Es noticia
Holanda alquila sus cárceles a otros países ante la escasez de reclusos
  1. Mundo
"la tasa de criminalidad no deja de CAER"

Holanda alquila sus cárceles a otros países ante la escasez de reclusos

Ya ha firmado acuerdos con Noruega y Bélgica, líder en tasas de criminalidad. Mientras, en Holanda, la cifra de delincuentes cae cada vez más. Había más guardias que presos

Foto: Un agente de policía a las puertas de una prisión noruega cercana al pueblo de Eidsmarka, próximo a Oslo (Reuters).
Un agente de policía a las puertas de una prisión noruega cercana al pueblo de Eidsmarka, próximo a Oslo (Reuters).

Algunos países europeos tienen listas de espera para que sus condenados puedan entrar a la cárcel a cumplir sus penas de prisión. La otra cara de la moneda la dibuja Holanda: sus centros penitenciarios están escasos de reclusos, tanto que centenares de funcionarios de prisiones pasarán a inflar las listas de desempleo si nadie lo evita. El Gobierno neerlandés recurre a la lógica de mercados y ofrece en alquiler sus cárceles.

“La tasa de criminalidad en nuestro país se reduce cada vez más y, además, tenemos otras técnicas y castigos alternativos que se centran más en la reinserción de los criminales en la sociedad. Hemos tenido que buscarle otra utilidad a esos centros y a sus empleados”, explica a El Confidencial una fuente de seguridad holandesa. En 2014, la población oficial de las cárceles en Holanda se redujo a 9.710, frente a 9.914 funcionarios de prisiones neerlandeses. Como comparación, en EEUU, por ejemplo, se calcula que hay un mínimo de 5 presos por cada guardia.

Cuando el Ministerio neerlandés de Justicia optó por colgar el cartel de “se alquila” a sus abundantes prisiones, Bélgica fue de los primeros países que inició reuniones para mandar a sus reclusos al país. Bruselas lidera los últimos datos de criminalidad conocidos a finales de 2015, y que señalan que por cada 1.000 belgas se cometen 96,8 infracciones penales, una tasa muy superior a la media europea situada en un 61,3, y sólo por detrás de Suecia, que encabeza la lista de 14 países con un 147,9 delitos.

Teníamos más guardias que presos en las cárceles y eso suponía un gran gasto para las arcas del Estado. Al final, esto es un negocio para mantener el trabajo de muchas personas y a la vez prestar un servicio necesario a otros aliados”, agrega la fuente, que explica que hasta ahora se han firmado acuerdos con Noruega y Bélgica con una duración de tres años y renovables anualmente. Por ello, desde el Ministerio de Justicia holandés celebran la existencia de “muy buenos acuerdos” con otros países, que justifican en la flexibilidad acordada: cada estado aplica sus propias normas, siempre con la condición de que mantenga a los trabajadores holandeses en plantilla.

placeholder Vista de pistas de tenis y canchas de baloncesto desde una celda del centro de detención del ICTY en La Haya (Reuters).
Vista de pistas de tenis y canchas de baloncesto desde una celda del centro de detención del ICTY en La Haya (Reuters).

Los centros penitenciarios noruegos están superpoblados para la ratio del país, y según detalla la fuente, Oslo se va a dejar más de 25 millones de euros al año con este acuerdo. Las tarifas holandeses son de 25 euros por cada metro cuadrado. Los belgas, que han firmado el mismo contrato, han enviado 500 reclusos solo en 2015.

A priori, Noruega se mostró un poco escéptica hacia este plan, especialmente porque supone transportar a los presos en avión desde Oslo hasta Eelde (en Groningen, el aeropuerto utilizado para este cometido), en un trayecto de unas dos horas hasta la prisión de Veenhuizen. Además, las familias de los reclusos organizaron protestas en contra de la medida porque dificultaba el régimen de visitas. “El acuerdo viola varios principios fundamentales, sobre todo la proximidad de la familia con el prisionero durante el periodo de detención”, señaló a la prensa Hanne Hamsund, portavoz de las familias de los presos noruegos.

Las autoridades del país nórdico respondieron a esas quejas señalando que la distancia entre Oslo y el norte del país (donde está la cárcel) es mayor que la que hay entre Oslo y Holanda. "No todo el mundo vive en Oslo", resppondió Hamsund.

No obstante, el problema existe. Y es que para evitar el hacinamiento inhumano en las prisiones noruegas, las personas condenadas tienen que esperar a ser llamados para comenzar a cumplir condena. Aunque esto no suele ocurrir con las sentencias más graves, cuyos culpables suelen ser encarcelados inmediatamente. Según un informe de su Dirección Nacional del Servicio Penitenciario, las condiciones en las cárceles noruegas han empeorado en los últimos dos años y la única solución es la construcción de nuevas prisiones.

Pero también decidieron quedarse con la gestión de la cárcel de Veenhuizen, en el norte de los Países Bajos. Se localiza en un pueblo remoto de Drenthe, construido originalmente como un campo de trabajo y lugar de residencia de las familias desestructuradas en 1820. Más tarde, se convirtió en una colonia penal. El director de la prisión es de Noruega, su mano derecha es de Holanda; las normas por las que se rige la prisión son noruegas, pero el personal que las impone es neerlandés, mientras que el lenguaje de comunicación es el inglés. Los empleados recibieron ya un curso para aprender las reglas y la cultura noruega con las que dirigirán a los presos, todos con penas de larga duración, que están siendo trasladados a ese centro.

