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Disturbios y toque de queda en el gigante africano: algo se mueve en Nigeria
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Disturbios y toque de queda en el gigante africano: algo se mueve en Nigeria

Nigeria, el país más poblado de África, lleva dos semanas en plena agitación social por grupos liderados por jóvenes protestando en la calle contra la violencia policial

Foto: Manifestaciones en Lagos, Nigeria, contra la violencia policial. (Reuters)
Manifestaciones en Lagos, Nigeria, contra la violencia policial. (Reuters)

Nigeria, el país más poblado de África, lleva dos semanas en plena agitación social por grupos liderados por jóvenes protestando en la calle contra la violencia policial y la escasez de empleo. Las manifestaciones han pillado desprevenidas a las autoridades: ¿pueden ser augurio de un cambio más amplio y permanente en el que los jóvenes nigerianos exigen tener más voz en diseñar el futuro del país?

Foto: Makoko, un pueblo pesquero en Lagos, Nigeria. (Michelle Van Demen)
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#EndSARS

Las concentraciones empezaron el pasado 5 de octubre en los estados de Eda y Delta para protestar sobre un vídeo viral de un hombre recibiendo una paliza de muerte por agentes de la Brigada Especial Antirrobo (SARS, por sus siglas en inglés), y pronto se extendieron a Lagos, la mayor ciudad y centro económico del país. Cientos de activistas exigieron al Gobierno que disolviera la unidad de la policía federal, notoria por su gatillo fácil y acusada de cientos de asesinatos extrajudiciales desde que fue establecida en 1992.

Sólo días después, las protestas crecieron hasta decenas de miles de personas y se ampliaron a otras ciudades y la capital, Abuja. El hashtag #EndSARS se convirtió en inmensamente popular en redes sociales y captó la atención global de la diáspora nigeriana en Europa y las Américas, así como de famosos e 'influencers' en Estados Unidos, incluido la organización Black Lives Matter.

Contra las cuerdas, el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari —un antiguo general que lideró una junta militar que gobernó Nigeria a principios de los años 80 pero fue elegido como civil en 2015—aceptó disolver SARS. Pero en vez de calmar las calles, la decisión dio alas a una nueva generación de manifestantes cuyas quejas van más allá de la violencia policial.

placeholder Protestas en Lagos (Nigeria). EFE
Protestas en Lagos (Nigeria). EFE

Jóvenes sin trabajo

Aunque Nigeria es uno de los mayores productores mundiales de petróleo, la corrupción y pésima gestión económica ha desaprovechado esa riqueza durante décadas. El impacto económico del covid-19 únicamente ha esperado las cosas, puesto que el sector petrolero —que representa el 60% de los ingresos estatales y es la clave de cualquier recuperación económica— está padeciendo la caída global en precios de materias primas, alimentada por la pandemia.

La actual crisis económica ha golpeado duramente a la juventud: el 63% de los nigerianos de menos de 30 años está ahora sin empleo o sin suficiente empleo, ocho puntos porcentuales por encima de la media de la población activa. (Es difícil calcular cómo estaba el mercado laboral justo antes de la pandemia, pues los últimos datos son del tercer trimestre de 2018).

Foto: Una calle en Cotonú, Benin. (Reuters)

Cambio generacional inminente

Más de la mitad de los 206 millones de nigerianos tiene menos de 30 años, y la edad media es de 17,9. Pero los jóvenes llevan generaciones desinteresados de la política, en un país en el que la participación en las elecciones nacionales rara vez supera el 40%.

Sin embargo, si las actuales protestas aumentan la participación de votantes jóvenes, eso puede acarrear consecuencias importantes en el futuro. Los jóvenes nigerianos suelen priorizar la justicia económica y social por delante del crecimiento del PIB y la seguridad, que ahora preocupan a los políticos tradicionales.

De cara a las elecciones generales en 2023, cualquier partido que sea capaz de atraer este electorado gigante pero durmiente puede alterar fundamentalmente la política nigeriana.

Foto: Nigerianos, en un mitin político en Lagos en febrero de 2019. (Reuters)

¿Qué pasará ahora?

Pese al toque de queda en Lagos y la fuerte vigilancia policial, las protestas continúan en las principales ciudades nigerianas. Las fuerzas de seguridad se están poniendo ansiosas y la noche del martes se vivió lo que la prensa local ha calificado de "martes negro" por la violenta represión de las protestas, con al menos doce muertos, según un conteo de Amnistía Internacional. Está por ver si la mano dura del Ejército y la policía amedrentará a los jóvenes nigerianos, que pueden convertirse en una formidable fuerza política antes de lo que piensas.

*Este artículo fue publicado originalmente en inglés en GZERO Media. Si te interesa la política internacional pero quieres que alguien te la explique, suscríbete al newsletter Signal aquí.

Nigeria, el país más poblado de África, lleva dos semanas en plena agitación social por grupos liderados por jóvenes protestando en la calle contra la violencia policial y la escasez de empleo. Las manifestaciones han pillado desprevenidas a las autoridades: ¿pueden ser augurio de un cambio más amplio y permanente en el que los jóvenes nigerianos exigen tener más voz en diseñar el futuro del país?

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