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¿Elecciones? Camboya no sabe lo que significa esa palabra: ni opositores, ni medios, ni libertades
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"Una fotocopia y no el documento oficial"

¿Elecciones? Camboya no sabe lo que significa esa palabra: ni opositores, ni medios, ni libertades

Este domingo son los comicios de Camboya, pero las urnas están marcados por la ilegalización del Candelight Party (CP), por no tener los papeles en regla

Foto: Los miembros elegidos del Parlamento del gobernante Partido Popular Camboyano del Primer Ministro Hun Sen. (EFE / Mak Remissa)
Los miembros elegidos del Parlamento del gobernante Partido Popular Camboyano del Primer Ministro Hun Sen. (EFE / Mak Remissa)

"Es una farsa de elecciones democráticas. Para entender lo absurdo que llega a ser esto, el principal partido de la oposición, el Candelight Party (CP), sucesor del Cambodia National Rescue Party (CNRP), ha sido ilegalizado por no tener los papeles en regla. En 2017, la Policía se presentó en la sede del partido y se llevó diversos documentos. Entre ellos estaba el acta de registro del partido, que databa de 1998. Ahora, las autoridades exigieron la documentación y el CP presentó una fotocopia, lo único que tenía, tras llevarse el acta original los agentes. El Consejo Constitucional de Camboya declaró finalmente en mayo que el principal partido opositor, de nuevo, no podrá concurrir a las elecciones, por presentar una fotocopia y no el documento oficial", explica entre risas irónicas J, miembro de una ONG, en un café de Nom Pen. J no puede identificarse ni él ni su organización para no correr el mismo destino que los opositores del CP y de muchas ONG que en estos años han sido expulsadas o ilegalizadas en Camboya.

Llueve sobre mojado. En las elecciones de 2018, el Partido Popular de Camboya, liderado por el incombustible Hun Sen, una especie de dictador africano, pero con tintes asiáticos a tenor de su capacidad de mantenerse en el poder, también compitió solo. El primer ministro, que ha gobernado en Camboya desde 1985 a 1993 y desde 1998 a la actualidad, decidió aplicar una democracia a la camboyana en la que le pueblo vota… pero a lo que él quiere.

Foto: Un centinela monta guardia durante una cumbre de la ASEAN en Phnom Penh, en 2012. (Reuters)

Entonces también se prohibió participar y se ordenó la disolución del entonces CNRP, lo que conllevó el exilio a Francia de su líder, Sam Rainsy, condenado si regresa a Camboya a cumplir 10 años de cárcel. Además, Kem Sokha, el otro líder y creador del partido, ha sido condenado en marzo pasado a 27 años de arresto domiciliario por traición. Otros 118 cabecillas e integrantes del CNRP han sido vetados para ejercer la política por 5 años. ¿Sorprendente e "inesperado" resultado de todo esto? No hay partidos opositores, al menos reales, que se presenten a las elecciones de este domingo 23 de julio en Camboya.

El país vive, por tanto, un complejo panorama político y social en el que hay diversas interrogantes. Por un lado, Hun Sen está preparando la sucesión en su hijo, lo que tiene que superar ciertas discrepancias internas. Por otro, el país crece mucho económicamente y decrece mucho en sus libertades. La entrevista con el testimonio ha sido ligeramente editada por motivos de claridad.

PREGUNTA. ¿Quién es Hun Sen, el actual primer ministro que será reelegido primer ministro el domingo?

RESPUESTA. Sin duda alguna, uno de los personajes más interesantes del panorama político del sudeste asiático en los últimos 50 años. Su resiliencia le ha permitido mantenerse en el poder en Camboya desde 1985 (solo hubo un periodo de 5 años en el que gobernó en la sombra) y surfear todas las altas olas de la política internacional del Indo-Pacífico. El PM es un aliado estrecho de China, pero sin que eso suponga una ruptura con EEUU y con algunos miembros de la Asociación de Países del Sudeste Asiático con los que busca siempre mantener un equilibrio.

Eso es marca de la casa. Hun Sen tiene un ojo de vidrio que ejemplifica su capacidad para cambiar de bando. Perdió el ojo en 1975, cuando participaba junto a los jemeres rojos en la toma de Nom Pen. En 1979, sin embargo, huye a Vietnam y allí es nombrado por los vietnamitas como líder del ejército rebelde. Regresó y luchó contra sus excompañeros jemeres, apoyados por China. Tras la victoria vietnamita-camboyana, fue nombrado primero ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro después. Le han acusado de ser una marioneta al inicio de Vietnam y recientemente de China, pero mientras él lleva casi 40 años moviendo los hilos del país.

P. ¿Qué hay en juego en estas elecciones?

R. Parlamentariamente, nada; políticamente mucho. Se presentan otras 17 pequeñas formaciones a los comicios junto al gubernamental Partido Popular de Camboya que no suponen una amenaza. La mayoría, de hecho, se han creado por miembros del propio partido gubernamental para maquillar la falta de opositores ante la comunidad internacional. La aplastante victoria del PP está garantizada.

