Es noticia
Palestina en la ONU: entre el pragmatismo y un estado de papel
  1. Mundo
MILES PALESTINOS CELEBRARON SU INDEPENDENCIA

Palestina en la ONU: entre el pragmatismo y un estado de papel

No hay duda que el Presidente Abu Mazen ha captado la atención internacional. Intentar el reconocimiento de Palestina como estado y lograr su aceptación como miembro pleno de

Foto: Palestina en la ONU: entre el pragmatismo y un estado de papel
Palestina en la ONU: entre el pragmatismo y un estado de papel

No hay duda que el Presidente Abu Mazen ha captado la atención internacional. Intentar el reconocimiento de Palestina como estado y lograr su aceptación como miembro pleno de las Naciones Unidas ha sacudido a todos los actores del conflicto. El mundo musulmán, lógicamente, ha apoyado la iniciativa sin fisuras, mientras Israel ha reaccionado con indignación. Las posiciones en realidad no están tan distantes como aparentan, y en ambos bandos existen críticas hacia sus respectivas posiciones oficiales.

Los cuatro millones de palestinos que viven bajo gobierno propio -con limitaciones, pero autónomo- en Cisjordania y Gaza, manifiestan en todo momento que su aspiración es un "derecho legitimo". Sin embargo la apuesta diplomática de su líder les parece, a muchos, ineficaz. En Ramala, la capital administrativa palestina -exceptuando Gaza, en manos de Hamas- decenas de miles de personas se han concentrado con banderas el viernes por la noche festejando su "independencia". Entrevistados por periodistas de todo el mundo, casi todos los participantes reconocieron que no saben cuál será el paso siguiente. Ajmed Alawi, por ejemplo, rodeado de amigos jóvenes como él, dijo que "este paso hace que el mundo entero nos preste atención, que sepan que seremos un país; pero después de esta fiesta sólo podremos tener un estado de verdad hablando con los judíos. Aquí todos lo sabemos; si alguien piensa que podemos hacer lo que queremos por la fuerza no conoce la realidad ni la relación de fuerzas entre Israel y nosotros".

Entre los ciudadanos israelíes, se expresan dudas sobre los motivos del premier "Bibi" Netanyahu para realizar tan enorme esfuerzo para frustrar la apuesta palesina. El reconocido analista Ari Gefen afirmó el viernes: "Todo esto es un show inútil. Qué nos importa si Palestina ingresa como estado en la ONU? Todos aceptamos que la solución final implica un país para ellos en Gaza y la mayoría de Judea y Samaria (Cisjordania). El tema importante son las fronteras, Jerusalén y un acuerdo de paz firme. Y esto sólo se logra con negociaciones directas. No hay atajos en este camino... ya lo aclaro el Presidente Obama. Lo demás es lo de menos".

En lo inmediato, la situación se ha tensado y se temen actos violentos. Pero nadie cree en una tercera intifada. Y esto por el sencillo hecho que a pesar de las limitaciones a su poder y la fragmentación de las zonas autónomas -que carecen de continuidad territorial debido a los controles militares y asentamientos-, el 95% de los palestinos viven bajo autoridades propias. La policía es palestina y los choques sólo podrían tomar la forma de atentados terroristas o protestas en zonas limítrofes de la ANP con Israel.

En un combativo discurso en la ONU, Abu Mazen afirmó que "es el momento de la verdad, nuestro pueblo quiere su estado, no negamos la legitimidad de Israel pero solo podemos volver a negociar con una base mínima de acuerdo. Basta, basta, el mundo debe decidir si la ultima ocupación del mundo puede continuar". El canciller Liberman, por su parte, ha reafirmado "el nexo histórico indestructible entre el pueblo judío y la tierra de Israel, con su capital Jerusalén.  La tragedia palestina se debe a que sus propios líderes rechazaron en 1947 la independencia hebrea y nos atacaron. Han educado siempre para el odio, sus libros escolares parecen de la época nazi. Nosotros estamos dispuestos a negociar fronteras definitivas para Israel y facilitar la viabilidad de una nación palestina. Pero las fronteras deberán ser modificadas a través de negociaciones que contemplen la realidad demográfica y la seguridad de Israel para evitar nuevas agresiones árabes". 

