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Una empresa asturiana se ofreció en mayo para conservar el cordón umbilical de la Infanta Leonor
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Una empresa asturiana se ofreció en mayo para conservar el cordón umbilical de la Infanta Leonor

Vidacord es una empresa asturiana que conserva células de cordón umbilical en Polonia ante la imposibilidad de ejercer su actividad en el Principado de Asturias. El

Vidacord es una empresa asturiana que conserva células de cordón umbilical en Polonia ante la imposibilidad de ejercer su actividad en el Principado de Asturias. El pasado 30 de mayo se ofreció a la Casa Real para conservar la sangre de la futura Reina y la dirección de la empresa recibió un acuse de recibo de la Secretaría del Príncipe. No obstante, debido a la falta de acreditación, denegada por el Gobierno asturiano, se supone que la Familia Real se vio obligada a optar por enviar el valioso material genético a Arizona.

Según declaraciones del presidente de Vidacord, Ángel Álvarez Ramos: “El director general de Prestaciones Sanitarias, José Ramón Riera, argumentó que no había demanda para el banco de cordón umbilical” y negó la licencia para la apertura del mismo el pasado verano. Ante los últimos acontecimientos, se pide la dimisión del consejero de Salud, Rafael Sariego, y del propio José Ramón Riera. El fundador de Vidacord ha interpuesto un contencioso administrativo contra el Gobierno de Asturias. Por su parte, la Comunidad de Madrid está pendiente de conceder permiso a la sociedad para fundar el primer banco privado español.

Vidacord cuenta con sede en Asturias y oficina en Madrid, ofrece sus servicios por teléfono y a través de su página web. Desde hace unos dos meses, ha optado por intercambiar participaciones accionariales con el primer banco polaco ante las dificultades encontradas en España. Desde hace cuatro años, su promotor, Ángel Álvarez, ha iniciado una laboriosa campaña por sentar las bases del proyecto, bajo una absoluta seriedad y con el respaldo legal.

El biólogo gijonés pertenece al equipo de consultores del Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo y cuenta con experiencia en asesoramiento empresarial. Además, su objetivo es abrir centros de crioconservación en varias provincias españolas. La propuesta de Vidacord implica la utilización de cordones umbilicales de forma solidaria. De hecho, los padres pueden optar por donar la utilización a terceros, de tal forma que todos se aprovechen de los beneficios en caso de enfermedad.

El coste de los servicios es de 1.800 euros, repartido en dos cuotas. Un pago inicial de 900 euros que incluye un kit de recogida, análisis clínicos y envío a los laboratorios de Polonia. El proceso de crio-preservación y el almacenaje de las células madre del cordón umbilical representan otros 900 euros, que pueden fraccionarse en pagos anuales de 70 euros durante veinte años.

Vidacord presenta, asimismo, una fundación con fines solidarios y se publicita como “una compañía con tecnología biomédica comprometida con los valores”. El proyecto pretende ayudar a todas las familias independientemente de su renta económica. De hecho, aquellas familias cuya renta anual sea inferior a 10.000 euros podrán conservar la sangre de cordón de su hijo con una cuota de 80 euros por año. El resto del coste será sufragado a través de la Fundación Vidacord.

España e Italia, las dos excepciones europeas

En Europa, los bancos privados de cordón umbilical funcionan en 21 países, con la excepción de España e Italia. Sin embargo, desde 1995, en nuestro país se han almacenado más de 17.000 unidades de cordón umbilical. Dicho material genético se utiliza, principalmente, en el transplante de médula ósea, pero el almacenaje se practica exclusivamente en los casos en que los niños tienen antecedentes de padecer la enfermedad. Pese a que cualquiera puede ser objeto de riesgos futuros.

Vidacord es una empresa asturiana que conserva células de cordón umbilical en Polonia ante la imposibilidad de ejercer su actividad en el Principado de Asturias. El pasado 30 de mayo se ofreció a la Casa Real para conservar la sangre de la futura Reina y la dirección de la empresa recibió un acuse de recibo de la Secretaría del Príncipe. No obstante, debido a la falta de acreditación, denegada por el Gobierno asturiano, se supone que la Familia Real se vio obligada a optar por enviar el valioso material genético a Arizona.