Sin embargo, estás elecciones suponen el pistoletazo de salida para la sucesión de Hun Sen. El padre está moviendo todos los hilos de su inmenso poder para asentar la sucesión en su hijo, Hun Manet. El vástago es ya Comandante de las Fuerzas Armadas y ha sido designado en 2021 por el Comité Central del PP como futuro primer ministro. Pero Hun Sen sabe que dentro del Partido y del Ejército hay otras ambiciones, que pueden emerger cuando él deje el poder, y quiere que estos comicios sirvan de carta de presentación de su hijo. Ambos abrieron la campaña electoral juntos. Dentro del partido, además, hay una importante renovación generacional en las listas con nuevos candidatos de 40 y 50 años. Gente próxima a Hun Manet que no pueda cuestionar su derecho sucesorio como si pueden hacerlo los viejos dinosaurios del PP que llevan décadas a la sombra del poder de su padre. Hun Sen teme que haya movimientos dentro del partido que no acepten esa designación y está intentando dejar todo atado antes de ceder el poder previsiblemente en la próxima legislatura

P. ¿Hay una regresión de libertades en Camboya?

R. Además del veto, encarcelación y disolución de partidos y líderes opositores, el país vive una regresión clara de libertades que afecta a medios de comunicación, activistas y ONG. El pasado mes de febrero, el Gobierno cerró la web y radio Voice of Democracy (VOD), uno de los últimos medios independientes que quedaban en el país. La razón fue un artículo de VOD donde se denunciaba que un paquete de ayudas para Turquía, tras el terremoto de febrero, había sido firmado por Hun Sen, hijo del PM, lo que es ilegal. Solo el PM puede firmar esos paquetes de ayuda según la legislación.

Foto: Bomberos en el lugar del suceso. (EFE/EPA/Ruamkatan Foundation of Thailand)

Además, se han cerrado o expulsado numerosas ONG, detenido activistas y hasta amenazado con cerrar recientemente Facebook e Instagram en el país. El pasado 28 de junio, Meta decidió censurar la cuenta del PM por un mensaje en el que la compañía le acusaba de incitar a la violencia contra los opositores. Hun Sen anunció primero el cierre de ambas redes sociales en Camboya y luego se retractó, probablemente solo retrasando la medida, ante el perjuicio económico que suponía para la población. El 80% de los camboyanos usa Facebook y muchos lo tiene como herramienta de sus negocios. Él, por su parte, anunció que dejaba la red social en la que tenía 14 millones de seguidores.

He pedido a mi asistente que borre mi cuenta de Facebook inmediatamente y quite mi nombre de Facebook. Regreso a mi canal de Telegram, que es más efectivo. También he creado una nueva cuenta de TikTok.

P. ¿Qué ideología tiene el partido gubernamental?

R. EL PP es un partido que proviene del KPRP, un partido comunista que se alienaba en la Guerra Fría con las tesis marxistas, soviéticas y vietnamitas frente al comunismo chino. Tras llegar al poder, la formación abandonó el marxismo leninismo y se convirtió en un partido que mezcla autoritarismo, economía de mercado y conservadurismo, lo que le coloca internacionalmente en el espectro del centro-derecha. Sin embargo, sus mejores relaciones son con Pekín y sus vecinos de Vietnam, ambos regímenes socialistas no democráticos.

P. ¿Qué situación actual vive Camboya?

Hay una mejora evidente económica y un empeoramiento evidente en libertades. El crecimiento económico supera el 5% anual y la pobreza, según datos de ONU o Banco Mundial, se ha reducido a la mitad y se sitúa en un 16 o 17% de la población. Políticamente, el país se alinea con China, pero sin posturas agresivas o rupturistas con otros países. Las libertades están retrocediendo.

P. Tras todo este panorama, la pregunta es: ¿hay de verdad una democracia y votación libre en Camboya este domingo?

R. Parece que no, pero se simula que parezca que sí.

"Es una farsa de elecciones democráticas. Para entender lo absurdo que llega a ser esto, el principal partido de la oposición, el Candelight Party (CP), sucesor del Cambodia National Rescue Party (CNRP), ha sido ilegalizado por no tener los papeles en regla. En 2017, la Policía se presentó en la sede del partido y se llevó diversos documentos. Entre ellos estaba el acta de registro del partido, que databa de 1998. Ahora, las autoridades exigieron la documentación y el CP presentó una fotocopia, lo único que tenía, tras llevarse el acta original los agentes. El Consejo Constitucional de Camboya declaró finalmente en mayo que el principal partido opositor, de nuevo, no podrá concurrir a las elecciones, por presentar una fotocopia y no el documento oficial", explica entre risas irónicas J, miembro de una ONG, en un café de Nom Pen. J no puede identificarse ni él ni su organización para no correr el mismo destino que los opositores del CP y de muchas ONG que en estos años han sido expulsadas o ilegalizadas en Camboya.

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