La final de la Champions en Lisboa tiene rebajas: alternativas para todos los bolsillos

Una final de Liga de Campeones barata implica una contradicción de términos. El fútbol convertirá a Lisboa, al menos por unas horas durante la noche del 24 de mayo, en la ciudad más cara del mundo. La reventa ha multiplicado el coste de las entradas por veinte, una subida similar a la que ha alcanzado el alojamiento para esa noche, que ya luce el cartel de ‘completo’. Independientemente del marcador, el desenlace de la Champions tiene un precio, y la capital de Portugal siempre gana. Pero todavía existen alternativas para todos los bolsillos.

“Me gusta el fútbol, pero hay que ser realista. Pagar casi el salario de un mes por un partido, por muy histórico que pueda llegar a ser, es perder la cabeza”, admite Carlos Ignacio Mantecón, un madridista que, lejos de perderse la oportunidad, disfrutará del partido desde Lisboa aunque de forma mucho más económica. En tiempos de crisis, no son pocos futboleros los que están a la caza y captura de esos salvavidas para el bolsillo.

El fútbol convierte a Lisboa, al menos por unas horas, en la ciudad más cara del mundo. La reventa ha multiplicado el coste de las entradas por veinte, una subida similar a la que ha alcanzado el alojamiento. Pero todavía existen alternativas para todos los bolsillos

El Atlético y el Real Madrid protagonizan el primer desenlace en la historia de la Copa de Europa entre equipos de una misma ciudad. Un hecho inédito para broche anual de una competición que nació en 1955 y que en la campaña 92-93 cambió de formato. También fueron españoles los equipos que protagonizaron la primera final en la que los dos contendientes tenían la misma bandera: en 1999 el equipo blanco ganó al Valencia en París. Era la Octava. Con precios y monedas muy diferentes: las entradas en taquilla oscilaron entre los 150 y los 690 francos (23 y 105 euros, respectivamente).

Esta vez puede ser la Primera o la Décima. Sólo uno levantará la ‘Orejona’, que en todo caso ha fabricado un claro ganador de antemano: Lisboa. La histórica rivalidad entre los dos equipos más poderosos de Madrid y, sobre todo, la cercanía con la capital lusa (apenas 628 kilómetros) han espoleado esta vez la burbuja de la Champions. Al menos 40.000 españoles se desplazarán hasta la desembocadura del Tajo, que prepara todo un dispositivo de bienvenida con el que hacer caja. Será su segunda final de la máxima competición continental por equipos, tras acoger la que enfrentó al Celtic de Glasgow al Milán en 1967.

Viaje en coche compartido

La primera decisión de quienes quieran vivir in situ la cita futbolística es el modo de transporte. La vía más rápida (menos de una hora) es la aérea, pero los vuelos han triplicado su precio: de los 100 euros habituales, ida y vuelta, a los ya más de 300 para el fin de semana del 23 al 25 de mayo.

Por su parte, Renfe ha preparado un dispositivo especial con 2.000 plazas extraordinarias. El coste del desplazamiento en tren oscila, dependiendo de la clase, entre los 50 y los 180 euros. Son casi once horas de viaje por la noche o unas ocho por el día. Y la línea regular de autocares ha organizado flotas especiales, divididas según aficiones, por 30 euros (seis menos que el recorrido de cualquier otro sábado del año).También hay varias agencias de viaje que han puesto a disposición autobuses con salidas desde los estadios Vicente Calderón y Santiago Bernabéu. Por cerca de 50 euros, el paquete incluye mochila y botella de agua.

Son muchos los españoles que, al tratarse de un país vecino, apostarán por el coche particular, en no pocos casos compartiendo gastos con amigos y familiares, o bien recurriendo a portales para compartir vehículo. Todo vale para ahorrar unos euros. Les esperan cerca de seis horas de carretera y menos de 20 euros en peajes por vía rápida.

“Regalo dos entradas por 4.000 euros. Oportunidad única”

Una vez en Lisboa, es el turno de las entradas. El aforo del Estadio da Luz, feudo del Benfica, es de 65.000 espectadores, que por motivos de seguridad se reducen a 61.000. La UEFA se ha reservado el 44% del aforo (27.000 butacas), un porcentaje que todos los años despierta recelos. Entre el 10 y el 21 de marzo el máximo organismo del fútbol europeo convocó un primer sorteo de unas 3.000 entradas divididas en cuatro categorías de diferente coste de salida: 70, 160, 280 y 390 euros. La demanda superó con creces la oferta, en gran parte de los casos con vistas a una nueva venta. Son precisamente los billetes de aquellos primeros afortunados los que ya están en la reventa.

