El autor de la famosa cita que compara España con Camboya: "Se me malinterpretó"
¿Es España segunda en desapariciones tras Camboya? Pablo Iglesias e Irene Montero han repetido en esta campaña un cliché que lleva años circulando. Hablamos con quien inició todo esto... sin querer
Genealogía retrospectiva de un dato que se ha desmadrado.
Durante el último debate de portavoces, Irene Montero, de Unidas Podemos, dijo: “Somos el segundo país del mundo después de Camboya con más personas desaparecidas”. La semana anterior, Pablo Iglesias tuiteó exactamente lo mismo al hilo de la exhumación de Franco.
España es el segundo país con más desaparecidos después de Camboya y aquí los torturadores disfrutan de reconocimientos, de honores y de la más vergonzosa impunidad. El PSOE se comprometió con nosotros a retirar la medalla al torturador Pacheco alias Billy el niño y no lo hizo
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) October 24, 2019
La cita ha sido repetida muchísimas veces en los últimos años, pero ¿de dónde procede exactamente? Su principal punto de difusión procede de un artículo de ‘El País’ en octubre de 2013 que la atribuye a Jueces para la Democracia, pero el origen de la comparación de las atrocidades del franquismo con los 'campos de la muerte' de Camboya es anterior.
Aquel artículo de 2013 estuvo motivado por la visita de dos enviados de la ONU a nuestro país. El trabajo de Jasminka Dzumjur y Ariel Dulitzky, miembros del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas, cristalizó en un informe publicado en julio de 2014.
Este informe replicaba la cifra de 114.226 desaparecidos entre julio de 1936 y diciembre de 1951. Y advertía: "Dado que esta investigación criminal fue bloqueada o socavada a todos los efectos, ese número no ha podido ser confirmado de manera confiable por una investigación judicial".
Esta cifra indiciaria es también la que Baltasar Garzón incluyó en el auto que en 2008 le sirvió para abrir una causa penal contra los crímenes del franquismo, bordeando así la Ley de Amnistía de 1977. Esto permitió a las víctimas reclamar al Gobierno de Zapatero la exhumación de sus familiares enterrados en esas 2.382 fosas comunes.
Para razonar la sentencia, Garzón se apoyó en el trabajo de Miguel Ángel Rodríguez Arias, investigador en Derecho Penal Internacional que, por primera vez en 2009, pronunció la frase: "Seguimos siendo el segundo país del mundo en cifras de desaparecidos, tan solo por detrás de la Camboya de Pol Pot".
En conversación con El Confidencial, Rodríguez Arias confirma ser el autor primigenio de esa comparación con Camboya, pero matiza que sus declaraciones se han malinterpretado de muchas formas, a veces citando fosas comunes, otras muertos, otras simplemente 'desaparecidos'. Su aserción, explica, se acotaba a un tipo penal muy específico: desapariciones forzadas como delitos de lesa humanidad.
La 'cita de Camboya' se refiere solo a un tipo penal específico: la desaparición forzada calificada como crimen de lesa humanidad
Rodríguez Arias, autor de las primeras investigaciones publicadas en España sobre crímenes de lesa humanidad vinculadas al franquismo y a ETA, dirige actualmente las causas contra ETA por este tipo penal en la Audiencia Nacional y en Argentina. Responde al teléfono desde la isla de La Palma, donde reside.
PREGUNTA. La referencia más antigua que he podido encontrar a esa comparación entre España y Camboya es de una entrevista suya realizada en el año 2009 por la web Rebelion.org, ¿fue idea suya aquella comparación o leyó la referencia en alguna otra parte?
RESPUESTA. Yo soy investigador en Derecho Penal Internacional y uno de mis primeros temas de investigación fueron las desapariciones forzadas de personas. Las estudié en dos planos, la desaparición de adultos y la desaparición infantil. De hecho, esas declaraciones de 2009 siempre se han citado mal.
P. Como forma de llamar la atención sobre el tema, la comparación es irreprochable, pero luego se ha repetido referida a muertos en general, fosas comunes...
R. Yo lo dije claro, el problema es que nunca se cita a la fuente, y luego algo se populariza… A mí alguna vez alguien me ha dicho "oye, ¿tú sabes que España es el segundo país…" y me río. Lo que yo expliqué en aquella entrevista para Rebelión es que no solamente España era el segundo país del mundo en desapariciones forzadas de adultos, sino también el segundo país en desapariciones forzadas de niños. En adultos es después de Camboya, y en niños, después de las ‘stolen generations’ de Australia.
