Paloma Álvarez empezó a estudiar ciencias de la salud, específicamente de la rama forense, pero ahora estudia desarrollo y creación de videojuegos en la Universidad Francisco de Vitoria. Su compañera Katia se sorprende al escucharla y le pregunta que tiene que ver una cosa con la otra. "Nada" responde Paloma que explica entre sonrisas que sufrió una especie de crisis existencial y que al final decidió que iba a dedicar su vida a algo que siempre le había gustado. Los videojuegos. Katia lo tenía más claro pero en su casa, reconoce, al principio "no lo veían". Fue su insistencia, y que sus padres se dieron cuenta de que se lo tomaba en serio, lo que rompió la barrera y acabaron por apoyarla.