En los años ochenta fue un vecino de Ciudad Rodrigo, en Salamanca, quién comenzó a coleccionar este particular objeto, el más usado de la humanidad. Entre sus paredes podemos encontrar verdaderas joyas de colección.

Desde el siglo XII, un orinal bizantino hasta las piezas más sofisticadas. De diferentes formas y materiales, específicos sólo para mujeres, para hombres y también para niños. En total más de 1300 objetos expuestos en una colección que sigue creciendo.