbra uno muy fácilmente”, asegura Sotero Eguía, un vecino ya jubilado. “Lo difícil es volver a lo malo”. Sotero es nativo de Puebla, aunque escapó a Alcalá de Henares cuando escaseó el trabajo, donde pasó cuarenta años en La Seda de Barcelona. Ahora, de vuelta al pueblo, no recuerda una semana tan aburrida. “Además, aquí hay gente muy católica, y nos hemos perdido las procesiones –lamenta-. Por no hablar del fútbol. Uno se cansa de jugar en el bar”.

El pasado domingo todo el pueblo se pasó por el bar-restaurante para ver el partido. Sobre la puerta de entrada del hostal descansa el mayor tesoro de toda la sierra de Arroyo de la Puebla: una televisión con Canal Satélite. “Estábamos todo el pueblo hacinados a la entrada. Eso no puede ser hombre”, se queja Sotero.

Puebla no es el único pueblo con problemas, pero sí es el único que se ha visto afectado en su totalidad. El Ayuntamiento solicitó hace casi dos años adaptar el repetidor para que esto no ocurriera, pero la burocracia ha sido más lenta. Desde el Ministerio de Industria les plantearon sus dos únicas opciones: adaptar su antena para una señal por satélite (lo que supondría una inversión de 60.000 euros), o que cada vecino instalase un receptor para cada televisión (por unos 200 euros más el precio de la antena). La primera es cara para sus 112 habitantes, y la segunda inviable. Según la concejala de servicios sociales, Silvia Nogal, instalar antenas parabólicas en los tejados violarías las normas subsidiarias “porque quedaría horrible”.

Hoy, nueve días después, el alcalde se reunirá con la Comunidad de Madrid para firmar por fin una financiación de 57.000 euros con los que construir una antena que les ‘alimente’, después de varios desencuentros con el ente público. Mientras, los vecinos pasean. Juegan a la brisca o al tute. Escuchan la radio… o incluso hablan entre ellos. Pero todos lamentan la pérdida.


Domitila Gonzalo extraña la tele, sobre todo por las noches (G. Bravo)

“Se echa mucho de menos”, comenta otra vecina. “Mi marido lleva un tiempo enfermo, y quieras que no la tele me hace compañía”. Domitila Gonzalo, la Domi, lleva más de 20 años en Puebla. Su marido sufrió recientemente un infarto y para ella la tele es una vía de escape que no puede encontrar de otra forma. “Al menos ahora anochece más tarde. Nos pasa esto en invierno y hubiera sido horrible”.

El Ayuntamiento se muestra optimista con el acuerdo de financiación. Creen que antes de 15 días los vecinos volverán a recibir la señal. “Gracias a todos vosotros, que habéis contado al mundo nuestra pequeña guerra –sonríe Nogal-. “Sin salir en la tele jamás habría sido posible recuperar la televisión”.

Un martes cualquiera Jorge Fernández pide “consonante o vocal” en la Ruleta de la Fortuna y de repente se apaga la tele. No es un martes cualquiera. Es 30 de marzo y, sin decodificador de TDT, Jorge Fernández no va a volver. En Puebla de la Sierra no funciona ningún canal desde hace 9 días. Son parte de ese 1% sin señal. Zona de sombra, dicen. Sus calles salen en casi todas las cadenas ahora que son noticia, pero nadie en el pueblo puede verlo.