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"Esta es la última oferta": intento final de Bruselas y Londres para salvar el Brexit
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Juncker: es este acuerdo o no hay brexit

"Esta es la última oferta": intento final de Bruselas y Londres para salvar el Brexit

May ha intentado vender como victoria la presentación de un “instrumento conjunto” que asegura que la Unión Europea no intentará establecer el backstop irlandés de forma indefinida

Foto: Theresa May y Jean-Claude Juncker. (Reuters)
Theresa May y Jean-Claude Juncker. (Reuters)

Derrapando sobre el precipicio. Así han negociado durante las últimas horas Theresa May, primera ministra británica, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que se han reunido este lunes en la ciudad francesa de Estrasburgo, donde se celebra el Pleno del Parlamento Europeo. Ambos han confirmado que añaden nuevas aclaraciones al acuerdo para evitar un backstop indefinido, pero el texto sigue siendo el mismo.

Y lo que se ha logrado ha sido un acuerdo ‘in extremis’, a solo unas horas de que Westminster tenga que decir de nuevo ‘sí’ o ‘no’ al texto que ya se acordó en noviembre de 2018. Ambas partes han intentado cerrar un acuerdo que mantenga el equilibrio, que sirva a May para intentar lograr el aprobado del Parlamento británico, pero que no viole ninguna de las líneas rojas que la Unión Europea ha establecido.

Foto: Oficinas de Citi, Barclays y HSBC en el distrito financiero de Londres. (Reuters)

Este nuevo tramo de negociación responde a que la primera ministra fue incapaz en enero de lograr que su acuerdo fuera aprobado por la Cámara de los Comunes, cosechando la mayor derrota de la historia de un Gobierno en el Parlamento. Westminster le exigió después cambios en el backstop irlandés, un plan de emergencia que podría dejar al Reino Unido dentro de una unión aduanera con la UE para evitar una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

Evitar un backstop indefinido

Finalmente el acuerdo anunciado a solo unos minutos de la medianoche ha tomado la forma que la Comisión Europea más o menos había previsto. Por un lado habrá una declaración conjunta, que en la práctica es una declaración interpretativa de lo que ya aparece en el acuerdo del Brexit. En segundo lugar se presenta un “instrumento conjunto” que asegura que la Unión Europea no intenta establecer el backstop irlandés de forma indefinida.

Lo crucial es que nada del texto del Brexit ha sido modificado, sino que se han añadido nuevas interpretaciones y aclaraciones. Bruselas lleva semanas insistiendo en que no cerraría ningún acuerdo que contradijera el contenido del texto ya aprobado en noviembre.

Foto: Foto: Reuters

La principal novedad es el “instrumento conjunto”. La sorpresa es que no hay sorpresa. Consiste en una clarificación mayor y más especulativa del proceso por el cual una de las partes puede, acogiéndose al artículo 174 del acuerdo del Brexit, señalar que la otra parte ha roto sus compromisos. En ese caso un panel de arbitraje decide si se está violando o no el acuerdo, y en caso afirmativo qué medidas se deben tomar para remediarlo.

Las supuestas repercusiones

¿Qué significa esto en la práctica? ¿Por qué le importa al Reino Unido? El artículo 2 del Protocolo de Irlanda refleja que ambas parte harán todo lo que puedan por cerrar un acuerdo que sustituya al odiado (en Londres) backstop antes de que finalice el periodo transitorio. El Gobierno británico se agarra al clavo ardiendo de los elementos que ya están recogidos en el texto de noviembre: si la UE no colabora en intentar sustituirlo puede invocar el artículo 174, llegando hasta un panel de arbitraje, que, entrando ya en el terreno hipotético, podría sentenciar que la UE no está colaborando, e instarle a ello.

El “instrumento conjunto” señala que en caso de que la parte que infringe el acuerdo continúe haciéndolo a pesar de la sentencia del panel de arbitraje, éste puede permitir que, en última instancia, “la parte perjudicada tenga derecho de promulgar una suspensión proporcional y unilateral de sus obligaciones” hasta que quien infringe el acuerdo cumpla con las indicaciones del panel.

