Ocurrió hace unas semanas en Maharashtra (India), donde un ladrón trató de entrar a un establecimiento con el objetivo de robar... pero con muy poca experiencia.

El ladrón decidió taparse la cara con una sartén, con la idea de que las cámaras de seguridad no le cazaran. Tras subir un par de escalones, decidió retirarla ligeramente para ver el suelo, sin que la cámara le cazara... sin percatarse de que había otra grabando.

Tras darse cuenta de su error, el ladrón no supo qué hacer y, tras dilucidarlo durante un par de segundos, decidió marcharse por donde había venido. Eso sí, después de revelar su cara ante las cámaras de seguridad.