Yo hablo del crimen de desaparición forzada de persona, hay que distinguirlo de lo que es una desaparición. Le pongo un ejemplo. En la Guerra Civil, seguimos teniendo desaparecidos de la batalla del Ebro. Son desaparecidos en combate, gente cuyos restos todavía están en las tierras altas detrás de un matorral. Esos no cuentan como desaparición forzada, porque desaparecieron en combate. Igual que cuando se habla de fosas, "es que en tal hambruna murió mucha gente y hay fosas que no están investigadas".
Hablamos de crimen de lesa humanidad, de desaparición forzada, no he hecho un 'ranking' de cuántas fosas hay en el mundo. Seguro que hay millones de personas en fosas por la peste negra del siglo XIV, pero eso son cosas distintas. No estamos hablando ni de desapariciones en general ni de fosas, yo no estoy diciendo que España sea el segundo país del mundo que más fosas tiene, no, ni que sea el segundo país del mundo que más desaparecidos tiene. Ninguna de las dos cosas. Yo estaba diciendo que España es el segundo país del mundo en el delito de lesa humanidad de desaparición forzada de personas, que es una de las formas de lesa humanidad reconocidas desde Nürenberg y por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Ese es el argumentario correcto y es un concepto diferente.
P. ¿Cómo definiría el crimen?
R. La desaparición forzada la inventaron los nazis. Se coge a una persona y se la llevan, como decía el mariscal Wilhelm Keitel, al ‘Nacht und Nebel’, noche y niebla. Esa persona la eliminan y la hacen desaparecer, habitualmente en una cuneta o en una fosa. Eso es lo que yo dije. Yo no cuento a los desaparecidos en la batalla del Ebro en mi cómputo, pero siguen ahí. Y la Convención de Ginebra obliga a los vencedores en una guerra a dar sepultura a los vencidos.
Ya me ha pasado otras veces, que lanzas una idea y como en este país nadie cita… Les pasa también a ustedes los periodistas con sus artículos. Bien, los nazis crean la desaparición forzada porque es una forma de paralizar. Cuando avanzaban al este ocupando Rusia, la forma de abaratar el número de tropas que tenían que dejar en retaguardia fue esta. Si llegaban a un pueblo, cogían a 20 y los ajusticiaban en la plaza, les salían de repente 200 partisanos, pero si en su lugar se llevaban a 20 en la 'noche y la niebla', eso paraliza. Esas 20 familias piensan que a lo mejor siguen vivos, que si colaboran y se portan bien, igual vuelven... Es una lógica profundamente perversa. Eso viene de ahí y lo de la Guerra Civil española fue un ensayo previo.
P. A veces se asocia su cita con la cifra de 114.622 desaparecidos que aparece en el citado informe de Naciones Unidas y en el auto de Baltasar Garzón. ¿Este sería entonces el número de desaparecidos forzados a manejar o incluye otro tipo de desapariciones?
R. Esa causa salió en septiembre de 2008 y mis declaraciones son de 2009. Garzón hablaba de unas cifras indiciarias de unas 114.000 personas en fosas comunes, porque Garzón tampoco se refería a los desaparecidos en la batalla del Ebro, por ejemplo. Porque es terrible, pero no es lesa humanidad, sea aquí o en la selva de Vietnam. No es comparable a que vengan siete señores en una camioneta a la puerta de tu casa y se lleven a tu padre o a tu hermano, les peguen un tiro y los echen a una zanja. Son cosas netamente distintas.
Hablando de desapariciones forzadas, lo que es intencionalmente cometer una masacre, coger a alguien que tienes prisionero o le vas a buscar a su casa, te lo cargas y lo metes en un agujero o lo tiras a un pozo, yo me basé en el auto de Garzón indiciario, no hay una investigación oficial de Estado y esa tarea no puede recaer sobre los hombros de las víctimas. Yo en aquel momento, año 2009, lo expliqué y lo mantengo, que a la vista de esas 114.000 desapariciones forzadas, nos encontrábamos con que en el otro lado, las que provocaron los campos de reeducación de los Jemeres Rojos eran, si no me baila la cifra, de 1.700.000. Cometieron lesa humanidad, desaparición forzada y genocidio, no fue fruto de una batalla, de una epidemia o una hambruna. Fueron matando gente en sus campos y en ciudades. Después está España, y después, en ese mismo informe de Naciones Unidas realizado de 2008 a 2009, venía a decir que otros países donde también había habido desapariciones forzadas eran…
... Líbano, 320, Marruecos, 268, México, 392... Y recalco México porque en México hay más desaparecidos, pero estamos hablando de desaparición forzada de personas, no de que no haya otros desaparecidos. Por ejemplo, los narcos mexicanos.
