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Portugal se convierte en el nuevo paraíso fiscal para jubilados extranjeros
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SU 'OFERTA' IMPOSITIVA GANA A ESPAÑA, FRANCIA O UK

Portugal se convierte en el nuevo paraíso fiscal para jubilados extranjeros

Portugal deposita sus esperanzas de recuperación económica en pensionistas extranjeros y chinos enriquecidos mientras los jóvenes abandonan el país

Foto: Un jubilado portugués fuma un cigarro sentado frente a la bahía de Cascais, un día de marzo de 2012. (Reuters)
Un jubilado portugués fuma un cigarro sentado frente a la bahía de Cascais, un día de marzo de 2012. (Reuters)

Bienvenidos. Aunque con esto de la crisis, unos más que otros. Un cartel muy parecido cuelga de las fronteras de Portugal, que ha depositado gran parte de sus esperanzas de recuperación económica en dos grupos de población: los pensionistas extranjeros y los chinos enriquecidos. El Gobierno del conservador Passos Coelho ha adecuado la legislación a estos dos segmentos demográficos mientras observa cómo cientos de jóvenes abandonan el país cada año.

Un lugar donde la vida discurre tranquila y segura. Cerca del mar y con buen clima, de esos que ponen moreno. Sin que falte de nada y donde casi todo está a buen precio, al menos, comparándolo con otros vecinos europeos. El anzuelo portugués hacia las personas de mayor edad, cuyo cebo vigila convencido el Ejecutivo luso, lo completa el paquete de impuestos.

Portugal ha depositado parte de sus esperanzas de recuperación en los pensionistas extranjeros y los chinos enriquecidos. Coelho ha adecuado la legislación a estos dos segmentos demográficos, mientras observa cómo cientos de jóvenes abandonan el país cada año

El secreto está en la categoría de ‘residentes no habituales’, según la ley, aquellos que viven en el país un mínimo de 183 días anuales o que, en todo caso, posean una vivienda con la intención de convertirla en residencia habitual. Es precisamente este sector el que recibe ventajas impositivas más competitivas que las que actualmente ‘ofertan’, por ejemplo, España, Francia, Holanda o el Reino Unido.

Recibir pensión sin pagar el IRPF

En líneas generales, el régimen fiscal permite a los jubilados extranjeros en Portugal recibir su pensión sin pagar el IRS (impuesto sobre el rendimiento de las personas singulares, es decir, un equivalente al IRPF español) durante toda una década. El acuerdo se aplica a cualquier ciudadano de la Unión Europea y también a los de aquellos países que hayan firmado con la República Portuguesa convenios destinados a eliminar la doble tributación, como lo han hecho Estados Unidos, Brasil y Japón, entre otros.

placeholder Una mujer recorre el pueblo de Campo Maior, en el centro de Portugal (Reuters).

Consiste en atraer a las personas con poder adquisitivo”, coinciden los analistas. Los pensionistas extranjeros estarían gozando de una especie de paraíso fiscal en materia impositiva, mientras que Portugal ingresa a cambio el consumo que producen. Instalándose en Portugal, un jubilado francés de renta medio-alta podría ahorrarse en impuestos cerca de mil euros al mes. Es la misma lógica que empujó al actor Gérard Depardieu a renunciar a su pasaporte hace ya más de un año, en su caso, rumbo a Rusia.

Los países de origen son quienes se llevan la peor parte, ya que sus impuestos pagan unas pensiones sin retorno fiscal alguno; de ahí que Administraciones como la francesa no faciliten las cosas y muchos de los galos hoy instalados en Portugal hayan tenido que vender (o poner a nombre de algún familiar) su vivienda en Francia, para evitar así que sea considerada residencia principal.