Al menos 40.000 españoles se desplazarán hasta la desembocadura del Tajo, que prepara todo un dispositivo de bienvenida con el que hacer caja

“Vendo prismáticos para ver en directo y de cerca cómo se levanta la Champions 2014. Además, regalo dos entradas de categoría 2 (tribuna), por 4.000 euros. Oportunidad única”. “Vendo dos bolígrafos y de regalo dos entradas juntas para la final de Lisboa. Categoría 1. Muy bien ubicadas. Se escuchan ofertas”. Internet y las redes sociales echan humo. Aquellos precios de salida se han multiplicado hasta por veinte, situándose en torno a los 1.300, 1.900, 2.600 y 5.000 euros, respectivamente. Y subiendo, porque las cifras van a más según se acerca el encuentro.

Cada club dispone de 17.000 entradas, 5.000 reservadas para los jugadores y un largo etcétera de compromisos varios, entre otros, patrocinadores, empresarios y autoridades. Las 12.000 restantes son para la afición. Los merengues han optado por un sorteo (martes 6 de mayo) entre los socios que lo soliciten, mientras que los colchoneros priman la fidelidad, dando prioridad a los carnés con mayor antigüedad. “Voy seguro. Como socio estoy esperando suerte y, en caso de que no me tocara, tengo la posibilidad a través de un jugador”, explica Charly García. No todos los agraciados acudirán al estadio, así que la reventa tendrá un nuevo empuje dentro de unos días.

Para quienes la fortuna les dé la espalda, para quienes se hayan quedado sin entrada y no quieran o no puedan desembolsar mucho dinero, para quienes no puedan echar mano de un amigo o un conocido pero aun así no quieran perderse el ambiente de una final, la alternativa más económica son las pantallas gigantes repartidas por diferentes puntos de la ciudad. La céntrica Praça do Comércio acogerá el Festival Champions junto a la orilla del Tajo y, además, cada club dispondrá de su Fan Zone cerca del estadio. Es el caso de Emilia Martín, que esos días espera la visita de unos amigos atléticos “que vienen sin entrada, a disfrutar del ambiente y se quedarán en mi casa”.

Elvas y Évora para pasar la noche

El alojamiento se ha convertido en el verdadero quebradero de cabeza para el después, para quienes al menos quieran echar un sueño (o una pesadilla) tranquilos, para quienes deseen disfrutar de Lisboa unas horas más sin necesidad de permanecer toda la noche en vela.

“Tenemos todas las habitaciones reservadas desde hace días. Las últimas se ocuparon por cinco veces más de su precio real: de 95 a casi 500 euros”, confirman desde la recepción de un hotel. Las más de 20.000 plazas hoteleras con las que cuenta la ciudad de los azulejos se han convertido en un auténtico artículo de lujo. Al cierre de este artículo, la agente de viajes Beatriz González comprueba el cartel de ocupado: en el buscador sólo le aparecen tres hoteles con habitaciones disponibles, la más barata por 1.490 euros. Se trata de un alojamiento cuatro estrellas que una semana antes o una semana después ofrece el mismo cuarto por apenas 70 euros. Los albergues y hostales de precios más asequibles hace tiempo que están llenos.

Vendo prismáticos para ver en directo y de cerca cómo se levanta la Champions 2014. Además, regalo dos entradas de categoría 2 (tribuna), por 4.000 euros. Oportunidad única

Incluso ciudades satélite como Cascais, Estoril y Sintra, los rincones elegidos por los familiares de varios de los futbolistas, no pueden ofrecer ya camas, ni siquiera a precios astronómicos. La burbuja de la Champions se ha extendido cientos de kilómetros, llegando incluso a la frontera. Beatriz González realiza una nueva búsqueda. A menos de dos horas de carretera de Lisboa (a 227 kilómetros), Badajoz ha duplicado e incluso triplicado los precios de pernoctación: de los 80 euros habituales de una reserva cuatro estrellas, a los 220 actuales, 160 si son tres estrellas.

Pero todavía hay opciones. Por ejemplo, la de Elvas (a 195 kilómetros), que a escasos quince minutos de Badajoz mantiene los precios: 60 euros por noche en un hotel de tres o cuatro estrellas. Y la de Évora, que a 132 kilómetros ofrece hospedaje a los precios acostumbrados, con un centro histórico Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Varios grupos de aficionados también están apostando por el alquiler de casas o habitaciones individuales, bien haciendo uso de su red de amigos y conocidos o bien acudiendo a foros y páginas web especializadas.