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Israel se topa con la Iglesia
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da marcha atrás tras el cierre del santo sepulcro

Israel se topa con la Iglesia

La decisión del Ayuntamiento de Jerusalén de aplicar tasas a bienes de las iglesias provocó el cierre del Santo Sepulcro. Responsables eclesiásticos denuncian un intento de debilitar la presencia cristiana

Foto: Un cristiano protesta con una cruz ante las puertas del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Reuters)
Un cristiano protesta con una cruz ante las puertas del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Reuters)

Como cada madrugada desde hace más de 40 años, Wajih Nuseibeh se despertó cuando la Ciudad Vieja de Jerusalén aún dormía, caminó con paso firme sobre las piedras frías y húmedas hasta llegar al Santo Sepulcro y abrió las puertas del templo ante un reducido grupo de fieles y periodistas. Después de tres días de clausura, tensión y exposición mediática, el lugar más santo del cristianismo recuperó el miércoles su rutina. Y Nuseibeh también.

Israel tenía que hacer algo y rápido. Esto era como cerrar el grifo del petróleo. Si los peregrinos no pueden visitar el Santo Sepulcro, ¿quién va a venir a este país? Se van a quedar sin sus cuatro millones de turistas anuales”, decía este palestino musulmán, encargado, junto a otra familia palestina de abrir y cerrar la puerta del templo, una responsabilidad y un privilegio que les corresponde desde hace más de siete siglos.

El lugar más santo del cristianismo cerró sus puertas el domingo al mediodía por decisión de las tres principales iglesias que la custodian (católicos, griegos ortodoxos y armenios), secundadas por las trece iglesias presentes en Tierra Santa.

La intención del Ayuntamiento de aplicar tasas a bienes de las Iglesias, que gozan de una exención fiscal desde el imperio otomano, provocó el cierre del Santo Sepulcro

“Ya basta. Paren la persecución de las iglesias”, se leía en una banderola desplegada a la entrada del templo. Religión, diplomacia, demografía y lucha por la tierra se han mezclado en este sonoro y complicado desencuentro entre las iglesias y el Gobierno israelí. Las razones que provocaron este gesto extremadamente raro de cerrar el Santo Sepulcro fueron esencialmente dos: por un lado, la decisión del Ayuntamiento de Jerusalén de obligar a pagar impuestos municipales a las iglesias sobre algunos de sus bienes no destinados al culto, por ejemplo albergues de peregrinos, restaurantes o salas de reuniones. Por otro, la existencia de un complicado proyecto de ley que permitiría al Estado expropiar tierras vendidas por las iglesias desde 2010.

“Llegaron las dos cosas al mismo tiempo. En una comunidad pequeña como la cristiana de Jerusalén, esto fue visto como una voluntad de debilitarlos, como una doble puñalada por la espalda”, explica Marie Armelle Beaulieu, directora de la revista religiosa 'Tierra Santa', con sede en Jerusalén.

El sentimiento de los responsables eclesiásticos es que con estas medidas hostiles se está pretendiendo “debilitar la presencia de los cristianos en Jerusalén”, que representan un 1% de su población después de un éxodo masivo durante los últimos 50 años, aunque para ello haya que romper los acuerdos aceptados hace décadas. Para los responsables palestinos, estas medidas del Gobierno israelí son un intento más de “judeizar Jerusalén”. En 1967, cuando Israel ocupó y posteriormente se anexionó la parte oriental de Jerusalén, con la Ciudad Vieja incluida, aceptó mantener o respetar ciertas realidades, como por ejemplo que la gestión de la Explanada de las Mezquitas, lugar santo musulmán, recaiga en Jordania y que las iglesias de Tierra Santa estén exentas de pagar tasas al menos desde el siglo XVI, recuerdan franciscanos.

placeholder Cristianos besan la Piedra de la Unción, en la Iglesia del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Reuters)
Cristianos besan la Piedra de la Unción, en la Iglesia del Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. (Reuters)

Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa y superior de los franciscanos, que representan a la iglesia católica en los lugares santos, subrayaba en estos días que los franciscanos no se oponen a pagar impuestos pero explicaba que comenzar a pagarlos requeriría una revolución interna porque las finanzas de las iglesias están organizadas sobre el principio de la exención fiscal. “Además las iglesias estiman que participan suficientemente en mejorar la salud financiera de Jerusalén y del Estado de Israel con las numerosas obras sociales que realizan. No se puede acusar a una pequeña comunidad como son los cristianos y a unas iglesias que llevan siglos en Tierra Santa de aumentar el déficit de una ciudad de casi un millón de habitantes”, estima Beaulieu.

