Una viróloga acusa a China de encubrir el coronavirus y huye a Estados Unidos

El 28 de abril, Li-Meng Yan volaba desde Hong Kong hasta Estados Unidos en una decisión que iba a cambiar su vida. Acababa de dejar a su familia rumbo a lo desconocido, pero no podía dar marcha atrás. Los descubrimientos que había hecho y que llevaba semanas denunciando sin éxito podían provocar que su vida corriera peligro.

Li-Meng Yan es experta en virología e inmunología y una de las primeras personas encargadas de estudiar el coronavirus desde su puesto en la Universidad de Salud Pública de Hong Kong. Sin embargo, descubrió que China había mentido sobre los orígenes del covid-19 y decidió huir para contarlo todo. Ahora, desvela todo lo que sucedió en una entrevista a Fox News.

Yan, escondida en un lugar desconocido de Estados Unidos ya que teme por su vida, asegura que el gobierno chino sabía del nuevo coronavirus mucho antes de reconocerlo públicamente. Según su testimonio, sus propios supervisores también ignoraron sus avisos, pese a ser reconocidos como grandes expertos mundiales en la materia. Una decisión que está convencida de que podría haber salvado miles de vidas.

"El riesgo merece la pena"

La experta viróloga tiene miedo, pero asegura que no puede mantenerse callada: "La razón por la que vine a los Estados Unidos es porque traigo la verdad sobre el covid-19". Según Yan, si tratara de contar lo que sabe en China, "harían que desapareciera y fuera asesinada". Y acusa directamente a los altos cargos del gobierno chino de controlar la información sobre el coronavirus: qué se sabía, cuándo se sabía y qué se decía al resto del mundo.

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Europa Press

Según el testimonio de Yan, fue su supervisor en el laboratorio, el doctor Leo Poon, quien le pidió investigar un extraño virus similar al SARS a finales de 2019. Sin embargo, la viróloga explica que "el gobierno de China se negó a permitir que los expertos extranjeros, incluidos los de Hong Kong, investiguen en China. Entonces recurrí a mis amigos para obtener más información".

Los contactos de Li-Meng Yan le confirmaron, el 31 de diciembre de 2019, que el covid-19 se transmitía de persona a persona, algo que China y la propia OMS no confirmó hasta varias semanas después. En cuanto lo supo se lo transmitió a su jefe, pero "él solo asintió" y le dijo que siguiera trabajando. Incluso varios días después, el 9 de enero de 2020, la OMS aseguró que, "según las autoridades chinas, el virus puede causar enfermedades graves en algunos pacientes y no se transmite fácilmente entre las personas". Yan asegura que sabían que era mentira.

La viróloga señala que tanto Pekín como la OMS conocían los riesgos del covid-19, pero lo ocultaron y mintieron sobre su transmisión

Los problemas llegaron pronto ya que sus colegas en China cambiaron el tono de su discurso. Los investigadores que, hasta entonces, habían hablado abiertamente sobre el virus se callaron y recibieron consignas de guardar silencio. Algunos médicos le explicaron que "no podemos hablar de eso, pero necesitamos usar máscaras". Con la multiplicación de las transmisiones la viróloga comenzó a buscar respuestas, pero su propio supervisor la amenazó de "no traspasar la línea roja. Nos meteremos en problemas y acabaremos desaparecidos". Por eso le instó a que "se quedara callada y tuviera cuidado".

Las denuncias de la viróloga no terminan ahí: según ella, el profesor Malik Peiris, codirector de un laboratorio afiliado a la OMS, también lo sabía todo, pero no hizo nada al respecto. Yan explica que "sabía que sucedería porque conozco la corrupción entre este tipo de organización internacional como la OMS, el gobierno de China y el Partido Comunista chino. Básicamente... lo acepto, pero no quiero que esta información engañosa se extienda al mundo". Por eso ha decidido alzar la voz y denunciar lo que está sucediendo en su país, de donde ha tenido que huir para salvar la vida.