Miren a este hombre negro, de camiseta oscura, que se encuentra en el interior de este supermercado. Dos agentes se acercan a él, y sin ningún motivo, le piden que salga del local. El hombre se niega, le extiende la mano a uno de los agentes para conocer su nombre, pero este le rechaza. Los oficiales le preguntan a la dependienta si el hombre la estaba molestando, pero ella insiste en que no hay ningún problema. Finalmente los agentes consiguen que les acompañe al coche, pero por miedo, el hombre vuelve a entrar corriendo al local. Aquí comienza todo. Los agentes le persiguen y uno de ellos le dispara con la pistola eléctrica. Retorcido de dolor, le ponen las esposas y se lo llevan a comisaria. Nadie en la tienda avisó a estos agentes para que se presentaran.