"Desafío para los cristianos del mundo entero"

En total, el alcalde de Jerusalén, NIr Barkat, estimaba que las iglesias debían al Ayuntamiento un total de 152 millones de euros por impuestos municipales acumulados en los últimos 7 años y para forzar su pago se habían comenzado a congelar algunas cuentas bancarias vinculadas a las iglesias. “¿Por qué todos los habitantes de Jerusalén pagarían tasas y los hoteles, tiendas o escuelas de las iglesias estarían exentos?”, se preguntaba el alcalde de Jerusalén. “Si la Iglesia no está contenta que nos lleve ante el juez”, desafiaba a principios de esta semana.

Pero el Gobierno israelí no necesitaba en este momento una confrontación frontal con las iglesias por cuestiones que forman parte del acuerdo global que negocia desde hace años con el Vaticano. Y Barkat fue obligado a dar marcha atrás. El martes por la noche, el Ejecutivo israelí anunció que el Ayuntamiento de Jerusalén renunciaba de manera provisional a cobrar estas tasas a las iglesias y que se suspendía por ahora la discusión del polémico proyecto de ley en el Parlamento. Ambas cuestiones serán objeto de una negociación entre una comisión ministerial israelí y representantes de las iglesias.

El alcalde de Jerusalén estima que las iglesias deben al Ayuntamiento 152 millones de euros por impuestos municipales acumulados

Los responsables eclesiásticos aguardaban desde el domingo “una señal para poder reabrir el templo” y horas después de la decisión del gobierno confirmaban la reapertura del Santo Sepulcro el miércoles de madrugada al considerar que la actitud de Benjamin Netanyahu ha sido “constructiva” y se han fijado las bases para negociar y evitar que una situación semejante pueda repetirse.

Según fuentes de la iglesia, la decisión de cerrar el Santo Sepulcro, donde según la tradición cristiana Jesucristo fue crucificado y sepultado, fue tomada a disgusto. Estas mismas fuentes explican que en los últimos 30 años el templo solo cerró sus puertas en tres ocasiones y nunca el cierre superó los dos días.

“Fue una decisión dolorosa porque se pensó en los peregrinos a los que se ha privado de la visita, gente que vendrá una sola vez en su vida a Tierra Santa y no ha podido visitar el lugar donde resucitó Jesucristo. Pero si no se actuaba ahora, tal vez en dos, cinco o diez años ya no se pueda recibir peregrinos. Es un desafío crucial para los cristianos del mundo entero”, afirma Beaulieu.

placeholder Peregrinos en el interior de la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. (Reuters)
Peregrinos en el interior de la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. (Reuters)

Desde el domingo, los suspiros de disgusto de los peregrinos se multiplicaban al llegar a las puertas de la iglesia y encontrarlas cerradas. Algunos, como Elsa, de la ciudad francesa de Marsella, ni siquiera sabían las razones del cierre. “Tuve que volver al hotel y leer la prensa para saber qué pasaba realmente. Hoy he vuelto para ver si podía entrar pero sigue cerrada. Sé que son razones de peso pero a mí me duele no poder entrar”, decía esta estudiante de 23 años.

La familia Rodríguez vino a Tierra Santa desde Perú y cogieron el avión de vuelta sin poder entrar al Santo Sepulcro. Cristianos fervorosos, no ocultaban su frustración. “Esta iglesia lleva años abierta y justamente nos toca a nosotros. Hay que encontrar una solución porque hay muchos turistas en la ciudad”, lamentaban.

Las iglesias sentían esa presión de los peregrinos y eran conscientes de no poder permanecer cerrados mucho más tiempo en este periodo de Cuaresma y Pascua, cuando el número de peregrinos aumenta y el Santo Sepulcro es un alto en el camino obligado para los turistas. “Por eso aunque no se tengan todas las garantías de parte del Gobierno y la iglesia de Jerusalén siga haciendo frente a grandes desafíos se decidió reabrir el templo”, explicaron fuentes franciscanas.

Como cada madrugada desde hace más de 40 años, Wajih Nuseibeh se despertó cuando la Ciudad Vieja de Jerusalén aún dormía, caminó con paso firme sobre las piedras frías y húmedas hasta llegar al Santo Sepulcro y abrió las puertas del templo ante un reducido grupo de fieles y periodistas. Después de tres días de clausura, tensión y exposición mediática, el lugar más santo del cristianismo recuperó el miércoles su rutina. Y Nuseibeh también.

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