P. ¿La gente que ha muerto a manos de los narcos no contaría en este cómputo?
R. No, salvo que sea lesa humanidad. Si decimos que un grupo narco comete crímenes de lesa humanidad, entonces sí. Si es el Estado mexicano el culpable de la desaparición, entonces sí. Precisamente ahora, en septiembre, acabo de estar en una audiencia privada con el Papa, y precisamente le expliqué que España era el segundo país del mundo en niños desaparecidos y el segundo en adultos desaparecidos en fosas, y le sorprendió saberlo.
Por eso digo que en México puede haber desaparecidos por otras causas o por otro tipo de delitos. Pero el delito de desaparición forzada se le imputa a un grupo estatal o paraestatal, por eso la ONU contabilizó solamente 392 casos. En Nepal, 72, en Nicaragua, 434, en Rusia, 478, en Sudán y Yemen, 155... Estas son las cifras que manejaban en el informe 1980-2009. Por cierto, que España ni siquiera aparecía en este informe. En 2006, cuando Amnistía Internacional hizo una lista de las desapariciones forzadas en Europa, tampoco estaba España.
P. Ya hace 10 años de aquellas declaraciones, ¿ha aparecido algún dato en este tiempo que le haya hecho cambiar esta clasificación?
R. A día de hoy, y salvo que aparezcan nuevas fuentes, sigue siendo válido. El dato de los 114.000 sigue siendo indiciario, porque no se ha investigado nada, pero aunque fuera la tercera parte, casi 40.000, seguiríamos siendo el segundo país tras Camboya, e Irak, que es el tercero, seguiría estando muy por detrás. Las cifras se pueden deshinchar, pero mucho tendrían que hacerlo.
Cuando yo hice aquellas declaraciones, era investigador, acababa de publicar mi primer libro sobre desapariciones forzadas infantiles, que es un subtipo con agravante, y publicando en 'Jueces para la democracia' sobre desapariciones forzadas de Franco y paralelamente sobre crímenes de lesa humanidad de ETA, que son las dos grandes lagunas de impunidad en lesa humanidad en España. A mis alumnos siempre les digo que hay que estar con las víctimas y frente a la impunidad, venga de donde venga, que no tengan algo así como un 'genocida favorito'. A nadie se le puede sacar de casa en mitad de la noche, me da igual que lo hagan en nombre de una cosa o de otra.
P. ¿Para usted todos los asesinatos de ETA son crímenes de lesa humanidad o ve diferentes los cometidos durante el franquismo?
R. No, no, todos son de lesa humanidad.
P. Incluso el de Carrero Blanco.
R. El caso de Carrero Blanco es un atentado contra un jefe de Estado. No nos confundamos, hay otros delitos de lesa humanidad, no solamente la desaparición forzada. También está el asesinato selectivo y hasta nueve formas distintas. De hecho, ETA ha tenido muy pocas desapariciones, lo que ha tenido son asesinatos selectivos y masacres. Por ejemplo, lo que hizo con Zamarreño y Caso, que los tenía totalmente acosados en el pueblo, les amenazan para que se vayan, matan a uno, el otro toma su puesto y también le matan. Esos son dos delitos de lesa humanidad que tenemos ahora mismo en Argentina, contra ETA y contra Batasuna.
Resumiendo, ETA es un grupo terrorista que ha cometido crímenes de lesa humanidad pero también otros que no, como posesión de explosivos, extorsiones con cartas o atracos a bancos. Y también crímenes de lesa humanidad que no eran asesinatos, como la expulsión forzada de población. No es un monolito.
P. No sé si ha leído un artículo que Arturo Pérez-Reverte, seguramente pasando por alto esta distinción penal que usted hace, le dedicó a ese cliché. 'Menos Camboyas, Caperucita', se titulaba.
R. A mí Pérez-Reverte me encanta, es uno de mis escritores favoritos. Creo que se mete en un charco sin darse cuenta porque, al final, él no es especialista en Derecho Penal Internacional, es un magnífico escritor pero, claro, yo llevo más de 15 años investigando y trabajando sobre estos temas.
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