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"Tenemos miedo de ir a casa": el peor terremoto de su historia hunde a Marruecos en el caos
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6.8 en la escala de Richter

"Tenemos miedo de ir a casa": el peor terremoto de su historia hunde a Marruecos en el caos

El país alauita ha desplegado un programa de emergencia para atender a los más de 2.000 muertos y 2.000 heridos, además de rehabilitar las viviendas y edificios históricos que han quedado reducidos a escombros

Foto: Marruecos ha vivido el peor desastre natural de su historia con más de dos mil muertos. (EFE/Jalal Morchidi)
Marruecos ha vivido el peor desastre natural de su historia con más de dos mil muertos. (EFE/Jalal Morchidi)
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"Ayuda, no encuentro a mis hijos". Así gritaba, a través de un video difundido en redes sociales, una de las víctimas del que ya se conoce como el peor terremoto de la historia de Marruecos. En bereber, el hombre originario de unas de las zonas del Gran Atlas de Marruecos busca, alumbrado con el flash de su móvil, entre los escombros de su casa. Todavía no hay cifras oficiales, pero su historia no es una excepción en un país donde cientos de miles de personas han visto como sus casas, y a veces su aldea entera, desaparecía en medio de la vorágine de la sacudida de tierra.

En Marrakech, a 71 kilómetros al norte del epicentro del temblor, el casco histórico está cubierto de escombros. La ciudad roja, popular entre los turistas nacionales y extranjeros, vio caer durante la noche del pasado viernes 8 de septiembre la famosa mezquita de Jemaa el Fnaa, además de casas, locales y otros centros culturales de la medina. Al sur, en las costas de Agadir, centenares de locales cambiaron la calidez de sus hogares por una noche a cielo descubierto. Mujeres, niños y turistas extranjeros se han agolpado en el suelo de calles y plazas con mantas y almohadas. "Tenemos miedo de volver a casa, nadie nos asegura que no pueda llegar otro temblor", cuentan los vecinos de Taghazout, en la costa suroeste y a 15 kilómetros de la ciudad de Agadir.

placeholder Muchas calles de Marruecos se han reducido a escombros. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)
Muchas calles de Marruecos se han reducido a escombros. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)

Tanto en Ighil, la zona montañosa del Atlas epicentro del temblor, como en Marrakech o Agadir, los afectados por el terremoto de 6.8 en la escala de Richter son algunos de los afortunados que hoy pueden contar con vida cómo su país ha temblado más fuerte que nunca. Según las fuentes oficiales, más de 2.000 personas han fallecido y otros tantos heridos continúan ingresados en estado grave en los principales centros hospitalarios del país. Con muchas de las carreteras y caminos de la montaña cortados por el deslizamiento de tierras, se teme que haya aldeas enteras desaparecidas destruidas a las que todavía no hayan podido acceder los equipos de rescate del reino. La cifra de fallecidos subirá a lo largo de los próximos días.

Banderas a media asta

"Si aquí lo hemos sentido así de fuerte, no puedo imaginar el terror de Marrakech o Ighil", sostienen varios locales en Agadir, que ha visto sufrir el temblor pero donde, a diferencia del terremoto de 1960 —de menor intensidad— que destruyó la ciudad y se cobró 15.000 vidas, han logrado esquivar lo peor. El día después del seísmo, la población marroquí carga con el dolor, el pésame y el luto de todas las víctimas y heridos. "Somos un país fuerte y solidario. El islam insta al amor al prójimo y estoy segura de que seremos fieles a nuestras convicciones religiosas", cuenta una joven a la salida de la mezquita de Taghazout.

placeholder Los destrozos provocados por el terremoto se extienden por todo Marrakech. (EFE/Javier Picazo)
Los destrozos provocados por el terremoto se extienden por todo Marrakech. (EFE/Javier Picazo)

El gobierno marroquí ha declarado tres días de luto nacional, así como oraciones en todas las mezquitas del país por las almas de las víctimas y banderas a media asta en todos los edificios funcionariales. Durante la llamada del maghrib, el penúltimo rezo del día en el islam, las voces de los almuecines de Agadir han implorado, al unísono, la paz y pronta recuperación de las comunidades más afectadas.

