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Varios casos de renuncia… el último en 1415
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EL PAPA ANUNCIA QUE DEJARÁ EL PAPADO EL PRÓXIMO 28 DE FEBRERO

Varios casos de renuncia… el último en 1415

Han sido pocos los casos de renuncia de un Papa en la Historia de la Iglesia. Uno de los más célebres fue, precisamente, el de Benedicto

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Varios casos de renuncia… el último en 1415

Han sido pocos los casos de renuncia de un Papa en la Historia de la Iglesia. Uno de los más célebres fue, precisamente, el de Benedicto IX, elegido en 1032. Poco se sabe de él, de acuerdo a la tradición conservada por la Abadía de Grottaferrata, donde murió haciendo penitencia después de su dimisión, según informa la agencia catòlica.net. 

Doscientos años después, en 1294 “Pietro del Morrone, un anciano de 80 años, eremita benedictino que vivía exclusivamente dedicado a la oración y a la penitencia, fue elegido Papa por un consistorio de 12 cardenales entre los cuales, lógicamente, no se encontraba él” con el nombre de Celestino V. Renunció pocos meses después “al declararse sin experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia”, retirándose a vivir nuevamente su vida de oración y sacrificio. Fue canonizado el 5 de mayo de 1313 y se le conoce como el “Papa Angélico” por el interés que tuvo en vivir siempre el ideal de la santidad y el hacer vivir dicho ideal a toda la Iglesia.

El último Papa que renunció fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, quien se retiró en 1415, dos años antes de morir. 

El derecho canónico permite la renuncia: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”.

Incluso, el actual Pontífice afirmaba en su libro ´Luz del mundo´, que el Papa puede dimitir cuando considera que no se encuentra capaz física, mental y espiritualmente para desarrollar el encargo confiado. Ya hace tres años, Benedicto XVI aseguraba que “que nota cómo sus fuerzas van disminuyendo y que tal vez el trabajo que conlleva el Pontificado sea excesivo para un hombre de 83 años".

Sin embargo, también dijo en ese momento que no dimitiría a pesar de las dificultades de su Pontificado porque "cuando el peligro es grande no se puede huir" sino que es necesario "resistir y superar la situación difícil". Se puede dimitir "en un momento de serenidad o cuando ya no se puede más" pero no se puede huir "precisamente en el momento del peligro".

Han sido pocos los casos de renuncia de un Papa en la Historia de la Iglesia. Uno de los más célebres fue, precisamente, el de Benedicto IX, elegido en 1032. Poco se sabe de él, de acuerdo a la tradición conservada por la Abadía de Grottaferrata, donde murió haciendo penitencia después de su dimisión, según informa la agencia catòlica.net. 

Doscientos años después, en 1294 “Pietro del Morrone, un anciano de 80 años, eremita benedictino que vivía exclusivamente dedicado a la oración y a la penitencia, fue elegido Papa por un consistorio de 12 cardenales entre los cuales, lógicamente, no se encontraba él” con el nombre de Celestino V. Renunció pocos meses después “al declararse sin experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia”, retirándose a vivir nuevamente su vida de oración y sacrificio. Fue canonizado el 5 de mayo de 1313 y se le conoce como el “Papa Angélico” por el interés que tuvo en vivir siempre el ideal de la santidad y el hacer vivir dicho ideal a toda la Iglesia.

El último Papa que renunció fue Gregorio XII, el veneciano Angelo Correr, quien se retiró en 1415, dos años antes de morir. 

El derecho canónico permite la renuncia: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”.

Incluso, el actual Pontífice afirmaba en su libro ´Luz del mundo´, que el Papa puede dimitir cuando considera que no se encuentra capaz física, mental y espiritualmente para desarrollar el encargo confiado. Ya hace tres años, Benedicto XVI aseguraba que “que nota cómo sus fuerzas van disminuyendo y que tal vez el trabajo que conlleva el Pontificado sea excesivo para un hombre de 83 años".