Guantazos, soplamocos, tollinas, sopapos, cates, reveses, mojicones, galletas, manotazos, tortazos... Es infinito el número de sinónimos con el que podemos referirnos al campeonato disputado en Rusia a bofetada (deportiva) limpia, en medio del Festival Internacional Multideportivo Sarychev de Moscú. 

Porque sí, el único objetivo de la competición es desarmar al enemigo con una buena cachetada que le deje el moflete de colores. Después de recibir, los participantes cierran los ojos, se tambalean, sangran por la nariz, pierden algún diente y hasta pueden llegar a sufrir algún daño neuronal. Pero al final, siempre chocan sus manos y posan juntos como buenos amigos.