¿Qué será lo siguiente?

Un día después del temblor, la incertidumbre inunda todos los rincones del país. Los locales se preparan ante la posible llegada de réplicas de menor fuerza. "La verdad es que dudo que podamos conciliar el sueño esta noche", señalan algunos de los huéspedes del hostal Ocean View en Taghazout. El Instituto Geológico y Minero de España ha advertido de que puede producirse una réplica de magnitud entre 5 y 5,5 durante las 24 horas posteriores al seísmo. "En el peor de los casos, lo mejor es seguir lejos de los edificios", añaden los turistas.

En los pueblos, muchos vecinos pasan la noche al aire libre, con miedo a entrar en su propia casa. Que parezca entera después del temblor no significa que termine de caer en las próximas horas, y más si se repite una sacudida de tierra.

placeholder Las próximas 48 horas son cruciales para encontrar supervivientes. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)
Las próximas 48 horas son cruciales para encontrar supervivientes. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)

Por el momento, el rey Mohamed VI ha suspendido sus vacaciones en París y está de regreso de urgencia a Marruecos. Durante una reunión de urgencia con todos las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el monarca ha iniciado el plan de ayuda a los damnificados, sobre todo en las zonas más inaccesibles. Hasta el momento, y según se ha informado a través de un texto difundido por la Casa Real, se extenderá el aprovisionamiento en agua potable, así como alimentos, tiendas y mantas.

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Los vecinos se han volcado con las labores de rescate a víctimas y heridos de Amizmiz, a unos 30 kilómetros del epicentro. (EFE/María Traspaderne)

El Ejército marroquí se ha desplegado en varias de las ciudades afectadas para colaborar en las labores de rescate y búsqueda de cuerpos entre los escombros de los edificios destruidos. La televisión estatal publica imágenes de los socorristas quitando piedras en las carreteras y caminando entre las casas de ladrillo y barro entre los picos montañosos. En declaraciones recogidas por los medios locales, funcionarios marroquíes de los servicios de emergencia se lamentaban del momento en el que comenzó el terremoto: para las 23.11 de la noche, la mayoría de la gente está en casa.

En lo internacional, las noticias desde Marruecos han llegado también a la cumbre del G-20, que se celebra esta vez en la India. Allí, el primer ministro Narendra Modi ha puesto a disposición toda la ayuda logística para combatir contra el desastre humanitario. Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres ha transmitido su solidaridad, mientras que España coordina un plan de asistencia médica y militar.

Un historial breve en terremotos

Este terremoto ha sido el más potente registrado en la historia sísmica del país, incluso superando al de Alhucemas, al norte, en 2004 y al de 1960 en Agadir, a pesar de que este último provocó más de 15.000 víctimas como consecuencia de la fragilidad de las estructuras urbanísticas. Las murallas históricas de Oufella, en lo más alto de la ciudad costera, han sufrido el derrumbamiento de 50 metros de su estructura. El paraje turístico todavía no se había recuperado de las reconstrucciones del terremoto de 1960.

"Ayuda, no encuentro a mis hijos". Así gritaba, a través de un video difundido en redes sociales, una de las víctimas del que ya se conoce como el peor terremoto de la historia de Marruecos. En bereber, el hombre originario de unas de las zonas del Gran Atlas de Marruecos busca, alumbrado con el flash de su móvil, entre los escombros de su casa. Todavía no hay cifras oficiales, pero su historia no es una excepción en un país donde cientos de miles de personas han visto como sus casas, y a veces su aldea entera, desaparecía en medio de la vorágine de la sacudida de tierra.

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