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David Cameron vs Boris Johnson: viejos enemigos desde la universidad
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ambos estudiaron en eton y oxford

David Cameron vs Boris Johnson: viejos enemigos desde la universidad

La futura salida británica de la UE tras el referéndum apuntala la guerra interna en el Partido Conservador. Johnson aspira a liderarlo, pero la rivalidad con Cameron viene de muy lejos

Foto: Boris Johnson y David Cameron, durante un acto en la campaña por la alcaldía de Londres, en mayo de 2016 (EFE)
Boris Johnson y David Cameron, durante un acto en la campaña por la alcaldía de Londres, en mayo de 2016 (EFE)

El histórico referéndum del Brexit ha supuesto la última y definitiva batalla de dos políticos que llevaban compitiendo entre sí desde los años de universidad. A David Cameron, en esta ocasión, el órdago no le ha salido. En Londres, le conocían como "el político con suerte”. Envalentonado por el referéndum de Escocia y por el último empujón que recibió con la victoria electoral del año pasado (contra todo pronóstico), el aún líder 'tory' convocó el plebiscito europeo convencido de repetir hazaña. Pero las cartas no han jugado a su favor.

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Por su parte, Boris Johnson acabó convertido en cabecilla de la campaña Vote Leave (Vota para salir) con la esperanza de que, llegado el momento, pudiera contar con el apoyo de los conservadores euroescépticos a la hora de elegir nuevo líder. El plan era perder la batalla, dejar que Cameron se quemara ya del todo durante las negociaciones de divorcio con Bruselas y presentarse él luego como gran salvador. Pero la jugada tampoco ha salido como esperaba y ahora se ve como posible capitán de un barco a la deriva.

La relación entre los dos enemigos íntimos viene de lejos. Aunque los dos estudiaron en el elitista internado de Eton no se conocieron hasta que llegaron a Oxford. Allí Cameron, “Dave” para los amigos, no destacó especialmente por ser un líder. Era un joven atractivo, seguro de sí mismo y rodeado de hijas de diplomáticos que bebían los vientos por él. Tenía un discurso elocuente, pero nadie hubiera dicho que estaba interesado en la política. Prefería jugar al tenis, escuchar a Phil Collins y pasarse horas en “The Hi-Lo Café”, un pub caribeño donde ocasionalmente hacía de 'babysitter' para los dueños.

Johnson, sin embargo, mostró su ambición desde el primer momento. Era único aludiendo a los clásicos en los improvisados discursos que se montaban en las escaleras. Nadie hablaba como él. De familia mucho menos pudiente, no tuvo sin embargo problemas con codearse con los hijos y sobre todo las hijas de la alta sociedad. Pero su ajetreada vida social no le apartó de su gran obsesión, presidir la reputada Oxford Union Society. Se presentó como candidato varias veces, no siempre con los 'tories', y finalmente consiguió su objetivo en 1985.

La alcaldía es poco para Boris

Las aficiones de uno y otro eran de lo más dispares, pero ambos eran miembros de la misma hermandad: el Bullingdon Club, una selecta sociedad de la que antaño participaron incluso reyes. Solo un dato, el esmoquin que tenían que llevar sus miembros costaba por aquel entonces 2.000 libras.

Todo hacía pensar que sería Johnson quien se dedicaría a la política, pero al terminar la universidad se fue por la rama del periodismo y fue Cameron quien sorprendió a todo el mundo concertando una cita con el partido Conservador. El mismo día que se presentó a la entrevista, la formación recibió una misteriosa llamada de Buckingham Palace avisando de la visita de un “joven prometedor excepcional”. Nadie sabe a día de hoy quién la hizo. El caso es que, con una brillante intervención en el Congreso de Blackpool, aquel joven se convirtió en 2005 en el líder de la formación.

placeholder Boris Johnson rodeado por la prensa al salir de su residencia en Londres el día después del referéndum. (EFE)
Boris Johnson rodeado por la prensa al salir de su residencia en Londres el día después del referéndum. (EFE)

Tres años más tarde, sus caminos se volvieron a unir. Cameron no dudó en tirar de su “amigo” para presentarle como candidato a la alcaldía de Londres. Por aquel entonces, más que por sus logros políticos, Johnson era conocido por su verídico “club de fans”, sus líos de faldas con compañeras y sus míticas intervenciones televisivas. Pero ¿qué otro podría haber derrotado a Ken Livingstone, el perpetuo rebelde del Partido Laborista?

Sin embargo, todo el mundo era consciente de que, tarde o temprano, la alcaldía de Londres -que ocupó hasta el pasado mes de mayo- se le quedaría en algún momento pequeña.

El salto de Johnson al panorama nacional no es algo que haya surgido ahora. En realidad, su plan comenzó en 2014 cuando anunció que se presentaba a las elecciones generales por la circunscripción de Uxbridge, asiento más que asegurado para cualquier candidato conservador. Como era de esperar, consiguió el escaño. Ahora, con el Brexit se acerca cada vez más a su propósito: el 10 de Downing Street.

El histórico referéndum del Brexit ha supuesto la última y definitiva batalla de dos políticos que llevaban compitiendo entre sí desde los años de universidad. A David Cameron, en esta ocasión, el órdago no le ha salido. En Londres, le conocían como "el político con suerte”. Envalentonado por el referéndum de Escocia y por el último empujón que recibió con la victoria electoral del año pasado (contra todo pronóstico), el aún líder 'tory' convocó el plebiscito europeo convencido de repetir hazaña. Pero las cartas no han jugado a su favor.

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