'Spring Break', la semana en la que los estudiantes de EEUU viajan 'a todo trapo'

Los campus universitarios de Estados Unidos están prácticamente vacíos. El fin del invierno ha dado el pistoletazo de salida a lo que se conoce como 'spring break', una semana de fiesta en la que los estudiantes cambian las clases, la biblioteca y los apuntes por fiesta, alcohol y música. Si bien en un origen este periodo era de siete días, en los últimos tiempos se ha ampliado hasta hacerlo coincidir con la Semana Santa.

Aunque cada colegio y universidad tiene estipulado en su calendario cuándo es el 'spring break', muchos de ellos han escogido esta semana para cambiar de aires. El desembolso medio es entre 380 y 500 dólares. Entre los destinos preferidos está Las Vegas, sobre todo para los universitarios, ya que aquellos que aún siguen en el colegio no pueden disfrutar ni de las apuestas ni del alcohol, ya que deben superar los 21 años, por lo que optan por el parque temático de Disneyland. Otros, en cambio, prefieren cruzar el charco y elegir ciudades como Londres o Barcelona, o países como China, Vietnam o Singapur.

45.000 estudiantes a Cancún

Sin embargo, los destinos de playa son los favoritos. Miami y la costa de California son una de las opciones más demandas, sobre todo por las agradables temperaturas en pleno inicio de la primavera. Pero hay quienes también apuestan por salir de Estados Unidos y viajar hasta Cancún, donde se prevé que lleguen 45.000 estudiantes estadounidenses. Allí los hoteles lo organizan todo: desde la estancia hasta la diversión. Un todo incluido que ha generado ya los primeros problemas, como jóvenes conduciendo bajo los efectos del alcohol.

Desde hace años este es uno de los destinos predilectos, por lo que las autoridades de Cancún han entregado 20.000 códigos de conducta a los llamados 'spring breakers' que llegan estos días a esta ciudad. Entre ellos se les informa de que está prohibido ir desnudos por la calle, beber alcohol y orinar en la calle y comprar drogas, ya que su consumo es ilegal.

Se les recuerda, además, que deben llevar consigo su documentación migratoria y que no pueden acceder a propiedades privadas y ni mucho menos provocar daños en ellas. Estas indicaciones surgen después de varios años de problemas con este tipo de viajeros, que en aprovechan una semana o 10 días de vacaciones para desinhibirse antes de los exámenes finales.