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No solo crecimiento, recortes o Palestina: Alemania también debate sobre la zoofilia
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BERLÍN QUIERE PROHIBIRLA

No solo crecimiento, recortes o Palestina: Alemania también debate sobre la zoofilia

En Alemania, desde el año 1969, tener relaciones sexuales con un animal no tiene consecuencias penales. Sólo se castiga si se le producen notables dolores o

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No solo crecimiento, recortes o Palestina: Alemania también debate sobre la zoofilia

En Alemania, desde el año 1969, tener relaciones sexuales con un animal no tiene consecuencias penales. Sólo se castiga si se le producen notables dolores o molestias, o si se le tortura de una manera prolongada durante esos contactos sexuales, algo difícil de comprobar porque las víctimas no se pueden expresar. Esta tolerancia está recogida en  el artículo 175 del actual Código Penal, que ahora el Gobierno de Angela Merkel se propone cambiar.

Las autoridades germanas han hecho por fin caso de las asociaciones de defensa de los animales, que denuncian el abuso sistemático de las bestias; no sólo eso: se tiene constancia de que existen granjas-burdeles a las que acuden personas para saciar allí sus necesidades sexuales, especialmente durante los fines de semana.

El diario Suddeutsche Zeitung se ha hecho eco de las revelaciones contenidas en el libro El sufrimiento silencioso de los animales, de Birgit Schröeder, publicado hace seis años: un tres por ciento de los alemanes practica la zoofilia. Cada año, medio millón de animales mueren como consecuencia de esas violaciones y abusos a cargo de seres humanos. Quien quiera visitar una granja- burdel no tiene más que acudir a Internet. Y quien quiera saber qué se puede hacer con un animal, puede verlo en vídeos cuyo acceso es libre.

El Gobierno pretende prohibir la zoofilia lo antes posible, aprovechando la proyectada reforma de la ley de protección animal, y castigar con hasta 25.000 euros de multa a quien la practique. Ya lo ha tratado la Comisión de Agricultura del Bundestag, y el mes que viene el tema será debatido en un pleno del Parlamento.

En Alemania, desde el año 1969, tener relaciones sexuales con un animal no tiene consecuencias penales. Sólo se castiga si se le producen notables dolores o molestias, o si se le tortura de una manera prolongada durante esos contactos sexuales, algo difícil de comprobar porque las víctimas no se pueden expresar. Esta tolerancia está recogida en  el artículo 175 del actual Código Penal, que ahora el Gobierno de Angela Merkel se propone cambiar.