El Guggenheim recibe a sus primeros visitantes en tres meses. Entran con mascarilla obligatoria y tras haber superado el control de temperatura.

Entre cuadro y cuadro se ha colado el gel desinfectante y el recorrido por las salas sigue solo una dirección.

Aforo reducido a un máximo de 400 personas, a las que se pide que compren las entradas por Internet con antelación. Aunque también podrán adquirirlas en taquilla pagando con tarjeta.

No hay guardarropa y una aplicación gratuita sustituye a las audioguías. Ahora es nuestro móvil quien nos cuenta los detalles de cada exposición. Y de momento, sus obras siguen en la fase dos, así que solo pueden reunirse con vizcaínos.

Todos quieren apoyar a un museo que el año pasado recibió un 1.200.000 visitantes y el 70 por ciento eran extranjeros.