Ese acuerdo con Oslo garantiza 239 empleos a holandeses a tiempo completo, según señaló una fuente de Justicia a El Confidencial. El primer monto de presos empezó a llegar desde el pasado septiembre: 242 internos, de ellos, 79 pidieron voluntariamente el traslado. Esta cárcel se ha hecho ya muy popular en Noruega, tanto que hay “una lista de espera para ser trasladados”, explicó el directo de la prisión Karl Hillesland en una entrevista. Los reclusos deben dar su consentimiento para ser enviados a la prisión de Norgerhaven, y cumplir allí su condena, lejos de su hogar, pero Oslo ha decidido utilizar un video de promoción para tentarlos.

Las diferencias con el régimen de Noruega son que los presos tienen más tiempo para estar al aire libre y trabajan menos. También tienen más tiempo telefónico para hablar con sus familias y pueden mantener ese contacto a través de Skype. Según Hillesland, el 20% de los presos son noruegos, el resto provienen principalmente de Europa del Este y del Norte de África.

Baño privado, tv, huerto y nevera

Aunque las cárceles holandeses no llegan al nivel aristócrata de las noruegas, sus celdas cuentan con baño privado, televisión, escritorio y nevera. Además, los presos que tienen para largo, pueden dedicarse a otras actividades como su propia huerta en la que plantar verduras, o pueden criar animales, como pollos. El año pasado, el entonces secretario de Estado holandés de Justicia, Fred Teeven, explicó que la cárcel alquilada a Noruega “no tendrá celdas de aislamiento ni tampoco un cuarto para visitantes comunes. Los presos recibirán sus visitas en privado. Además, todo se regirá por los días festivos noruegos”, agregó.

Por otro lado, está la prisión de Willem II, en Tilburg (sur), al borde del cierre si ningún arrendatario lo evita. Ha sido y es residencia de varios cientos de criminales belgas. No obstante, el Gobierno holandés ha anunciado a principios de este mes que Bruselas ya no la necesita y que esta prisión servirá a partir de 2017 como centro para acoger a los solicitantes de asilo.

placeholder Una agente camina por un corredor del centro de detención del ICTY en La Haya (Reuters).
Una agente camina por un corredor del centro de detención del ICTY en La Haya (Reuters).

El Ministerio de Seguridad y Justicia explicó que los últimos detenidos belgas regresarán a Bélgica como muy tarde el 31 de diciembre de este año, e informó a los 400 empleados de la prisión que se quedarán en la calle a partir de entonces. El portavoz del comité de empresa de la prisión, Mervin Pinas, lamentó que se ponga fin a ese “proyecto único” y se mostró “sorprendido de que no se renueve la cooperación con Bélgica, cuando el vecino del sur todavía no cumple los requisitos de espacio para encerrar” a los prisioneros. Además, mostró su deseo de que el contrato de arrendamiento se extienda al menos por un año más para “dar más tiempo a los empleados a encontrar otro trabajo y a los belgas para poner en orden sus prisiones”.

Bélgica contrató esa cárcel en 2010, y desde entonces, debido a la escasez de celdas, el acuerdo se ha renovado varias veces y por la misma han desfilado centenares de reclusos. El presupuesto anual destinado por Bélgica a mantener a sus presos en el extranjero asciende a 42 millones de euros. La institución penal de Willem II era un cuartel que se construyó justo antes de la Segunda Guerra Mundial para albergar un batallón de infantería. Cuando se logró la liberación de la ciudad en 1944, estas barracas se empezaron a utilizar para diversos fines, hasta que en 1993 fueron entregadas finalmente al Ministerio de Justicia para remediar la escasez de prisiones en los Países Bajos.

“El problema de estos países es que no tienen cárceles suficientes, tienen demasiados problemas de criminalidad, y su sistema penal no está preparado para reinsertar a los presos en la sociedad”, detallan a El Confidencial desde el Ministerio de Justicia.

A las cárceles de Tilbug y Groningen se les encontró 'inquilino', pero otras han corrido otra suerte. El Gobierno holandés decidió darle otro uso a las deshabitadas prisiones de las ciudades de Harlem y Arnhem: espacio de residencia para los refugiados que huyen de la guerra en Siria e Irak. Fueron higienizadas y se instalaron todas las facilidades necesarias para darles acogida desde el año pasado. Otros centros penitenciarios fueron totalmente reinventados, restaurados y convertidos en un parador de lujo. Tras más de un siglo y medio como una de las cárcel más temidas, la prisión Het Arresthuis de Roermond cerró en 2007 por la falta de presos y es hoy un lujoso hotel de 40 habitaciones a 200 euros la noche.

Decenas de cárceles holandesas han tenido que reinventarse como resultado de medidas alternativas para la reinserción social de los agresores, o reducción de la criminalidad en los Países Bajos. Uno de los sistemas que mejor está funcionando, explican a El Confidencial desde el Ministerio, es el monitoreo electrónico que se aplica a los presos por delitos menores: las personas pueden permanecer activas, pero localizadas, y contribuyendo al crecimiento del país. Otros criminales dedican determinadas horas de su día a trabajos sociales al servicio de la comunidad. Con esto, las arcas del Estado se ahorran 100.000 euros al año por cada preso.

Algunos países europeos tienen listas de espera para que sus condenados puedan entrar a la cárcel a cumplir sus penas de prisión. La otra cara de la moneda la dibuja Holanda: sus centros penitenciarios están escasos de reclusos, tanto que centenares de funcionarios de prisiones pasarán a inflar las listas de desempleo si nadie lo evita. El Gobierno neerlandés recurre a la lógica de mercados y ofrece en alquiler sus cárceles.

Noruega Bélgica
El redactor recomienda