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Las 'amistades peligrosas' de Latinoamérica para ganar peso internacional relegan a EEUU
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AUMENTAN LAS ALIANZAS ECONÓMICAS CON CHINA E IRÁN

Las 'amistades peligrosas' de Latinoamérica para ganar peso internacional relegan a EEUU

Argentina y Estados Unidos andan a la gresca por el material “de guerra” introducido en Buenos Aires por el país que preside Barack Obama; las siempre

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Las 'amistades peligrosas' de Latinoamérica para ganar peso internacional relegan a EEUU

Al margen de las conexiones históricas, Latinoamérica reclama su peso internacional y sus miembros redefinen sus alianzas para alcanzarlo; países como Brasil ilustran estas aspiraciones mundiales. Según el balance estratégico anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Estados Unidos pierde su influencia en la región mientras prosperan acuerdos diversos con Irán, China y Rusia. Obama, tras la época de cierto olvido de Bush, dirige sus miras a América Latina para recuperar amistades y el liderazgo comercial en el continente, pero también bajo dos preocupaciones: su país considera una amenaza para la seguridad nacional las redes de narcotráfico y crimen organizado que operan al sur de su frontera, por lo que quiere mejorar la capacidad de sus vecinos para combatirlo; también ve con desasosiego la creciente presencia de Teherán en su patio trasero y, de hecho, el Gobierno estadounidense investiga si Caracas viola las sanciones internacionales impuestas a Irán con su cooperación energética.

Nuevas Alianzas

Además de con Cuba -con la que comparte odio y sanciones estadounidenses-, Bolivia y Venezuela, Irán ha estrechado relaciones con Nicaragua y Ecuador de la mano de Caracas para romper el cerco internacional por su programa de enriquecimiento de uranio. Brasil mantiene aún una postura ambigua sobre el programa nuclear iraní; Teherán ha mostrado su interés en cooperar con México en la explotación de crudo, pero las relaciones bilaterales no están consolidadas. De Argentina le aleja la presión del lobby judío tras el atentado cometido en 1994 en uno de sus centros de Buenos Aires por Hezbolá con la responsabilidad intelectual de altas autoridades iraníes, según se concluyó en la investigación.

Y como el comercio no tiene ideología, Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Venezuela consideran a China un mercado atrayente con el que cada vez estrechan más lazos. El interés es recíproco: Beijing ve en Latinoamérica una vía de abastecimiento de recursos naturales como el petróleo y la soja, además de millones de consumidores para sus manufacturas. China tiene acuerdos en materia petrolera con Venezuela y Brasil y negocia con Colombia la construcción de una alternativa de paso comercial al Canal de Panamá, consistente en un corredor ferroviario de 220 kilómetros para unir las costas atlántica y pacífica. Los productos chinos tendrían allí un punto estratégico para su distribución por el continente y las materias primas colombianas, sobre todo carbón, una vía de salida hacia el gigante asiático. El proyecto, que está avanzado según Juan Manuel Santos, tendría un coste de 7.600 millones de dólares, estaría financiado por el Banco de Desarrollo de China y sería operado por el Grupo Ferroviario chino. Su importancia radica en que China es el segundo socio comercial de Colombia, tras Estados Unidos. La República asiática ha extendido sus tentáculos por toda la región e incluso firmado TLC con Perú, Chile o Costa Rica, en detrimento de economías como la estadounidense o la europea.

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