Ocurrió hace escasos días en la ciudad china de Zhangye, donde a las 16:00 horas locales una tormenta de arena sorprendió a los ciudadanos, sepultando todas las estructuras bajo un espectacular manto de arena.

Una nube de unos 100 metros de altura llegó a cubrir edificios, coches, personas y todo lo que encontraba a su paso, aunque no dejó ninguna víctima mortal. Se trata de arena del desierto del Gobi que el vient es capaz de transportar varios miles de kilómetros.