No es una salida unilateral porque requiere de un panel de arbitraje, pero aclara cuál sería el camino para UK si considera que no hay avances

Este caso, además de tremendamente hipotético, no deja demasiadas puertas abiertas al Reino Unido. Evitar una frontera dura en Irlanda del Norte es uno de los principios rectores del acuerdo, e imaginar un escenario en el que el panel de arbitraje considere que una medida “proporcional” sea levantar una frontera en el Ulster es harto improbable.

Para el Reino Unido es la clave, porque deja la puerta abierta a que, “en última instancia”, y aunque parezca un escenario muy lejano, Londres pueda abandonar el backstop. No es una salida unilateral porque requiere de un panel de arbitraje, pero aclara cuál sería el camino para el Gobierno británico si considera, como señalan los euroescépticos, que Bruselas trata de “atraparlos” en el backstop.

Ya existía una cláusula parecida

Pero, de nuevo, ni siquiera esto es nuevo. En el acuerdo ya alcanzado en noviembre se refleja, en su artículo 178, que si tras una sentencia del panel de arbitraje la parte sancionada no corrige la violación del acuerdo, la parte agraviada puede proceder a la suspensión de obligaciones que procedan de provisiones del texto. Esta suspensión debe ser “proporcional” a la ruptura.

Pero Londres confía que, ya que el lenguaje legal del acuerdo es complejo, este nuevo compromiso con Bruselas, que solo reafirma lo cerrado en noviembre, sirva para que los euroescépticos de Westminster lo consideren suficiente. Ha sido clave que el viernes pasado Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europa, recordara a sus colegas británicos que este mecanismo ya existía dentro del acuerdo, y que el texto ya contiene la posibilidad de suspender temporalmente partes del mismo en caso de que uno de los dos lo viole. Y eso incluye el artículo 2 del Protocolo de Irlanda, en el que se recoge que ambas partes trabajarán por sustituir el backstop.

Foto: Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea. (Reuters)

Y ahora qué

Esta madrugada se ha consumado la última pirueta con la que Londres y Bruselas tratan de salvar un acuerdo duramente negociado. Intentan hacerlo sobre la bocina y con todo en contra. No hay realmente muchos elementos nuevos, pero May necesitará venderlo como una auténtica victoria militar de vuelta en Westminster. No le queda otra opción. Y Bruselas ha tratado de ayudarle dándole algo más de épica y fanfarria a lo que ya estaba escrito en un aburrido texto legal.

Por eso la UE ha cerrado la noche señalando que la que hay hoy sobre la mesa será la última oferta que recibirá el Reino Unido: “No habrá más interpretaciones en las interpretaciones, no habrá más aclaraciones sobre las aclaraciones”, ha señalado Juncker, que ha explicado que está “seguro” de que los diputados británicos son “patriotas” y votarán a favor del acuerdo de salida.

La UE ha cerrado la noche señalando que será la última oferta que reciba el Reino Unido: “No habrá más interpretaciones en las interpretaciones"

En una carta enviada esta noche al presidente del Consejo, Donald Tusk, Juncker ha señalado que, en caso de retrasarse el Brexit, el Reino Unido tendrá que abandonar la Unión Europea antes de los próximos comicios europeos o tendrá que participar en ellos por obligación legal.

Lo más importante del acuerdo para Bruselas es que ninguno de los elementos cerrados contradice lo que ya establece el acuerdo del Brexit, que lleva cerrado desde hace 105 días y que la Unión Europea ha señalado en numerosas ocasiones que no reabrirá.

Derrapando sobre el precipicio. Así han negociado durante las últimas horas Theresa May, primera ministra británica, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que se han reunido este lunes en la ciudad francesa de Estrasburgo, donde se celebra el Pleno del Parlamento Europeo. Ambos han confirmado que añaden nuevas aclaraciones al acuerdo para evitar un backstop indefinido, pero el texto sigue siendo el mismo.

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