Puerta de entrada en Europa para los chinos

El secreto está en la categoría de ‘residentes no habituales’, aquellos que viven en el país un mínimo de 183 días anuales o que poseen una vivienda. Este sector recibe ventajas impositivas que superan a las que actualmente ‘ofertan’ España, Francia, Holanda o el Reino Unido

El segundo becerro de oro que construye el Gobierno portugués es el del capital chino, que también cuenta con su normativa a la que agarrarse: los ‘visados oro’. Esta Autorización de Residencia para Actividad de Inversión consiste en una visa de excepción sólo al alcance de inversores VIP, en concreto, de aquellas personas con al menos un millón de euros que compren un inmueble de valor superior a los 500.000 euros o que estén dispuestas a abrir un negocio que contrate un mínimo de diez empleados. Dos tercios han ido a parar a manos chinas, en una lista cabecera que completan brasileños, rusos y angolanos.

Los ‘visados oro’ dejaron más de 300 millones de euros en su primer año de vigencia, 2013. Y las cifras engordan en idéntica dirección durante los primeros cinco meses de 2014, cuando, según el Ministerio de los Negocios Extranjeros, fueron concedidos casi un millar de autorizaciones o, lo que es lo mismo, una inversión cercana a los 580 millones de euros.

Introducidos como medida excepcional en tiempos de crisis, la investigadora del ISCTE-Instituto Universitario de Lisboa Cátia Miriam Costa pone sobre la mesa la “cuestión moral” de conceder derechos a cambio de dinero. Se trata además de una entrada en el mercado europeo, un botín suculento para aquellos inversores que no pertenecen a la UE pero que deseen hacerlo en el futuro. Portugal se convierte en esos casos en la puerta de entrada a un mercado mucho mayor.

Impactos en el mercado inmobiliario

La palabra ‘confianza’ ha regresado al discurso del sector inmobiliario luso que, para este año, espera vender cerca de 130.000 casas, muy por encima de las 96.000 de 2013, cuando se tocó fondo. Un auge en el que mucho tienen que ver tanto los pensionistas como los inversores extranjeros, que protagonizan ya cerca del 14% de las compras de inmuebles.

Dos tercios de los ‘visados oro’, sólo al alcance de inversores VIP, han ido a parar a manos chinas, en una lista cabecera que completan brasileños, rusos y angolanos

La Asociación de Profesionales y Empresas de Mediación Inmobiliaria de Portugal (APEMIP) estima que la inversión extranjera oscilará a finales de año entre los 1.500 y los 2.000 millones de euros, valores sin precedentes en el país. Las cifras bailan según la compañía inmobiliaria, pero todas coinciden en el aumento pronunciado (en algunos casos, de hasta el 300%) que presenta la compra de inmuebles por jubilados extranjeros. Lisboa y su área metropolitana (Cascais, Estoril, Sintra), pero también el Algarve, son por ahora los destinos preferidos.

Con un salario mínimo de 485 euros, una pensión media de 420 euros, el 17,9% de la población por debajo de la línea de pobreza relativa (establecida en 416 euros al mes) y el 15,1% de desempleo (sobre el 35% en el ámbito juvenil), Portugal ha decidido buscar allende sus fronteras el poder adquisitivo necesario para dinamizar su mercado.

El país hace ojitos a los pensionistas foráneos y al capital chino, para los que adapta sus leyes. Al mismo tiempo, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, Portugal ha perdido entre 150.000 y 200.000 personas durante los tres años de intervención de la troika, cifras nunca antes sufridas y que lo sitúan como el segundo Estado de la UE en porcentaje de emigración (28,8%), sólo superado por Malta.

Bienvenidos. Aunque con esto de la crisis, unos más que otros. Un cartel muy parecido cuelga de las fronteras de Portugal, que ha depositado gran parte de sus esperanzas de recuperación económica en dos grupos de población: los pensionistas extranjeros y los chinos enriquecidos. El Gobierno del conservador Passos Coelho ha adecuado la legislación a estos dos segmentos demográficos mientras observa cómo cientos de jóvenes abandonan el país cada año.

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