Los consumidores se quejan: "Industria premia los abusos y fraudes de las compañías de telefonía móvil"

Europa se felicita por el éxito del mercado de las telecomunicaciones, pero España no ha sido invitada a la celebración. En todo el viejo continente, la comunicación móvil ha experimentado importantes avances tanto en penetración como en reducción de tarifas, pero España es la excepción a la regla. Según la comisaria europea de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación Viviane Reding, “en toda Europa los precios al consumo han bajado, pero en España suben”. ¿Nuestro problema? La competencia, que no funciona en el mercado español.

 

Ayer miércoles se presentó el ‘Informe sobre los Progresos en 2008 del Mercado Único de las Telecomunicaciones’, que deja en evidencia a España. Las estadísticas sobre banda ancha móvil muestran que, mientras en Europa la penetración media fue del 2,8%, en España sólo llega al 2,6%, y que con la banda ancha fija (20,2%) tampoco llegamos a la media comunitaria, que se situó en 22,9%. Además, la tendencia se ralentiza. Mientras en el resto de países la penetración sube y los precios bajan, el caso español es a la inversa. La oferta mensual más barata de uso del móvil (incluyendo llamadas y mensajes de texto) que se podía encontrar ascendía a 35,89 euros, el precio más alto de toda la UE, situándose la media en 19,49 euros.

¿Pensará hacer algo ante esta realidad el ministerio de Industria? El portavoz de la asociación de consumidores FACUA Rubén Sánchez, coincide con los datos arrojados por la comisaria al afirmar a El Confidencial que “En España no hay competencia”. Opina que la razón es que ni al ministerio de Miguel Sebastián ni a los operadores les interesa y, que, por tanto, la situación no tiene visos de cambiar. “En 2007, desde Industria nos dijeron que no tenían intención de regularlo”.

El martes FACUA instó de nuevo al Ministerio a seguir el ejemplo de Bruselas e imponer a las compañías de móviles unas tarifas máximas de voz y datos; “la única vía que puede bajar sus elevados precios”. La asociación advirtió en un comunicado que “enviar un SMS nacional en España será un 36,4% más caro que hacerlo en roaming desde otro país de la UE” porque “mientras que la presidencia checa de la UE y la Eurocámara han firmado un acuerdo que impone un precio máximo de 0,11 euros más impuestos indirectos para los SMS enviados en roaming por los usuarios dentro de la UE, Movistar, Vodafone y Orange se sitúan en 0´15 euros por cada mensaje dentro de España”. “Igual que hace 14 años”, apostilla.

Las razones que esgrime Sánchez apuntan a que “se quiere estar a la altura de la tecnología del siglo XXI en tecnología y, para conseguirlo, se les deja a los operadores hacer cualquier cosa con tal de que haya una buena implantación, dejándoles ganar lo que quieran sin pensar en el consumidor”. “Da la impresión de que al ministerio no le interesa que haya competencia. Quiere que pensemos que la hay entre los tres grandes operadores cuando no es así, porque a ellos tampoco les interesa”.

Según declaraciones de Viviane Reding a El Economista, la mayoría de los gobiernos europeos ha comprendido que “es necesaria la competencia” y que “las diferentes compañías deben competir en igualdad de condiciones en la UE”. Sin embargo, “hay algunos gobiernos”, en referencia al español, “que parecen tener dificultades para entenderlo”. Reding espera que “reflexionen” y se den cuenta de que “no están actuando según el interés de sus ciudadanos”.

Sánchez explica que “se prioriza que las empresas ganen dinero a pesar de los abusos, los fraudes continuados y la publicidad engañosa que, en vez de ser perseguidos, se premian. Por ejemplo, cuando no se sanciona que se dé de alta a miles de clientes que no lo han pedido, se les da pie a que sigan cometiendo estos actos ilegales, como el acaecido en mayo de 2007, cuando en el momento del redondeo de tarifas y a ciegas, los tres lanzaron las mismas tras cerrar un acuerdo contrario a la ley de competencia”.

Afirma que “los tres son los únicos que pueden crear competencia real, pero prefieren perder medio millón de clientes a bajar un céntimo las tarifas. Las nuevas compañías económicas que surgieron en aquel momento, cuando en España había 50 millones de líneas, no tienen capacidad para luchar con Telefónica, Vodafone y France Telecom”.