El posible estado de Abu Mazen y la mano extendida de Israel

En el terreno, la aspiración total de Abu Mazen implicaría la creación de un estado de 6.000 km2, formado por las zonas de Cisjordania y la franja de Gaza, con Jerusalén oriental como capital. Al mismo tiempo, implica una solución para los descendientes de los refugiados palestinos, surgidos de la guerra de 1948, y que en aquella época eran unas 700.000 personas; estas personas fueron ubicadas en campamentos por los estados árabes vecinos (Egipto, Siria, Jordania y Líbano). La región reclamada estuvo bajo poder árabe entre 1948 y 1967: Gaza en manos egipcias y Cisjordania gobernada por los jordanos, sin crearse allí el estado palestino reclamado ahora. Desde 1967, Israel tomó el control de esas zonas tras venció a sus enemigos en la "Guerra de los 6 días". Tras los acuerdos de Oslo, firmados entre el Estado de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), se estableció en el año 1994 la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Esta entidad jurídico-política fue diseñada como una autonomía transitoria.

Según los Acuerdos de Oslo, la ANP tenía por misión ejercer el control sobre la seguridad interior y los asuntos civiles de las zonas urbanas de los territorios palestinos (denominada Área A), y el control civil sobre las zonas rurales de estos mismos territorios (definidas como Área B). El resto de territorios, denominados Área C -que incluyen las poblaciones judías de Cisjordania, el Valle del Jordán y las conexiones terrestres entre las ciudades palestinas-, permanecen según estos acuerdos bajo responsabilidad exclusiva del estado hebreo. En la zona C se concentra la mayoría de la población judía de los llamados "asentamientos", sumando a día de hoy 400.000 personas. La aspiración de Israel en materia territorial es mantener bajo su soberanía estas áreas, en particular el estratégico valle del Jordán, y realizar intercambios para compensar al futuro estado palestino. Según el canciller Liberman, "ningún estado victorioso en la guerra estuvo nunca dispuesto a entregar tanto para lograr la paz como nosotros. Miren si no como acomodaron en Europa las fronteras en su favor las potencias triunfantes en cada guerra". 

La Autoridad Nacional Palestina posee reconocimiento internacional como institución representativa del pueblo palestino. Bajo el nombre de "Palestina", posee el estatus de observadora en las Naciones Unidas y recibe una financiación considerable por parte de diversos donantes internacionales, entre los que se encuentran la Unión Europea y los Estados Unidos. Muchos fondos se han bloqueado tras el control de Hamas en Gaza, ya que este grupo terrorista rechaza las tres demandas de la comunidad internacional: reconocer el derecho del Estado de Israel a existir, renunciar al terrorismo y aceptar los acuerdos firmados. Esta situación es la que Abu Mazen intenta modificar dando el salto cualitativo de ser reconocido e integrado como estado en la ONU sin un previo acuerdo de paz. 

En su discurso, posterior al del dirigente árabe, Netanyahu destacó que "debe reconocerse a Israel como único estado judío en el mundo. Estamos dispuestos mediante una paz verdadera a reconocer a Palestina como estado, pero no permitiremos una segunda Gaza gobernada por el islamismo fanático".   

El intento palestino está destinado, al menos parcialmente, al fracaso. Esto resultó evidente desde el instante que Washington confirmó su disposición a vetar la iniciativa en el Consejo de Seguridad si esta lograra la mayoría requerida. En el otro ámbito de la ONU, la Asamblea General, los palestinos podrán sin duda obtener el estatus de "estado observador", sin derecho a voto, similar al Vaticano. Sería una victoria pírrica. Estos hechos, toda la agotadora batalla diplomática desarrollada al más alto nivel, no resolverá el problema central del conflicto palestino-israelí. Para alcanzar un acuerdo entre las partes, habrá que retomar el diálogo directo, único medio de lograr una convivencia pacífica solida y duradera.

No hay duda que el Presidente Abu Mazen ha captado la atención internacional. Intentar el reconocimiento de Palestina como estado y lograr su aceptación como miembro pleno de las Naciones Unidas ha sacudido a todos los actores del conflicto. El mundo musulmán, lógicamente, ha apoyado la iniciativa sin fisuras, mientras Israel ha reaccionado con indignación. Las posiciones en realidad no están tan distantes como aparentan, y en ambos bandos existen críticas hacia sus respectivas posiciones oficiales.